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IX-CONFESSIONS

- Demostrémosles nuestro trabajo duro.

- ¡Team Black, Fighting!-nuestro grito de ánimo fue captado por una cámara.

Subimos al escenario con los nervios a flor de piel y nos pusimos en nuestras posiciones. Cuando la música empezó a salir por los altavoces, los nervios se disiparon y mi cuerpo se liberó de cualquier tensión que pudiera haber tenido acumulada.

Los pasos salían con naturalidad, con sinceridad, con sensualidad...

Recordé la vergüenza de los que no me conocían a la hora de hacer algunos pasos porque les daba cosa hacerlo delante de una chica y luego la cara que habían puesto cuando veían que esa palabra no existía en mi vocabulario.

Mientras bailaba agradecí el pantalón corto de debajo de la falta. Me estaba ahorrando muchas preocupaciones por accidentes no deseados. 

Cuando la venda roja me impidió ver nada, todos mis sentidos se intensificaron. Me moví con toda la precisión posible, del mismo modo en el que lo habíamos practicado.

Antes de darme cuenta, me encontraba sudorosa, respirando entrecortadamente y en mi posición final. El vacío en mis oídos fue quitándose a medida que más y más gritos entraban en mis orejas. Quería gritar de satisfacción. Pero bueno, ya lo haría cuando bajáramos del escenario.

- No he podido coger la tira.-dijo Hansol apesadumbrado.

- Está bien, nadie se ha dado cuenta. Habéis estado fantásticos.

Cuando bebimos agua y nos secamos un poco fuimos a una sala en la que había una pantalla, varias sillas en las que estaban sentados los mentores, y dos grupos de sillas a lados contrarios con el número de integrantes de cada equipo.

Después de sentarnos, Rain habló.

- El equipo negro no ha cambiado la canción.-sentí a Timoteo tensarse.-Sin embargo, sus concisos detalles y coreografía merecen mi elogio.

- Muchas gracias.

- Habéis hecho un tan buen trabajo que mi mente estalló. Habéis venido con una rutina de baile fenomenal, lo digo en serio, y realmente quiero daros mis cumplidos. Por el otro lado el equipo rojo ha sabido pasárselo bien. Han mantenido una buena tensión de tira y afloja. Realmente ha sido una gran batalla.

Aquello hizo que hinchara mis pulmones de orgullo y mirara a mis compañeros con una sonrisa más grande que la del gato de Alicia en el país de las maravillas. Ahora lo único que faltaba era ganar.

Por favor, revelen los resultados del duelo.-sentí la incertidumbre, y luego todo estalló.

Habíamos ganado 315 a 306.

- ¡NO PUEDE SER!-gritamos todos y nos levantamos para abrazarnos.

Sentí unos brazos levantándome de suelo y darme vueltas para luego soltarme y que otros brazos hicieran los mismo. Todos al final acabamos en el suelo abrazándonos y casi llorando de la alegría. Teníamos una mezcla de sentimientos encontrados muy intensos.

Pasaron varios minutos antes de levantarnos del suelo. Madre mía. Habíamos montado todo un espectáculo.

- Equipo negro. Apuesto a que ahora debéis sentiros abrumados por las emociones.-nuestro líder se levantó para decir algunas palabras porque todo estábamos llorando.