Get my number * Showki

Diecisiete

Apoyado en el marco de la puerta de este dormitorio, cruzando con cuidado mis brazos sobre mi abdomen, lejos estos de la cicatriz aún que en proceso de curación está, no soy capaz de dejar de mirar ese pequeño cuerpo que sobre la cama descansa, a mi primo que duerme en profundidad desde hace como una hora creo, fácilmente siendo que han pasado esos sesenta minutos o tal vez alguno más.

— ¿Duerme todavía? —asiento a la pregunta de mi Honey —déjale dormir y descansar. Lo necesita y lo sabes amor. Además tu también tienes que descansar.

— Lo único que necesito es que Kiki pueda ser feliz dejando todo el pasado atrás, en el olvido —me siento ahora en el sofá —y a mi hijo. No se si vendrá mi hijo antes que Kiki se recupere pero ya no puedo soportarlo amor. ¿Por qué no pueden dejar a nuestro hijo venir a casa y se le dan los tratamientos que sea aquí?

— Primero porque tu tienes una herida en tu abdomen que debe curarse y lo sabes —señala con calma —y segundo, nuestro hijo ha nacido prematuro mi amor, necesita oxigeno y cuidados específicos. Tu mismo le has visto. Si le traemos a casa tendremos que estar recibiendo a una enfermera y en el hospital está mejor atendido. A mi también me molesta que esté lejos de nosotros, sus padres, pero es lo mejor para nuestro hijo ahora mismo.

Asintiendo, en silencio, me acerco más a mi precioso prometido, rodeando su brazo al mismo tiempo que dejo mi cabeza descansar sobre su hombro izquierdo, viendo como Hyunwoo entra en el salón donde nos encontramos.

— Será mejor que me vaya ya —nos dice —Kihyun está dormido y no creo que ahora mismo me necesite aquí, ni vosotros tampoco.

— ¿Qué le dijiste a mi primo para que volviese a casa? —me incorporo despacio —porque si se fue estaba claro que no iba a volver y mi tía no consiguió que volviese. Pensé que si lo conseguiría porque es su madre y él su hijo. Por una vez me he equivocado y ya está. Pero quiero saber como le hiciste volver.

— Le llevé al cementerio —miro a mi hombre y a Hyunwoo —si, al cementerio. Mi hermana pequeña era igual que tu primo. Terca aunque dulce, confiada de cuanto hacia. Siempre se creyó que podria conseguir todo por si misma hasta que un día pudo ver por si misma que no era así. Lo malo es que el momento en que pudo ver la realidad fue el día que ese hombre la asesino. Tu primo necesitaba un golpe de la realidad y yo le di el empujón, le quité esa venda que le cegaba, impidiendo que viese la realidad. Y con respecto a ti Jooheon tienes paciencia está claro, pero también tienes que darle su espacio si quieres que no viva enfadado toda su vida contigo. Te vas a casar con quien para él es un hermano mayor, a quien más quiere y está sentado a tu lado. Piénsalo y haz lo que quieras, pero lo mejor seria que le des su espacio, que no le persigas allá donde vaya. Tiene veintitrés años, es joven y quiere vivir eso está claro. Pero su pasado pesa demasiado y necesita ayuda, no a alguien que le lleve a lo fácil en lugar de aportarle lo suficiente para que lo solucione por si mismo.

Despidiéndose de nosotros, deseándole buenas noches al igual que nos las desea a nosotros, le veo marchar, escuchando la puerta de entrada siendo cerrada con cuidado. Centrando mi atención en mi hombre, subiendo mi mano hasta su mejilla, viendo directamente sus ojos, me atrevo a moverme un poco para besar sus labios, haciéndole así reaccionar, mirarme.

— ¿Crees que debo hacer lo que acaba de decir?

— Ahora mismo pienso que seria lo mejor que le dejes su espacio mi amor —me abrazo a su cintura —os estabais empezando a llevar bien y habéis perdido todo eso por ir a su trabajo. A veces eres demasiado decidido, impulsivo incluso mi amor y tienes que controlar eso. Entiendo que te preocupes, pero Kihyun desde pequeño siempre ha sido independiente. Las únicas veces que recuerdo que buscó a alguien fue a mi, por eso cuando ha entrado unicamente me ha abrazado a mi hasta que se ha dormido. Dale su tiempo, no vayas a su trabajo ni hables de esas cosas cuando estemos los tres. Controla tu lado de investigador polimaniatico y que sea Kiki quien de los pasos.