Quince

111 15 17
                                        

Horas y horas y más horas son las que han pasado mientras trataba de dormir, sin poder hacerlo ni por unos minutos tan siquiera.

Demasiadas cosas pasaban por mi cabeza, siendo la que interrumpía que pudiese dormir ese recuerdo del momento en que Taehyung me atacaba sin consideración, arrastrándome a no poder sentir ni pensar con la cordura suficiente mientras era arrastrado y llevado hasta el anciano al que apuñalé hasta la muerte.

Cada minuto que trataba de dormir, cerrando los ojos para poder hacerlo, imágenes de ese instante, de cada vez que atravesé su cuerpo con el cuchillo, venían a mi mente causando la noche en vela que he pasado y no quita la sensación de cansancio ni meterme en la ducha por casi una hora. Tampoco el frio que me acompaña mientras camino por la calle, cruzando en este momento la puerta para mi primer día oficial de trabajo, mostrando mi mejor sonrisa al encontrarme con mi jefe, quien sin mediar más palabras que ese amable y alegre buenos días deja una taza de café en mi mano.

— Los nervios no suelen ser buenos —le miro confuso por sus palabras —está claro que no has dormido por estar nervioso por tu primer día de trabajo. No te preocupes porque lo harás bien. Tienes que recibir a los padres y madres que vendrán con los pequeños y llevar a los niños y niñas hacia allí. Es fácil Kihyun, no te preocupes por nada, ¿de acuerdo?

Asintiendo, fijando mi atención en el café que no puede apetecerme menos, me dispongo aún así a beberlo, dejando que el calor del mismo pase por mi garganta, calentándome por dentro al mismo tiempo que alivia un poco como me estaba sintiendo, aunque solo solo lo suficiente para mostrar mi mejor sonrisa ante la mujer que ahora viene con una pequeña en sus brazos que curiosa me mira.

— Debes ser nuevo —asiento —¿Hoseok ya no trabajará aquí?

— Tiene su propio trabajo —interrumpe mi jefe —Kihyun será ahora quien me ayude. Es joven pero amable. No será un problema que reciba a esta princesita que hoy tenemos aquí.

Mirando a la pequeña, viendo la sonrisa que le dedica a mi jefe, fijándome en la mujer que curiosa me mira antes de regalarme una sonrisa que demasiado podria significar, cojo a la pequeña en brazos que no duda en abrazarse como puede a mi, llevándola hasta el inmenso y bien cuidado lugar donde se que lo pasarán bien jugando, entreteniéndose en las horas que estarán aquí.

— Kihyun —le miro en este momento —te daré un consejo. Si no quieres aceptarlo estás en tu derecho. Esa mujer, la madre de esta niña, es viuda y el último ayudante que tuve renunció por el excesivo acoso que sufría por esa mujer. Puede parecer muy agradable y encantadora, pero no te dejes engañar, ¿de acuerdo?

— Está bien pero aunque se intente insinuar no es que vaya a conseguir mucho de mi —cuelgo el abrigo de la pequeña —no me atraen las mujeres.

— ¿Mantienes una relación estable ahora? —niego —igualmente haz caso de mi consejo porque dudo que le importe si te gustan las mujeres o los hombres.

Pensando en las palabras que acabo de escuchar, siendo que incluso estas superan a cada recuerdo de lo sucedido ayer, vuelvo a mi puesto de trabajo, terminándome el café que aún se mantenía caliente antes de llegar la segunda madre. Es el mismo procedimiento, teniendo que responder que el señor Lee no trabaja aquí, mostrando mi mejor sonrisa antes de llevar a los más pequeños dentro de la guardería.

Un total de trece pequeños son los que llevo a ese inmenso espacio que se encuentra ahora tras la puerta cerrada, quedándome ahora a solas sentado tras esta mesa, revisando mi móvil donde tan solo un mensaje de Hyunwoo es el que se muestra en la pantalla, diciéndome en este que Jooheon ha ido al hospital con Minhyuk para que revisen la herida de la cesárea y de paso pueda ver a su hijo.

Get my number * ShowkiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora