DOS

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Miel (S.) El más suave y dulce ámbar.

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Atsumu estaba en el pequeño cuarto que usaban como vestuario en el gimnasio del Inarizaki, estaba apresurado metiendo su uniforme deportivo bien doblado en el pequeño casillero que tenía delante de sí. Su rodilla se encontraba flexionada y apoyada sobre la pared metálica, y sobre esta tenía la mochila de la cual sacaba su termo de agua y otras pertenencias a las que no les daría uso sino hasta el día siguiente al fin del periodo de clases, cuando le correspondiera la práctica de voleibol una vez más.

— ¿Atsumu? -La inconfundible voz de Osamu llegó a sus oídos, paralizando por completo sus movimientos.

Se dio la vuelta en el vacío y silencioso cuarto para ver a su gemelo esperándolo en la puerta con impaciencia. Iban a llegar tarde a la reunión que había convocado el entrenador si no se daba prisa, pero Osamu era consciente de que Atsumu odiaba cambiarse frente a otras personas, al grado en el que era capaz de esperar a que todos se fueran para cambiarse de ropa en la soledad que le otorgaba el lugar donde se encontrase.

— Ya sé, Samu. Dame un momento, solo debo guardar mis zapatos deportivos.

— Muévete, el entrenador Tarou se va a molestar si llegamos tarde a la reunión otra vez y Kita nos va a dar una paliza. -Advirtió Osamu con aquel tono monótono y serio que usaba cuando decía las cosas en serio. Atsumu guardó con prisa y sin cuidado alguno los zapatos, cerró el casillero y se aseguró de bloquearlo adecuadamente. Caminó hasta llegar a Osamu, quien ya estaba fuera del vestuario y lo esperaba en el pasillo. — Hasta que terminas.

Ambos caminaron más rápido de lo usual, hasta que llegaron al salón de profesores donde hacían las reuniones de la tarde. Al atravesar la puerta, todo el equipo -incluyendo a ambos entrenadores- dirigieron su mirada al par de repetidos, para luego centrar su atención de nuevo en el entrenador mayor que yacía sentado sobre el escritorio principal del aula. Tomaron asiento en dos sillas vacías que descansaban a una distancia prudente, teniendo entre ellas a Kita, como una clara señal de que no querían ser interrumpidos por los recién llegados y sus típicas conversaciones cargadas de complicidad.

El entrenador dio inicio a la pequeña convocatoria que había pautado y al cabo de unos minutos donde les hablaba sobre las mejores en el equipo y lo orgulloso que estaba de ellos, Atsumu desvió su mirada a su gemelo y en el instante en se enfocó en el gemelo menor, notó que como éste parpadea repetidamente y arruga ligeramente el entrecejo. Atsumu copió la acción de su hermano, sintiéndose confundido al ver su actuar. En un instante que el entrenador pidió que el capitán del equipo -el cual era Kita- se acercara para entregarle unas libretas que tendrían función de diario deportivo, Atsumu se acercó a Osamu con disimulo y le habló en voz baja.

— ¿Estás bien, Samu? -Masculló notoriamente preocupado, recordaba que su gemelo en ocasiones sufría fuertes migrañas y temía que se tratase de eso.

Paint My World (SakuAtsu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora