Capítulo 10 "La elección que sellará tu destino"

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POV YUURI

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POV YUURI

Decido no esperar a que Pichit termine su prueba para volver juntos al sector Abnegado así que solo me dirijo a la salida y comienzo a caminar con pasos tan rápidos como el latido de mi corazón en este momento.

Me encuentro un poco conmocionado después de lo que acaba de pasar. Mi resultado en la prueba... o más bien la ausencia de un resultado claro.

¿Es posible pertenecer a más de una facción? ¿Y por qué razón sería peligroso que descubrieran mi Divergencia?

Camino por el desolado lugar mientras esas interrogantes me carcomen desde dentro y apresuro aún más el paso, pues aunque se supone que no debo contarle a nadie sobre mi prueba, necesito desahogarme, saciar mis dudas y pedir un consejo amoroso.

Además ¿Cómo podría ocultarle algo así a mis padres?

Camino con rapidez pero no puedo evitar detenerme unos segundos frente a la gran ventana en la que estuve analizando mi aspecto semanas atrás, hasta que aquél hombre sin facción me descubrió y se mofó de mí.

Ese día no pude evitar sentirme mal por mi patética apariencia. Odié a Abnegación y todas esas restricciones que me impiden tomar un poco de cuidado sobre mi persona y que rechaza el deseo de sentirse bien con uno mismo. Ser un poco vanidoso de vez en cuando no debería de ser visto como algo malo.

Al igual que la última vez, mi corazón y autoestima se encogen al detallar en mi piel imperfecta, esas ligeras ojeras, el cabello desarreglado, los kilos de más que escondo bajo mi fea y holgada ropa gris... pero hay algo diferente.

Algo que incluso no vi ésta mañana en esa aula repleta de espejos cuando mi reflejo me rodeaba e hipnotizaba.

Es mi mirada lo que ha cambiado.

Mis ojos siempre han mostrado inconscientemente hartazgo, insatisfacción y tal vez un poco de tristeza. En conjunto con el resto de características no tan favorables en mi persona, han mostrado la imagen de un chico en extremo introvertido, nervioso y decaído.

La mirada que me devuelve mi reflejo en este momento es diferente, pues de alguna forma transmite más seguridad. Incluso mi postura ha cambiado, mostrándome erguido, con los hombros rectos y la cabeza en alto, lo que hace que ese joven asustadizo sea remplazado por un hombre tozudo, seguro de sí mismo y de personalidad fuerte.

No entiendo el por qué de este cambio, pues contrario a lo que dice mi lenguaje corporal yo no me siento así.

¿Seguridad, fuerza y decisión? ¡Estoy aterrado! Nunca había estado tan confundido en toda mi vida.

Sacudo un poco mi cabeza, tratando de alejar estos pensamientos y continúo caminando. Después de unos pocos minutos y con mi corazón latiendo desbocado, visualizo esas casas que conozco tan bien.

AMOR ANTES QUE FACCIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora