17.

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Todo había dado un giro desde entonces.

La relación entre ambos cambió, disfrutaban de la simple compañía del otro sin si quiera la necesidad de muchas palabras. Los toques, los besos, todo se volvió tan... íntimo.

Aún si las heridas no habían dejado de aparecer en el cuerpo de Jisung, ahora tenía un pecho en el cual refugiarse cuando el llanto apretaba su garganta.

—Mañana no iré a clases

—¿Por qué?— Preguntó tomando el rostro ajeno con ambas manos, dejando ver una clara expresión de preocupación a los ojos del rubio.

—Internaron a mi abuelita hoy y no pude ir, pasaré el día con ella

Minho comprendió, dejando que su cabecita cayera en su hombro. Estaban en la cama del menor como de costumbre, la madre de este ya dormida con su habitación en el primer piso por lo que el ruido que se oía desde su cuarto era casi inaudible para ella.

Las piernas de Jisung estaban al rededor del torso de Minho, mientras que las de este dejaban un pequeño hueco en el cual el menor estaba sentado, y Han no tardó en buscar sus labios al pasar de unos cortos segundos.

Le gustaba enredar sus dedos en su cabello castaño, sentir sus manos rodear su cintura, el sonido de sus bocas al separarse por unos diminutos segundos para luego volver a unirse. Eran pequeños detalles que hacían a Jisung volverse adicto a su tacto, a su simple presencia.

Hizo que Minho se recostara hacia atrás, su espalda quedando contra las colchas mientras se ubicaba encima suya. El mayor solo rió levemente por su atrevimiento, bajando sus manos a las caderas contrarias para hacer que sus entrepiernas comenzaran a frotarse.

—Estás más cariñoso que de costumbre— Susurró, mordisqueando el lóbulo de su oreja

—Apenas pude verlo hoy, y solo fue de lejos

—¿Me extrañaste?— Jugueteó, disfrutando de sus suspiros debidos al placer.

—Mucho

La risa de Minho se esfumó.

Sus movimientos se detuvieron por una milésima de segundo porque la confirmación a su pregunta causó un huracán en su interior.

No esperaba que Jisung respondiera aquello, no esperaba ni siquiera que contestara en primer lugar.

Llevó una de sus manos a su rostro, cambiando nuevamente sus posiciones para quedar sobre el rubio ahora. Bajó sus besos a la barbilla, comenzando a dejar un camino hasta llegar a su cuello, y los dedos de Jisung tironeaban su cabello cada vez que su mano libre se dirigía a su entrepierna para acariciarla.

—No sabes como me están matando las ganas de hacértelo ahora mismo

—Hágalo, ¿por qué se contiene?

—Prefiero que estemos a solas— Respondió, uniendo sus frentes luego de dejar un beso en su mejilla

—Lo estamos

—Hay alguien en el primer piso, bonito

—Oh... en su casa nunca hay nadie, podemos ir ahí

—No creo que eso sea una buena idea

—¿Por qué nunca le gusta hablar de usted?— Se molestó de pronto, levantándose de su lugar y quedando sentado al borde de la cama con los brazos cruzados— Siempre quiere saber todo sobre mí, pero cuando le pregunto algo evade contestar

—No me gusta hacerlo, no tengo nada interesante que mostrarte— Se colocó detrás suya, rodeando su cintura y hundiendo la nariz en su cuello, Jisung parándose para soltar su agarre—. Vamos, ¿te enojaste?

Virgin | Minsung Donde viven las historias. Descúbrelo ahora