Todos quieren conocer a su alma gemela. Independientemente de cómo la encuentres y qué te ofrece, amistad, una relación amorosa, a veces incluso es un familiar muy lejano. Cuando se trata de tu alma gemela todo lo que puedes pensar es en cómo verás...
Sakusa estaba más nervioso de lo que le gustaría estar, en el fondo solo quisiera estar tranquilo; sin embargo, está en el tren sentado con su madre y Komori, sus manos tiemblan aunque no haya frío y su estómago se siente revuelto.
Han pasado casi tres meses desde que conoció a Atsumu. Fue la primera y única vez que lo vio en persona y desde entonces solo han estado en contacto por mensajes y llamadas. Hablan todos los días y se cuentan absolutamente todo, la transparencia es lo que ha unido su relación como almas gemelas y Kiyoomi no podría estar más agradecido por ello.
Es gracias a esa confianza transparente que ha estado enviando mensajes de texto a Atsumu, contándole cómo se siente con todo esto. Recibe respuestas inmediatas de su novio, quien está casi en la misma situación que él. Sí, ahora son novios, aunque espera anunciarlo hoy cuando vea a Atsumu.
Y a la familia de Atsumu.
Todavía no puede creer que está viajando desde Tokio para conocer a su familia, que volverá a verlo y podrá tomar su mano de nuevo. Es angustiante pensar en que se quedarán todo el fin de semana en Hyogo, pero es gratificante saber que disfrutará de la compañía de su amante.
Sakusa mira de reojo a su madre y la ve casi dormida sobre el hombro de Komori. Quiere preguntarle qué tanto sabe sobre la estadía con la familia Miya, pero al verla en ese estado prefiere guardar silencio y asegurarse de sobrevivir al viaje; no dejará que sus nervios lo derroten.
Su teléfono vibra en su bolsillo, haciendo que su respiración se agite un poco; lo saca de inmediato para ver si finalmente obtuvo alguna respuesta de Atsumu y sonríe debajo del cubrebocas cuando ve que es así.
