Al otro día, Gina visito al amigo de su madre para conseguir el trabajo, el tomo sus datos del curriculum y le sonrío al ver que esta en orden.
–A mi no me importa si estuviste presa o tu pasado, se que vas a hacer bien tu trabajo, estas contratada. –Ella se ríe de felicidad.
–Oh gracias. –Agradecida. –No se va a arrepentir.
–Claro que no, te voy a dar una tarea para tu primer día.
Mientras Esteban estaba acompañado de cientos de policías para allanar una casa que estaba sospechada de tener drogas, se pararon tras la puerta y la derribaron sacando a los dueños, allanaron la casa sacando kilos de droga, dinero y armas, sacaron la evidencia a la casa y vio que una pelirroja sacaba fotos.
–No puede sacar fotos señorita. –Se acerco a ella y trato de tapar para que no saque fotos, ella desvío el camino.
–No hago nada oficial, es para mi trabajo solamente. –Dijo Gina, se acerco a la escena para seguir sacando fotos, el la agarro suavemente del brazo, se miraron.
–Por favor, recién terminamos de allanar la casa, no puede sacar demasiadas fotos, es algo privado. –Mirándola.
–No es para tanto oficial, siempre están los medios para estas cosas. –Sonríe, el se quedo petrificado. –Déjeme terminar de sacar fotos.
Gina vio que el hombre que estaba parado frente a el era hermoso, ojos marrones, el cabello corto y una mirada que la hechizaba, vio que el tenia ese efecto con ella.
–Esta bien. –Sonrío. –Solo unos minutos.
El la miro mientras termino de sacar sus fotografías, apago la cámara y se acerco a el.
–Muchas gracias oficial, ojala no lo haya molestado.
–Me hiciste sacar canas verdes. –Se rieron a la par y ella se alejaba de el para irse. – ¿Cómo te llamas? –Le grita para que lo escuche, ella se da vuelta.
–Sirenita. –Se echa a correr para irse.
El se ríe al escuchar lo que respondió la mujer, vio su pelo moviéndose en el viento mientras corría para alejarse de el.
–Es hermosa esa mujer. –Se acerco un policía y lo saco de sus pensamientos.
–Si, muy hermosa es la pelirroja. –Dijo Esteban.
– ¿Le preguntaste su nombre?
–Si, se llama Sirenita. –Sonrío y sus ojos se llenaron de luz.
Ella dejo de correr y camino despacio por lo cansada que estaba pero no se cansaba de reír, hace años que nunca se había sentido así, siguió caminando hasta tomar un autobús para llegar a su trabajo. Había empezado a trabajar como fotógrafa para un diario de la zona y su jefe le había pedido que saque fotos del allanamiento que sabían que iba a pasar.
Llego a su trabajo y develo las fotos para después entregárselas a su jefe.
–Buen trabajo. –Mirando las fotos. –Te felicito, lo hiciste muy bien.
–Gracias. –Contenta.
–No me tienes que dar las gracias, tienes buena mano para esto, ya hiciste mucho por hoy, mañana te mandare otra tarea. –Ella asintió.
–Como usted diga.
–Conserva la cámara, cuídala muy bien.
–Lo hare, adiós. –Lo saluda y se va.
Era de noche y Esteban estaba comiendo con su familia, el estaba perdido en los pensamientos de la mujer misteriosa que vio en día de hoy, esa mujer lo había sacado de los pensamientos negativos que tenia en su cabeza, pensó en su calida sonrisa y no pudo contener su sonrisa.
– ¿Hijo? –Lo llamo su madre, lo toco.
– ¿Qué? –Salto de la silla. –Lo siento, ¿Qué me decías?
– ¿Qué paso con el pedido de la investigación? –El no se había acordado de eso después de lo sucedido con la pelirroja, aclaro su garganta.
–Hable con los fiscales de esa causa, en poco tiempo me va a llegar si me dejan que investigue y me van a mandar una jueza para ayudarme.
–Eso esta bien, es mejor que te ayude así ve las pruebas contra esa mujer y la van a meter más años. –Cordelia temblaba en el otro lado de la mesa.
– ¿Tu que piensas Manuel? –Pregunto el.
– ¿Qué quieres que piense? Si no vas a encontrar nada en contra de ella, cuando la metieron presa no allanaron nada, la metieron a la cárcel porque una vecina la vio con el arma y la usaron.
– ¿Quieres dejar de defenderla? –Hablo Cordelia tratando de contenerse. –Y no digas que la defiendes porque no la conocemos y no le reproches a el que no estaba en el país, la culparon porque ella estaba enamorada de mi marido y lo mato por despecho, nada más.
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Por Amarte Asi
RomanceGina, una mujer que sale en libertad después de ser sentenciada por un crimen que no cometió. Esteban, un hombre tratando de volver a meter a la cárcel a la asesina de su hermano. Los dos se conocen y se enamoran, empiezan una misteriosa historia de...