A decir verdad, Minho se sentía un poco nervioso.
Era la primera vez que iba a terapia, le provocaba algo de ansiedad saber que iba a tener que hablar de su adicción frente a otras personas que desconocía completamente, a pesar de tener en claro que todos en aquel círculo estaban pasando por lo mismo.
Siguió la dirección que Hajun le había enviado, y se hizo paso una vez habló con la recepcionista y ella le indicara cuál era la sala.
El lugar estaba bastante iluminado, las paredes eran de colores con cuadros de caricaturas en estas, era agradable, no parecían pasillos de hospital que sentías como te estabas entregando directamente a un internado.
Cuando entró en la habitación, había cuatro personas dentro junto con el doctor que llevaría a cabo la sesión, todos posaron sus ojos en él, dirigiendo su vista directamente al hombre en el escritorio.
—Bienvenido, toma asiento, comenzaremos en unos minutos— Saludó amablemente con una sonrisa, lo que hizo que Minho relajara un poco sus hombros.
Tomó lugar en una de las sillas, mirando a su al rededor notando que todos estaban con la vista perdida, algunos mordían sus uñas, otros no dejaban sus pies tranquilos, y podía notar a uno de los chicos en peor estado que los demás.
Pasados algunos minutos, llegaron un par de personas más a la habitación, por lo que el doctor se levantó de su lugar y cerró la puerta, acercando su silla al círculo que estaba formado.
Tomando lugar justo al lado de Minho.
—Bien, creo que ya podemos comenzar— Mencionó, sonriéndole a todos intentando alivianar un poco el ambiente—. Empezaremos presentándonos, ¿de acuerdo? Quisiera que todos nos conozcamos un poco, ya que nos veremos a menudo. Comenzaré yo, mi nombre es Han Sungil y tengo cuarenta y dos años, llevo siendo terapeuta por dieciocho años. Hice mi práctica profesional en esta clínica, me ofrecieron quedarme para trabajar así que estoy aquí desde entonces
La sesión de aquel día había terminado más rápido de lo que Minho creyó, había sido una hora y media, y se le había pasado volando por completo.
Al ser la primera, el doctor Han aclaró que aquella solía ser más corta que las siguientes, se despidió personalmente de cada uno con un apretón de manos y una reverencia, nunca dejando de sonreír.
Salió en calma de la clínica, reverenciando ante la recepcionista y el guardia a un lado de la entrada principal, sacando su teléfono una vez estuvo fuera y sonriendo cuando vio la notificación de un mensaje en particular.
"¿Puede venir a mi casa cuando termine? Quiero que me cuente como le fue"
La noche estaba a un par de horas de caer, el atardecer había comenzado a hacer aparición y Minho le dijo al menor que pasaría por él a su casa, quería llevarlo a otro lugar aprovechando el horario.
Su corazón latió contento cuando vio a Jisung asomado en la ventana con sus brazos apoyados en el marco y sus tiernas manos sosteniendo su delicado rostro, sonriendo ampliamente cuando lo vio por fuera de la reja.
Bajó con cuidado, yendo hacia el más alto y tomando su mano cuando se la extendió. Ni siquiera se preocupó por preguntar a dónde iban, Jisung era feliz donde sea que estuviese con Minho.
—Te noto alegre— Comentó, parando en un semáforo en rojo, observando al chico a su lado.
No respondió, solo soltó una pequeña risa y se apegó a su brazo, abrazándolo mientras reía.
Cruzaron entonces cuando el color cambió, y unos minutos más tardes, luego de una caminata silenciosa, pero tranquila, llegaron a un gran puente de madera y piedras que daba a un río bastante extenso y profundo, sin embargo, no muchas personas lo conocían.
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Virgin | Minsung
FanficAh, otra historia cliché donde el chico inocente se enamora de la persona que le hace la vida imposible. Bueno, algo así. • Historia original • Contenido adulto • Minho; top, Jisung; bottom • Mención de otros shipps • Detalles explicados en la intro...