𝐅𝐫𝐢𝐝𝐚𝐲'𝐬 𝐂𝐡𝐢𝐥𝐝 ━━ 𝐷𝑟𝑎𝑐𝑜 𝑀𝑎𝑙𝑓𝑜𝑦

𝟐𝟕

* Un matagot es una criatura mágica que se parece a un gato negro

Durante los días siguientes, Juno pasó gran parte de su tiempo en La Madriguera. Se consideraba el lugar más seguro, ya que la orden entraba y salía constantemente; además, parecía peligroso hacer continuamente el viaje entre su casa y la de los Weasley. Esto también significaba que podía mantenerse al tanto y que podía pasar gran parte de su tiempo con Harry; estaba empeñada en asegurarse de que estuviera lo mejor posible.

Sin embargo, Molly Weasley estaba haciendo que eso fuera una hazaña especialmente difícil.

Estaba haciendo todo lo posible para mantener a los cuatro separados.

Estaba muy claro que en cuanto Ron, Hermione, Harry y Juno encontraran un momento a solas, estarían acurrucados en susurros, tramando su próximo movimiento contra Voldemort. Molly era dolorosamente consciente de ello. A pesar de saber en el fondo que siempre le tocaría a Harry luchar contra el Señor Tenebroso, a pesar de saber que era su batalla la que tenía que afrontar, no podía soportar la idea de que un chico tan joven, a punto de cumplir los dieciocho años, con apenas una arruga en su corta vida, tuviera que enfrentarse a tanto; a tales atrocidades y violencia. Eso ya era bastante malo, pero saber que su hijo seguiría a Harry hasta los rincones más lejanos de la tierra, conocer su lealtad y su deseo de proteger a sus amigos, saber que sacrificaría cada parte de sí mismo por sus seres más queridos, era demasiado para que Molly pudiera siquiera empezar a intentar comprenderlo. Por ello, hizo todo lo posible para impedir sus maquinaciones, separándolos a todas horas del día y haciéndolos trabajar tan intensamente, preparando el cumpleaños de Harry y la próxima boda de Bill y Fleur, que al caer la noche se derrumbaban de agotamiento.

Harry insistió en que no quería una fiesta. Dijo que no le parecía bien celebrarlo con las circunstancias que había. Estaba de luto por Dumbledore, por Hedwig y por Moody, y el mundo era un lugar demasiado oscuro como para ponerle sonrisas falsas y fingir que todo estaba bien sólo por él y por un día que de repente se sentía demasiado insignificante. La señora Weasley le cerró de inmediato el paso a su pensamiento existencial; le dijo que no valía la pena salvar el mundo si no podíamos aferrarnos a los destellos de luz en la oscuridad, que esos eran los momentos por los que había que vivir y por los que había que luchar, y que él, más que nadie, se merecía unas míseras horas de autocomplacencia, unas horas para jugar a fingir y ser un niño por una vez en su vida. Juno había aceptado de buen grado, rodeando su antebrazo con los dedos y apretando con entusiasmo, insistiendo en que sería muy divertido, y quién era él para decir que no cuando su piel estaba contra la suya y ella le sonreía con la ferocidad del sol y la luna juntos. Entonces aceptó a regañadientes, y mereció la pena ver cómo la emoción se reflejaba en la cara de Juno. Ella y Molly se dispusieron de inmediato a hornear una tarta, y esta última dio instrucciones al trío de oro para que comenzaran a preparar la fiesta, asegurándose de que cada trabajo estuviera en distintos extremos de la propiedad, para mantenerlos lo más alejados posible.

Sin embargo, en el día de su cumpleaños, Molly no podía negarles tiempo para estar juntos, por mucho que le hubiera gustado, así que los cuatro fueron dejados a su aire. La mañana comenzó con Juno y Hermione entrando en la habitación de los chicos y cayendo sobre la cama de Harry, aterrizando sobre él con un "oomph" antes de gritar una interpretación exagerada de "Feliz Cumpleaños". El chico refunfuñó bajo ellas, pero ellas sólo cantaron más fuerte, hasta que finalmente se despertó, quitándose la tapa de la cabeza y alcanzando cansadamente sus gafas, frotándose los ojos y saludándolas con un somnoliento "buenos días" y "gracias", una sonrisa tímida que se apoderó de su rostro al darse cuenta de lo cerca que estaba su cuerpo del de Juno. Ron estaba refunfuñando en voz baja en la cama del otro lado de la habitación, así que Hermione, con una sonrisa ladina fue y se desplomó encima de él, haciendo que gruñera y se quejara aún más fuerte.