"Estoy esperando mi camión
En la terminal del A.D.O.
Estoy esperando mi camión
En la terminal del A.D.O.
Quiero que me lleve muy lejos
Y a la chingada de aquí" El Tri.Me levanté mojado, al principio creí que se había metido el agua, pero al levantarme de la cama me di cuenta de que estaba todo sudado y pegajoso. Todo esto gracias al insufrible calor que se sentía en el desagradable pueblo. Y si eso no fuera lo peor, mi celular estaba sonando como loco, eran las 11 de la mañana y según mi padre, debería de haberme presentado a las 8 de la mañana en la estación de autobuses para iniciar con la supervisión.
Mi padre odiaba la impuntualidad y más la mía, considerando que yo lo representaba a él, pero siendo justos el jamás me dijo a qué clase de infierno me iban a mandar. Tomé el primer conjunto de ropa que encontré, unos pantalones de vestir negros y una camisa azul. (Nota, si van a Veracruz o algún pueblito en el mar no se traigan la misma ropa de siempre, terminaran asados y sudados por el insoportable calor).
Al salir de mi casa fui recibido por la brisa suave, calurosa y arenosa del mar, cuya arena se me termino quedando en el cabello, si de por si mi casa ya parecía horno, el exterior era peor, uno sentía la fuerza del sol a todo su esplendor y debía de estar buscando árboles o lugares con sombra para protegerse del mismo.
Tengo que ser honesto, la verdad es que el pueblo no estaba tan mal como yo creí, puede que el pueblo fuera viejo, carecía de posters de luz y varias zonas no estuvieran pavimentadas, pero por lo menos no parecía haber narcos o fantasmas. Es más, hasta me atrevo a decir que el pueblo tenía una especie de encanto, las casas estaban pintadas de varios colores que llamaban la atención, predominando los azules, naranjas y verdes, aunque se notaban que eran construcciones que llevaban años, estaban bien cuidadas; también había arboles por todos lados que combinaban muy bien con la tranquilidad que se respiraba en el lugar y con el olor a comida tradicional que de igual manera inundaba el ambiente, eso me recordaba que me estaba muriendo de hambre, pero debía de reportarme lo antes posible a la estación si quería evitar más problemas.
Como dije, el pueblo era bonito, que lástima que su gente no tanto. No me refiero a la apariencia no soy quien para juzgar considerando que no soy alto, bronceado o guapo. Si no con el trato; al caminar por las calles la gente me miraba extrañada, pero dejando entre ver un sentimiento de miedo y de resentimiento, a la mitad de las personas con las que me acercaba simplemente me ignoraban o se cruzaban la calle cuando me veían, solo parecía ser los más jóvenes los que tenían la amabilidad de escucharme, que lastima que tampoco sirvieron de mucho, pues al preguntarle donde se encontraba la estación de autobuses me respondía con amabilidad, el problema es que para evitar ser considerados groseros o para que los siguiera de estar molestando me daban direcciones distintas.
– Disculpe. ¿Sabe dónde se encuentra la estación de autobuses que están construyendo? –Pregunte
– Buenos días mi pachi, ira – señala con su dedo a la derecha – Te vas caminando todo derecho hasta llegar a ese árbol (hay un chingo de árboles no mame), luego das vuelta hacia la izquierda (el wey señalo hacia la derecha) y finalmente caminas dos cuadras hasta ver una fuente de unos grillos. Ahí preguntas en el kiosco, ellos han de saber dónde se encuentra la estación (No pues que útiles).
No se cómo lo hice pero logre llegar a la plaza de la ciudad en donde me encontré con la famosa fuente de grillos de la que me habían hablado, era de color gris y con 4 grillos en los lados. Ahí me percate de que el poblado debería de tener algún fetiche raro con los grillos. Durante mi travesía para llegar hasta la fuente observe varios puestos de artesanía con productos en forma de grillos, las calles tenían estatuas de grillos, los letreros tenían grillos en sus indicaciones, vamos, hasta los niños vestían ropa con grillos estampados. Eso sin contar el cuaderno en el que estoy escribiendo que tiene grillos en la portada y ese wey moreno que me encontré ayer que no me acuerdo su nombre pero me dijo que le llamase... Grillo.
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Soledad y El Mar
AvventuraVine a Chopitlan por que me dijeron que aquí vivía mi abuelo un tal José Rosas. Y no, no vine por que mi madre me lo haya pedido, vine por que la empresa en la que trabajo me obligo a venir aquí. Ahora estoy atrapado en este horrible pueblo abandona...