Mago de Walking Dead

Capítulo 86

Había pasado más de un mes desde que el armario mágico fue utilizado por primera vez por los de Hogwarts para llegar a PA. Hermione estaba más que esperanzada con el progreso que se había hecho. Querían hacerlos funcionales muy rápidamente para hacer en masa los armarios mágicos una vez más. De hecho, ya estaban en las etapas de prueba. Ahí fue cuando comenzó la parte delicada, no había garantía de que funcionarían, especialmente en la fase de pruebas en humanos. No importa el hecho de que es posible que no tengan a nadie dispuesto a seguir adelante.

Harry había pasado todo el día de ayer una vez más revisando más libros negros que había heredado. Debido a la paranoia que los negros exhibían constantemente, no fue tan simple como invocar el libro en particular que necesitaba. Por lo tanto, tuvo que caminar penosamente por la catacumba que era su baúl para encontrarlos. Todo mientras convertía el interior del maletero en una biblioteca real, con estanterías y todo. Fue un trabajo duro, especialmente dado el hecho de que lo estaba haciendo solo y tenía miles y miles de libros negros. También le había estado enviando algunos a Severus, dándole libros que estaba seguro que el Maestro de Pociones disfrutaría. Todavía no había escuchado quejas.

Hoy, sin embargo, su arduo trabajo había valido la pena y finalmente había obtenido el libro que Severus había sugerido. Continuaría ordenando los libros, colocándolos en estanterías, pero con menos esfuerzo. Lo haría cuando tuviera tiempo, solo una hora a la vez. De esa manera, si necesitaba libros en el futuro, podría bajar sin tener que buscar entre cajas llenas de libros.

Casi gritando triunfalmente, Harry inmediatamente salió de su baúl. Haciéndolo en silencio, ya que Daryl probablemente todavía estaba dormido. Se había despertado a las cuatro de la mañana y decidió comenzar de nuevo su búsqueda. Al salir, mantuvo la mano en la tapa hasta que estuvo completamente afuera y la bajó lentamente. Daryl tenía el sueño muy ligero, todos lo eran en realidad, una sonrisa se deslizó por su rostro al ver a su compañero durmiendo profundamente. El brazo sobre la cama, a solo un dedo de distancia de su compañero constante, su ballesta, que nunca perdió de vista.

La mirada de Harry recorrió la forma dormida de Daryl, incapaz de recordar la primera vez que conoció a los hermanos.

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Gimiendo de agonía, Harry parpadeó adormilado, preguntándose qué diablos estaba pasando. Recordando lo que estaba haciendo, y por qué lo hizo saltar bien. Los inferi, los muertos volviendo a la vida, sabía que en realidad no eran inferi pero no sabía qué eran, o si siquiera tenían un nombre por el bien de Merlín. Boquiabierto ante la vista que lo recibió, oh chico, podía sentir su propia magia imbuida en el desorden, él había causado esto. Siseando de agonía, se apresuró a descubrir la causa de su dolor. Retirar delicadamente los vendajes menos limpios. Oh, Merlín, pensó para sí mismo, mientras los eventos que habían sucedido se acercaban sigilosamente a él.

El dudoso traslador, sabía que algo andaba mal, o sospechaba que tal vez. Nunca antes había hecho un Traslador internacional, pero había tenido diez veces más baches que los que usó anteriormente en el pasado. Considerando que había gente donde aterrizó, sabía que no estaba cerca de Potter Manor. Después de todo, los magos no andaban con ballestas. Merlín, eso le había dolido, todavía le dolía especialmente respirar.

¿Qué había hecho? No era propio de él perder el control de su magia. No había hecho eso desde que tenía... ¿trece años o algo así? Tragando saliva, si estaba vendado... entonces alguien lo había ayudado. ¿Y si hubiera herido a alguien? O peor... Harry no quería contemplar eso.

Inseguro de cuánto tiempo había estado inconsciente, Harry se apresuró a salir de la cama, para comprobar y asegurarse de que no le había hecho a nadie un daño permanente ... si lo hubiera hecho, podría tener un infierno en su trasero. Con la boca abierta en silenciosa agonía, logró ponerse de pie, su lado herido se curvó ligeramente incapaz de soportar moverlo demasiado.