VIKTUURI
Amo a mi facción: Erudición, casa de sabios y conocedores, portando siempre este azul tan elegante que representa toda nuestra grandiosidad. Un azul tan pulcro e intimidante como nuestras mentes ¿Cómo no estar orgulloso de eso? ¿Cómo no a...
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POV VIKTOR
Yuuri se aleja de mí y mi primer pensamiento es el de ir tras él, pero increíblemente me contengo.
Después de todo... Yuuri me dio luz verde para enamorarlo.
Es verdad que sus palabras me dolieron, en serio mi corazón sigue conmocionado, pero entiendo que hay algo de razón en lo que dijo. Que tal vez lo que sentimos no sea amor, pero sí que puede serlo.
Mientras camino de regreso a la sala de entrenamiento para encontrarme con Chris, me permito rememorar mi "romance" con Yuuri y caigo en cuenta de que la nula interacción de la que gozamos, hace imposible que el verdadero amor nazca.
Sí, la atracción fue mutua y no podíamos separarnos el uno del otro. Algo en esa dulce mirada me instaba a acercarme más y más, sus labios me gritaban que los devorara y la calidez de su cuerpo me obligaba a aferrarme a sus brazos.
Jamás me sentí tan feliz como cuando Yuuri me miró por primera vez esa noche, en la reunión. Sus ojos resplandecían y me hipnotizaron de inmediato, en ellos brillaba la curiosidad, la ternura y me sedujeron al primer parpadeo, al primer batido de negras pestañas. De solo recordarlo me dan ganas de suspirar.
Y después de eso... solo encuentros fugaces en el instituto. En los baños, en los pasillos vacíos, en los armarios en los que nos dedicamos a prometernos una vida juntos, soñando con el momento en el que pudiéramos amarnos sin restricciones y mientras tanto, limitándonos a acariciar el rostro ajeno, susurrarnos dulces palabras cargadas de cariño, abrazarnos como si la vida se nos fuera en ello y suspirar en el cuello del otro.
Todos y cada uno de los momentos que pudimos compartir tienen un gran valor. Las cartas con palabras cargadas de cariño, los guiños y hasta los mínimos roces de dedos que nos dábamos tímidamente entre la multitud. Claro que fueron significativos y los recordaré con una sonrisa en el rostro hasta el fin de mis días... pero no significa que con eso nazca el amor.
Después de todo, no sé nada sobre Yuuri.
¿Qué le gusta? ¿Tiene pasatiempos? Probablemente no, pues no es algo que Abnegación permita, pero ahora ¿Habrá alguno que le interese explorar? ¿Cómo fue su vida en Abnegación? ¿Qué piensa de su antigua facción? ¿Qué es lo que espera para su futuro? Sus anhelos y aspiraciones...
Ninguno de los dos conoce aún el verdadero ser del otro. Los temores e inseguridades y cómo ayudar a lidiar con ellos. Somos un par de extraños que se atrevieron a prometerse una vida juntos sin saber siquiera cuándo es el cumpleaños del otro.
— El Viktor erudito y siempre ensimismado en sus pensamientos jamás podrá irse por completo ¿Verdad? — Una voz me obliga a espabilar y parpadeo varias veces para después mirar a mi alrededor, aún un poco desorientado.
Estoy en la sala de entrenamiento, como quería, pero no recuerdo en qué momento llegué ni cuánto tiempo llevo aquí de pie.
— Lo siento, creo que me perdí dentro de mi cabeza. — Respondo pero me vuelvo a desconectar.
