Mago de Walking Dead

Capítulo 22

Había pasado una semana desde que llevaron a Randall a la granja. Harry había tomado la decisión de esperar y ver qué sucedía, para darle a Rick la oportunidad de demostrar que era un líder capaz. Francamente, las palabras de Luna lo tenían aprensivo de siquiera intentar irse, ¿los demás realmente intentarían seguirlo? No quería ser responsable de nadie, especialmente de las personas que no estaban equipadas para lidiar con este mundo en el que vivían ahora. No hacía falta ser un genio para saber que los hermanos vendrían con él, Merle odiaba absolutamente a Rick y los demás, y por una buena razón lo habían dejado morir en un tejado. Solo se quedaba por él y por Daryl, apostaba. Luna, obviamente, también vendría con él. La idea de que alguna de esas personas fuera con él y terminara muerta ... lo dejó helado. Honestamente, nunca quiso ser responsable de ellos, pero Luna tenía razón: nunca diría que no y les quitaría el derecho a elegir. Había tomado demasiadas decisiones para que él siquiera considerara ir por ese camino.

"¿Tienes alguna corriente para dormir?" Luna le preguntó a Harry mientras se sentaba en una de las sillas afuera de la tienda de Harry. Ella se refería a un somnífero, no a un somnífero sin sueños, tomar esa poción sería extremadamente peligroso porque te mantenía fuera de ella, mientras que un somnífero normal solo te ayudaba a conciliar el sueño. Considerando lo exhausto que estaba Harry, supo que funcionaría de inmediato.

"Sí, algunos, ¿por qué?" Harry le preguntó a Luna sin comprender, en la semana que había estado aquí, su quemadura de sol se había desvanecido dejándola en realidad de un color marrón claro, era extraño verla de esa manera, Luna siempre había sido extremadamente pálida, incluso más pálida que él y eso era decir. alguna cosa. También era extraño verla tan seria y vestida con tan poca ropa, todas las pequeñas cosas que hacían que Luna fuera quien era: se habían ido, los aretes de rábano, el collar de corcho, ella tampoco los había estado usando cuando llegó aquí, así que se preguntó qué les pasó.

"Tómalo y duerme un poco." Demandó Luna, su tono no permitía discutir. Sabía que tenía que ser firme para que Harry hiciera algo; él cedería por ella después de una cantidad indeterminada de discusiones. Debería haberlo hecho antes, pero no le había gustado una idiota. Todos habían estado al límite esperando más caminantes, pero había pasado una semana y todo estaba tranquilo y silencioso, por ahora.

"¿Estás loco? No voy a tomar un somnífero," siseó Harry manteniendo su voz tranquila para que nadie los escuchara.

"¿Quieres que te maten porque estás demasiado cansado para luchar?" Luna empujó.

"Estaré bien", dijo Harry con desdén, "me voy a dormir", despidiéndola con la mano sin entusiasmo, sin siquiera tener la fuerza para hacerlo.

"No es suficiente, Merle, Daryl y yo nos turnaremos en la guardia esta noche, así que por favor, duerma un poco". Luna le suplicó a Harry; ella había notado que en realidad él tendía a dormir más cuando Daryl o Merle estaban de guardia. "Tú mismo dijiste que no iba a durar aquí, preferiría que te actualizaras cuando sucediera y pudieras pensar con claridad".

"Deja de devolverme mis propias palabras", se quejó Harry, odiaba cuando eso sucedía.

"Si hay alguna señal de problemas, vendré y te despertaré", prometió Luna, sintiendo que la lucha interior de Harry llegaba a su fin.

"Ni siquiera estaba de acuerdo", se quejó Harry, odiaba cuando otras personas tenían razón.

"Harry, te conozco desde hace mucho tiempo", dijo Luna riendo entre dientes, "Ahora vete y duerme un poco".

"Vamos, Anubis", silbó Harry para llamar la atención de los perros mientras se paraba, no estaba acostumbrado a su nuevo nombre todavía pero estaba llegando. Se había decidido en contra de todos y cada uno de los nombres mágicos que había pensado. Anubis era el dios del inframundo en la mitología egipcia asociado con la momificación y el más allá. Teniendo en cuenta que estaba plagado de personas que habían muerto, le pareció un nombre bastante apropiado para el mundo en el que vivían.