– ¿Estas seguro de lo que estas diciendo? –Preocupada.
–Si, yo se que alguien me esta vigilando…–Aterrado. –Siento que no voy a durar mucho.
– ¿Quién?
–No lo se pero en estos días me sentí observado, no me deja en paz, ni aquí estoy seguro. –Asustado.
–Tranquilízate, debe ser imaginación tuya.
–No es imaginación mía Gina, estoy seguro que va a intentar hacerme algo, por favor, te espero en mi departamento. –Corta el teléfono.
– ¿Hola? ¿Ramiro? –Corta la llamada. –No puede ser.
Reflexiono a lo que le dijo su amigo, ¿Quién lo querría matar? Pensaba que se estaba volviendo loco y muy perseguido por eso.
Guardo su celular y agarro las llaves para irse de su casa, tomo un taxi hasta el departamento de el.
Entro al departamento y vio que las luces de la entrada no alumbraban muy bien al ambiente, vio a un hombre con un impermeable negro que pasaba al lado de ella para irse, entro al ascensor y apretó el botón para que el ascensor la llevara al piso deseado.
El ascensor se detuvo en el segundo piso y salio para buscar la casa donde vivía el, cuando estaba cerca del lugar vio que la puerta estaba abierta y paso a su casa.
– ¿Ramiro? –Pregunto la pelirroja, estaban todas las cosas tiradas por el suelo. – ¿Ramiro? –Aterrada.
Camino hasta la sala y lo vio tirado en el suelo, se tapo la boca y no podía creer lo que vio, su amigo se encontraba muerto en el suelo y con un tiro en el pecho, empezó a llorar y se fijo si había alguien en el departamento, agarro el arma y vio que una vecina entraba con unos policías en la casa.
–Fue ella, ella tiene la pistola, escuche un estruendo y los fui a buscar. –Habla la mujer. –Asesina. –Le grita.
La pelirroja soltó el arma y esta cayó al suelo, negaba con la cabeza.
–No es verdad, yo no fui, cuando lo encontré ya estaba muerto. –Llorando.
–Fuiste tú, no había nadie aquí, tú agarraste el arma. –Culpándola. –Tú lo mataste.
–No, por favor se lo pido, soy inocente, no lo mate. –Le suplica, los policías la agarran para esposarla. –Soy inocente. –Grita.
–Llévensela. –Dice el comisario.
Ella no podía dejar de llorar y patalear, no iba a permitir que la encerraran siendo inocente, ella no lo había matado.
–Yo no fui, por favor, suéltenme. –Arrastrándose para que no la llevaran a la cárcel.
Se despertó agitada de su sueño, se puso a llorar y se cubrió la cara con sus manos.
–Arriba. –Dijo un guardia. –Es hora de levantarse.
Era pelirroja, de tez blanca y el cuerpo cubierto de pecas, era delgada y de ojos verdes. Tenía 29 años.
Ella se bajo de su cama y la mujer que la acompañaba vio que estaba llorando.
– ¿Tuviste una pesadilla? –Gina asintió.
–Si, soñé cuando paso el asesinato en el que me culparon. –Limpia sus lágrimas. – ¿Por qué tuve que tocar el arma? –Culpándose.
La mujer había estado siete años en la cárcel y había sido condenada a quince años de prisión, se volvió a sacar las lágrimas de sus ojos verdes, estaba inconsolable, vio que uno de los guardias abrió la celda y entro para hablarle.
–Tu abogado y el comisario te están esperando. –Serio.
– ¿Por qué?
–No lo se, solo te llamaron para hablar contigo, anda que te están esperando.
Gina salio de la celda y camino hasta donde la estaba esperando su abogado.
–Lucas. –Lo abraza. –Hace mucho no te veía. –Animada.
–Hola Gina. –Sonríe tiernamente. –Te tenemos buenas noticias. –Alegre.
– ¿Qué paso? –Quería saber.
–Hoy mismo vas a salir de la cárcel, te redujeron la pena.
Ella tapo la boca con su mano, pensaba que estaba soñando, volvió a llorar y no le salían las palabras.
– ¿Libre? –Llorando.
–Si Gina, eres una mujer libre. –La abrazo y la contuvo mientras lloraba.
–A la familia Rivas no le gustara esto pero eres libre. –Dijo el comisario.
–Pero yo…
–No digas nada. –La interrumpe. –Si sigues diciendo que no lo mataste, no te voy a dejar salir. –Serio.
–Gracias. –Feliz.
–Agarra tus cosas y el te va esperar en la salida.
Ella agarro las cosas que tenia en la celda y su amiga no podía estar más que contenta por ella.
–Al fin vas a ser libre, ¿Qué harás?
–Conseguir un trabajo y resurgir desde mis cenizas. –Sonríe. –Te juro que todo esto me sorprendió, no voy a dejar de agradecer de ser libre, gracias. –La abraza. –Te voy a extrañar.
–Me puedes visitar. –Se ríen.
–Claro que lo hare. –Se separan. –Adiós. –Se va de la celda.
Camino hasta la puerta en que la separaba de la libertad, un policía abrió la puerta y ella salio en busca de su abogado, lo encontró y camino hasta el.
–Comienza una nueva vida para ti. –La abraza y acaricia su espalda.
Ella no podía de estar más que agradecida de ser libre, se separo de el y solo respiraba el aire de libertad.
–Lo se. –Con brillo en sus ojos.
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Por Amarte Asi
RomanceGina, una mujer que sale en libertad después de ser sentenciada por un crimen que no cometió. Esteban, un hombre tratando de volver a meter a la cárcel a la asesina de su hermano. Los dos se conocen y se enamoran, empiezan una misteriosa historia de...