Capítulo 11 "Dos inseguros corazones"

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POV VIKTOR

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POV VIKTOR

Los Osados que hace pocos minutos me recibieron con vítores, ahora vociferan con más fuerza mientras Yuuri camina lentamente hacia nosotros.

¿Lo que ven mis ojos es real? Yuuri, mi Yuuri me ha seguido y ha decidido acompañarme junto a mi nueva y alocada familia.

¿Estoy llorando? Probablemente sí, pero cómo no hacerlo ¡Me ha elegido! A pesar de todo Yuuri a elegido Osadía por mí. Mi corazón late apresuradamente mientras los osados lo sacuden, le dan fuertes palmadas y gritan dándole la bienvenida.

— ¡Un estirado! ¡Qué sorpresa!

— ¡Qué locura!

— ¡Bienvenido, estirado!

La masa de jóvenes audaces a mi alrededor luce realmente sorprendida mientras gritan descontrolados, y tiene mucho sentido. Es algo que pocas veces se ha presenciado: Un abnegado cambiando de facción y más aún, que elija Osadía.

Comienzo a correr hacia él, sigo llorando y una sonrisa extasiada de seguro ha tomado posesión de mi rostro. Siento que podría morir de felicidad en este momento, y lo único que quiero es correr hacia Yuuri y envolverlo en un fuerte abrazo. Besarlo por fin y agradecerle por la nueva oportunidad que me ha dado, susurrarle en el oído la maravillosa y loca vida que nos espera en este nuevo hogar, jurarle mi amor eterno, pero...

Él no me mira.

Detengo mi andar cuando aprieta con fuerza los labios y se aleja de mí.

¿Me esquiva?

La ceremonia continúa y ahora es el turno de Pichit Chulanont, el mejor amigo de mi lindo abnegado... No, mi lindo osado. Yuuri se detiene antes de sentarse en uno de los lugares que le han ofrecido, lejos de mí y dirige su mirada hacia el chico de piel canela que ahora corta su mano y elige derramar su sangre sobre las brasas.

Otra vez los fuertes gritos nos envuelven y siento como me empujan ligeramente en medio de sus agitados brincos y jugueteos. Pero esta vez no me uno a la felicidad de mi nueva facción, solo puedo permanecer de pie, estático mientras contemplo a un Yuuri que muerde con fuerza su labio tembloroso, y que prácticamente se lanza a unos brazos que no son los míos, desesperado y llorando en el hombro de aquél joven que me mira con odio.

Uno tras otro los jóvenes siguen caminado hacia el centro de la sala, eligiendo y uniéndose a su nueva familia. Pichit susurra algo en el oído de Yuuri y se sienta a su lado. Jamás había visto a Yuuri tan triste, destruido y llorando tan trágicamente. Sigue sin dirigirme la mirada, aferrado a su mejor amigo quien solo le devuelve el abrazo y deja suaves caricias sobre su cabello azabache.

¿... Qué he hecho?

Mi corazón ya no late con tanta fuerza como antes, y me atrevería a decir que incluso un extraño sentimiento de congoja lo ha invadido y ha subido hasta mi garganta. Me acerco lentamente, cauteloso.

AMOR ANTES QUE FACCIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora