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LUCAS
La primera vez que me paré frente a un salón lleno de adolescentes, estaba muy nervioso porque tenía todas esas miradas curiosas y novatas sobre mí, tan atentas a cada uno de mis movimientos que me sentí intimidado por todo ese tumulto de chicos y chicas más jóvenes que yo; al notar en sus ojos la curiosidad que mi persona les despertaba, sentí que mi vida dependía de ellos de la forma más exagerada que uno puede imaginar, pues yo debía enseñarles lo básico de filosofía, y mi reto personal era que pudieran enamorarse un poco de ella.
Con el pasar de los días, la sensación no dejó de ser muy diferente pese a que toda mi vida había disfrutado de ser el centro de atención, sin embargo, en mi mente se instalaba el recuerdo constante de que no podía fallar o, de lo contrario, me despedirían a la primera falta y para alguien como yo, que nunca había tenido problemas de dinero, fue como estrellarme contra una realidad de la que nunca fui indiferente, pero que jamás viví en carne propia. Y considerando que tenía relativamente poco que me había independizado, perder un trabajo no entraba en tema de discusión.
Así pues, con el pasar de los meses comencé a acostumbrarme a mi nuevo puesto y, a la larga, logré encariñarme con los pequeños adolescentes —los cuales en ocasiones se sentían muy adultos— que eran mis alumnos; creo que veía muchas cosas en ellos y la diferencia entre los grados, me hizo darme cuenta de que las prioridades de verdad van cambiando exponencialmente, porque los de primero eran muy novatos, e iban por ahí libres de preocupaciones y con altas expectativas en la preparatoria, pero los de último año se veían más preocupados por elegir una carrera universitaria... Como fuera, me sentía cómodo en un ambiente así, aunque al principio fue bastante intimidante.
—El ansia resuelta de Dorian de ser joven eternamente y complacer su propio placer por encima de los demás, a la larga le resulta aburrida — dije a los veinticinco chiquillos que estaban sentados en sus respectivos lugares; en el pizarrón no había nada anotado a excepción del nombre «Dorian Gray» y la palabra «Hedonismo» —. Dorian quería alcanzar todas las expresiones del placer, pero al final, lo que más anhela, es salvar su alma.
Uno de los alumnos, que estaba sentado en las últimas filas, levantó la mano.
— ¿Sí?
—Yo solo vi la película, profe — comentó y el salón no tardó en llenarse de carcajadas, incluyendo la mía.
—Sería bueno que lo leyeran.
— ¿Dorian Gray no solo es guapo y ya? — Cuestionó alguien más — Leí un resumen en internet, y lord Henry es quien parece más interesante. O sea, Dorian es guapo y todo, pero lord Henry tiene labia.
—Lord Henry — comencé — representa la voz de alguien que aparentemente conoce todo sobre el hedonismo, la sensualidad, la farsa del amor y explica, desde su propia experiencia, qué es el matrimonio, lo aburrido y necesario de este, y ya sea intencionalmente o no, corrompe a un muchacho que apenas reconocía la diferencia entre el amor a una expresión artística y al de una mujer.
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Hidromiel. ✔
FantasyLuzbel sabía, entre muchas otras cosas, que tenía terminantemente prohibido enamorarse de un mortal. No era una penitencia que él mismo se hubiera puesto y, ciertamente, tampoco era algo que le importara porque aborrecía a la especie humana en cualq...