UNO

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Amarillo. (S) El color más luminoso.

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Atsumu observaba con desgano su pila de libros. Sabía que debía repasar para el examen del día siguiente; pero una sonrisa amplia y adorable paseaba por su mente como si de un desfile se tratase. Era la tercera noche en la que soñaba con esa sonrisa y anhelaba verla de frente, detallar el rostro que portaba semejante fuente de luz y alegría. Sentía que los grises se volvían resplandecientes mientras paseaba su mirada de vez en cuando por las paredes de su habitación cada vez que proyectaba de nuevo aquella dentadura. ¿Tendría una risa bonita? Seguramente.

— Atsumu, ¿podrías fingir que estás escuchándome? – el tono de reclamo con el que le habló su menor lo hizo voltear su mirada con genuino desinterés. — Te lo pido, idiota.

— Entonces, cuando Suna está cerca, ves los tonos de azul más bonitos Samu, ya lo sé. – la mueca de desencanto que mostró el mayor hizo que el más joven frunciera suavemente su nariz. Sabiendo que, en ocasiones, hablar de su alma gemela causaba mal humor al mayor. — Lo siento Osamu, es solo que he vuelto a soñar con esa sonrisa y no dejo de pensar en eso... Además, debería estar estudiando y no escuchándote parlotear como loro.

— ¿De nuevo? ¡Cuéntamelo todo, tarado! Y deja de decirme loro, fosforito. bien que puedes sacarme y estudiar tú solo.

En ocasiones, cuando Suna estaba ahí, distraía demasiado a Osamu, por lo que no hacía nada más que estar embobado hablando y escuchando a su novio. Pero, Atsumu no podía alterarse. Su hermano había encontrado a su alma gemela y era un hecho conocido que, una vez que la encuentras, todo pasa a segundo plano cuando están juntos. Era tan natural como antinatural para Osamu olvidar sus responsabilidades al estar con Suna, pues normalmente era el más sensato, razonable y responsable de los dos.

— Eso, Samu. Su sonrisa... Es deslumbrante. – Atsumu recostó su cabeza en sus almohadas, soltando un suspiro satisfactorio e ignorando las últimas palabras del menor. — Quiero saber a quién pertenece esa sonrisa.

— ¿Tu alma gemela?

El semblante de Atsumu decayó notoriamente. No estaba seguro de que encontraría pronto a su alma gemela. Por el contrario, creía que jamás la encontraría y que envejecería sin conocer el famoso estallido de colores.

Cuando Osamu iba a hablar de nuevo, con la intención de cambiar el tema, su móvil sonó abrupta y escandalosamente. Lo tomó apresurado, solo para ver un mensaje donde su novio le avisaba que iba en camino con comida para los tres, siempre ejerciendo un lindo rol de novio y cuñado, para compensar todas las vergonzosas situaciones en las que ponía a los gemelos con los vídeos que atesoraba con su vida.

Paint My World (SakuAtsu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora