Mago de Walking Dead

Capítulo 110

"Bueno, esto está bien", declaró Emily, mirando las lanzas de madera que había creado. Merlín solo sabe si sobrevivirían a la primera estocada de entrar en la cabeza de un Inferi. Eran tan puntiagudos como podía hacerlos, solo deseaba poder sumergirlos en metal, les daría una ventaja mayor, algo así como justas que recordaba haber leído en casa. Había hecho dos para cada uno de ellos, así que si uno se rompía ... tendrían un respaldo.

"Extraño mi varita", confesó Amelia, no por primera vez. Lo tenía desde que tenía once años. Al estar sin una parte tan monumental de ella, se sentía como si no tuviera brazos. Inútil, si solo uno de ellos hubiera retenido su varita... tendrían una probabilidad significativamente mayor de sobrevivir.

"¿Recuerdas haber visto alguna varita en tu camino hacia aquí?" Emily preguntó, mirando a Amelia, frunciendo el ceño en contemplación mientras trataba de encontrar una respuesta a esa pregunta en particular. Ella había perdido la suya tratando de salir por la Red Flu, lo cual había sido inútil, el Ministerio se había cerrado. Si no hubiera sido por los demás, habría muerto, lo sabía.

"No lo recuerdo", suspiró Amelia, apoyándose contra la pared, "Todo es solo un borrón, simplemente no sé cómo pudo haber sucedido". estaban matando a los inferi correctamente, sin embargo, todo el Ministerio parecía estar plagado de ellos. Era como si todos hubieran sido mordidos pero lo mantuvieron en secreto y simplemente explotó desde allí.

Emily asintió, "Para mí también", estuvo de acuerdo, "¿Cuánto tiempo crees que ha pasado?" Al principio habían intentado contar los días, pero se habían detenido. Simplemente no parecía relevante, no iban a ser rescatados, no podían salir y enfrentarse a los Inferi, así que este lugar era tan bueno como lo iban a conseguir. Era tan malo que ni siquiera notaron el olor repugnante que emanaba de ellos mismos y de los demás todos los días. "Merlín, lo que no daría por ver el cielo y sentir aire fresco en mi cara". cerrando los ojos y solo imaginándolo, lo que hizo prevalecer el anhelo.

"Al menos dos años", dijo Amelia, frotándose el ojo, donde solía sentarse su monóculo. Su vista en ese ojo no era la que podría ser. Ella era miope en él, pero supuso que debería considerarse afortunada de tener una visión perfecta en el otro. De lo contrario, el mundo estaría constantemente borroso. "Quizás tres o cuatro..." se habían obligado a comer tan poco para que lo que tenían en las tiendas durara el mayor tiempo posible.

"Entonces, tengo diecinueve o veintidós", bromeó Emily, haciendo una pequeña mueca, este no era exactamente el futuro que había imaginado para sí misma. Sin embargo, tuvo suerte, no tenía familia, no extrañaba constantemente a la gente. Este grupo ... este grupo se había convertido en su familia; no quería que les pasara nada. Rezó para que las lanzas se mantuvieran firmes. Sin embargo, las historias de las que había hablado Percy la habían hecho añorar una familia propia, pero crecer en un orfanato había puesto fin a eso.

Amelia estaba a punto de responder cuando Percy la rodeó con sus brazos, "Venid a comer, los dos, necesitaremos todo el combustible que podamos conseguir para esto". Iban a terminar el resto de la comida, espero que les diera la fuerza suficiente para llevarla a cabo. Probablemente todos tenían un peso muy bajo, y no comían lo suficiente para un mago adulto completamente desarrollado. Afortunadamente, no estaban haciendo nada extenuante, por lo que no sintieron ese tipo de sensación de decaimiento de energía.

"No de inmediato, deberíamos esperar una hora más o menos", dijo Amelia, inclinándose hacia Percy, que había sido su roca. Realmente había sido una gran sorpresa, siempre había estado demasiado ocupada, demasiado decidida para abrirse camino en el Ministerio, para allanar el camino para las brujas, para demostrar que tenían lo que hacía falta. Tener una familia y una carrera, y sí, eso es lo que había tenido a pesar de no haber tenido un hijo.