5._ Gavilán o Paloma

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"Pobre tonto, ingenuo charlatán
Que fui paloma por querer ser gavilán"
José José

Me desperté como a eso de las 12 de la tarde, y no fue por que quisiera, era por el maldito calor que ya no aguantaba, ayer estaba tan cansado que se me olvido cambiarme a mi chingonsisima pijama de las Chivas que me dormí con mi ropa de diario y como había dicho Grillo: traer pantalón de vestir y camisa larga a Veracruz era una pésima idea.

Baje a la cocina y desayune lo mismo que estado comiendo desde que llegue, sopa maruchan, leches de sabores en envase de cartón y más galletas de la marca Gamesa. Sabía que tarde o temprano esta dieta me haría daño (de por sí no es que comiera muy saludable), pero de eso ya me preocuparía luego. Terminado de limpiar la mesa procedí a prepararme para salir con Grillo.

Habíamos acordado que nos veríamos a las 2 de la tarde, apenas dio las 2 y unos segundos después ya estaba tocando la puerta. Estaba terminando de vestirme por lo que le pedí que me esperara unos minutos, al final salimos de mi casa 2:30 y nos dispusimos camino hacia el mercado.

Algo que me sorprende del moreno con cabello de comercial de acondicionador, es que tenía una forma de orientarse muy buena, lo más probable era que se había desarrollado por pasar tanto tiempo viviendo aquí. Grillo nunca me dijo su edad aunque yo le calculaba como unos 23-24 por lo que era obvio que sabía cómo moverse por estas calles.

Cada calle que pasábamos estaba llena de lo siguiente: vendedores ambulantes que llevaban sus carritos con distintos productos, casas de varios colores adornadas con imágenes del mar o de grillos y varios niños jugando en la banqueta. Después de sentir que había recorrido la misma calle 3 veces, por fin llegamos al mercado de Chopitlan.

Lo primero que hice fue quedarme atónito ante la gran cantidad de productos y artesanías que se vendían, desde muñecas tejidas a mano, collares con dientes de tiburón, playeras con la típica frase de: "Una persona que me quiere mucho me trajo este recuerdo de Chopitlan", así como objetos de plata y ropa muy pintoresca y variada. Sentía que estaba en una clase de centro de Guadalajara pero mucho más fresco y mágico, la gente se veía feliz ofertando todos sus productos y acercándose a la gente preguntándole: "Que está buscando joven", "Le damos precio", "Pregunte sin compromiso" y el que siempre solían decirme a mí "Que le vamos a dar güero" (Ni siquiera estaba tan güero, bueno a diferencia de Grillo si, él era muy moreno, pero por lo menos él no estaba tan escuálido como yo)

En fin, empecé a preguntar por la ropa que me llamara la atención, la verdad es que los conjuntitos y vestimentas era muy bonitas (demasiado para mí), pero por lo menos sabía que con esa ropa ya no iba a estar sudando como puerco, si por mi fuera hubiera comprado medio puesto de ropa pero los precios no me lo permitieron. Al preguntar cuanto costaba, por ejemplo, una guayabera, me decían que de $1,000 me la dejaban a mí a $800.

O me compraba un conjunto de ropa o comía por toda una semana, cheque mis bolsillos y solo disponía de $800, apenas y me alcanzaba para una playera. Creo que Grillo se percató de mi precaria condición económica y me aconsejo.

- Si quieres podemos ir a otro lado, aquí lo venden más caro porque es la mera entrada al mercado.

- ¿Pero en que otro lado la compramos? Si no me alcanza aquí, mucho menos me alcanzara en una tienda de ropa.

- De eso no te preocupes loco - Agrego abrazándome lateralmente - Conozco un lugar donde venden casi la misma ropa, pero más económica. Podemos ir allá si quieres.

Dudaba mucho que pudiera sobrevivir otra semana con la misma ropa, apenas había salido y ya estaba todo sudado; si había otras opciones tendrían que tomarlas, acepte la sugerencia de Grillo y nos salimos del mercado. El wey me comento que iríamos a un tianguis, pero este estaba muy bien escondido, pasamos entre algunos callejones hasta que después de unos cuantos minutos logre apreciar lo que eran las lonas de un tianguis. Para llegar más rápido decidimos cortar paso atravesando un parque que se encontraba deshabitado.

Soledad y El MarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora