Mago de Walking Dead

Capítulo 11

Jenner se giró levemente cuando escuchó pasos, sabía que probablemente no era Harry el que regresaba, ese chico sabía cómo estar callado; había tenido el susto de su vida cuando habló una hora antes. Se encontró mirando a Rick Grimes, el líder de este así llamado grupo, no mucho de uno, no podía controlar a su propia gente. Había escuchado a Rick tratando de controlar a Shane, y había fallado espectacularmente, no era una buena forma para un grupo que intentaba sobrevivir al apocalipsis, necesitaban confiar el uno en el otro, confiar el uno en el otro y era obvio que este grupo no lo hacía, no del todo. .

"¿Cómo está la sangre?" Rick preguntó, vagando tambaleándose un poco antes de deslizarse hacia el final de las terminales mirándolo, su botella de vino chapoteando ruidosamente mientras lo hacía.

"No hay sorpresas", mintió Jenner, el análisis de sangre de Harry Potter podría ser la clave para que se esté creando una cura contra este virus, y su sangre no se parece a nada que haya visto antes. El chico era único, único en su clase, no solo por su sangre tampoco; había algo en él que no podía identificar. Lo había revelado en el correo electrónico que había enviado con todo su trabajo antes de cerrar las terminales. No tenía sentido desperdiciar combustible, no cuando ya estaba peligrosamente bajo. Ya había hablado bastante por un día, así que se puso de pie y salió de la habitación, con el ceño fruncido en sus rasgos sin darle a Rick la oportunidad de hablar. Había estado solo, aislado durante meses, así que no era de extrañar.

Rick lo vio irse, sus ojos también cansados; simplemente había querido agradecer al hombre por acogerlos, por acoger a su familia.

Jenner estaba empezando a tener dudas sobre su plan, el mismo plan que había puesto en marcha en el segundo en que abrieron las contraventanas. ¿Debería advertirles? ¿Debería seguir adelante con eso? Si la sangre del niño fue parte de la cura y lo mató, es muy posible que esté condenando al mundo entero. Jenner regresó a su oficina donde buscó la opinión de su esposa, o más bien le preguntó la foto de su esposa, quien se había ido de este mundo condenado.

El arrepentimiento, la tristeza y la derrota y los ojos profundos y angustiados se posaron en un rostro que envejeció prematuramente cuando se sentó en su oficina.

Harry se despertó de un tirón, respirando profundamente, el sudor cubría cada línea de su cuerpo, dando un suspiro tembloroso, se sentó, moviendo su varita para averiguar la hora. Asintiendo con tristeza, debido al hecho de que no dormían hasta tarde, nunca, en la cantera, borrachos o no, la gente se despertaba pronto por costumbre. Todos probablemente estaban sufriendo bastante resaca. Con un dolor autoinfligido, no encontrarían simpatía en él y, a pesar de sus pensamientos, abrió su baúl y buscó en él la poción que los ayudaría. Cura para la resaca. Podría estar escondido en el jugo de naranja y nadie se daría cuenta. Bueno, lo estarían ya que se sentirían mejor demasiado rápido, pero lo dejarían pasar, los muggles ignoraban su entorno y por lo general ignoraban lo que veían como algo más.

Media hora después, entró en el comedor que habían usado ayer por la noche y comenzó a asaltar los armarios con el permiso de Jenner, por supuesto. Su cabello todavía estaba mojado por la ducha, no había podido evitarlo, y la idea de una larga ducha tibia después de sus pesadillas le había sonado tan bien. Incluso había tocino descongelado en la encimera, supuso que Jenner lo había sacado, estuviera vencido o no (solo unos días), no importaba porque había sido congelado, conservado.

Se puso a hacer una barra de pan desde cero, su tiempo de ser nada más que un sirviente en los Dursley se había asegurado de que Harry supiera cocinar para sí mismo. Una vez que estuvo listo, lo puso en el horno para hornear, luego comenzó a preparar todo lo demás. Verter la poción en la jarra grande de jugo de naranja y poner la tetera a fuego para que todos puedan tomar algo como té o café.