Capítulo 2 "El abnegado"

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POV YUURI

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POV YUURI

Una fresca ventisca entra por mi ventana y me despierta amablemente mientras cálidos rayos del sol se asoman, despidiéndose por hoy con un sus bellas tonalidades rojizas. Vaya delicia el despertar de esta forma.

— ¡Yuuri!  ¿Estás listo, hijo? — Escucho la voz de mi madre llamándome abajo, me estiro un poco, aún somnoliento y me preparo mentalmente para lo que me espera en esta noche.

—  Sí, en un momento bajo. — digo en voz alta mientras lentamente me desperezo en la cama.

No me apetece en lo absoluto el salir, pero si quiero volverme parte del consejo algún día, debo socializar con los líderes e interesarme por la toma de decisiones.

"El poder debe darse a las personas que no lo quieren", es una frase abnegada que representa perfectamente a nuestro gobierno, pero a pesar de eso, varios miembros del consejo se han mostrado felices ante mi decisión de por formar parte de ellos. Supongo que muy en el fondo, saben que realmente no me interesa tener poder.

¿Entonces qué quiero?

Aunque la pregunta está ahí, flotando en mi cerebro, me niego a darle respuesta aún.

Me siento en el borde de la cama y me estiro hasta alcanzar mi suéter. Dentro he guardado una bolsa de galletas, la cual abro y devoro inmediatamente, esperando que mi madre no me escuche y me reprenda por comer algo como eso. Las galletas de chocolate no están permitidas en la dieta abnegada, pues el sabor achocolatado solo está para causarnos placer al comer, y la búsqueda del placer y satisfacción personal es egoísta, por lo que no debería hacerlo, pero ¿Cómo puedo evitar romper una regla así ante estas delicias?

Escucho los pasos de alguien subiendo las escaleras y rápidamente guardo mi manjar debajo de la almohada, finjo seguir un poco adormilado cuando mi padre entra a verme. Lo miro inocentemente.

— Prepárate Yuuri, si salimos pronto aún podremos tomar el último autobús. — Dice mientras se apoya en el borde de la puerta. Se le nota cansado y me pregunto si todo el estrés que ha acumulado estas últimas semanas serán a causa de los artículos que Erudición ha publicado en nuestra contra, o si tendrá algo que ver con mi prueba de aptitud que se llevará a cabo dentro de dos meses. No debería de preocuparle tanto, sin embargo no deja de mostrar nerviosismo al respecto.

Le sonrío mientras me pongo de pie y me coloco el suéter que tomé anteriormente.

— Si papá, estaré listo en unos minutos. —  Lo miro, expectante. Sé que tiene algo que decir — ¿Ocurre algo? — digo y el dirige rápidamente su mirada hacia la ventana.

Los segundos pasan y no puedo evitar sentirme nervioso ¿Se habrá dado cuenta de las galletas? No, su mirada es demasiado seria y aunque sí que le molestan mis arrebatos egoístas, luce más severo esta vez.

AMOR ANTES QUE FACCIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora