Capitulo 18

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Muriel observo a Carla, sabia muchas cosas pero no quería que hablara, seria muy peligroso para ella.

–Asíque era un plan.

–Si, el me lo contó, cuando pensaba que estaba delirando.

–El sabía quien lo iba a matar. –Pensó Muriel, en voz alta.

–No se si lo dijo como una afirmación o como una duda pero es verdad, el sabia quien lo iba a matar.

–Carla, necesito que te cuides muy bien, se que no sabes con certeza quien es pero tu eras cercana a Ramiro. –Toma aire. –Creo que tendría que dejar que salga, cambiar mi estrategia.

– ¿Qué va a hacer?

–Cuando tenga los resultados del ADN, voy a hablar con el juez, el juicio tiene que abrirse.

–Pero no hay un sospechoso todavía.

–Por eso voy a esperar a que estén los resultados, hay rastro de ADN en sus uñas, lucho con el asesino antes que recibiera un disparo.

Mientras, una habitación quedo inerte, escuchando tras la pared, andando de un lado para el otro. Su cuerpo no dejaba de temblar, escuchando las palabras de Carla, apretó el vaso con fuerza, haciendo que se rompiera y cortara su mano.

Aguanto su grito de dolor y camino hasta el baño, abrió el botiquín, agarro una venda y alcohol.

Gina estaba en su cuarto, acostada en su cama, no dejaba de dar vueltas, se sentía culpable por tratarlo así pero no quería que nadie la lastimara más.

–Ya sufrí bastante todos estos años. –Piensa. –No más, se termino.

Toco sus labios, recordando sus besos y dejo escapar un suspiro.

–Ojala que esto termine pronto.

Esteban estaba acostado en su cama, recordando sus besos y cuando la tomo en brazos, estaba muy arrepentido y eso le iba a demostrar a Gina, la amaba cada vez más y no podía estar lejos de ella y menos en este momento, necesitaba protegerla del asesino.

– ¿Quién mato a mi hermano? –Pensando.

Al otro día, todos salieron de sus cuartos, bajaron la escalera y pasaron a la sala, se sentaron, cada uno en su asiento. Esteban y Gina se miraron, ella mira para otro lado, ignorándolo.

Pasaron diez minutos y Carla no había llegado con el desayuno.

– ¿A que hora se levanto, Carla? No bajo con nosotros. –Pregunto Manuel.

–Ella tiene que levantarse más temprano. –Dijo Muriel.

– ¿Y donde esta el desayuno, entonces? –Volvió a preguntar.

–Voy a la cocina a fijarme. –Dijo Gina.

Se levanto y camino hasta la cocina. Apenas entro, vio platos y vasos tirados en el suelo. Salio de la cocina y corrió hasta la sala.

–No se que paso pero esta todo tirado, Carla no esta en la cocina. –Nerviosa.

Todos se levantaron, Muriel estaba preocupada, fue con Gina y Esteban a la cocina. Entraron y vieron todo tirado.

– ¿Carla? –Grita.

La cocina estaba en silencio, Muriel reviso la cocina y Esteban abrazo a Gina, estaba muy nerviosa.

– ¿Dónde esta? –Alterada.

–No lo se pero la vamos a encontrar.

Ella asintió y se alejo de Esteban.

–Tenemos que revisar toda la cocina.

–Pero no esta aquí, ¿Qué estamos buscando?

–Un cadáver. –Traga saliva.

Gina sintió que su cuerpo empezó a temblar, quiso hablar pero las palabras no le salían.

–Puede ser que este en su habitación. –Dijo Esteban. –Iré a revisar.

Muriel asintió y se fue de la cocina.

– ¿Por qué dices que esta muerta? –Confundida.

–Porque el asesino esta en esta casa, nadie mando a una tercera persona para cometer el crimen y Carla sabia demasiado, no al asesino pero sabia cosas de la familia.

– ¿Hay algo que yo no sepa?

–Carla tuvo una pelea con Ramiro, unas horas antes del asesinato y el asesino quería culparla a ella pero apareciste tú.

–Oh con eso me pongo contenta. –Sarcástica.

Vieron como Esteban entro a la cocina, estaba muy serio.

–Creo que tendrían que ver esto. –Demacrado.

– ¿Qué paso?

–La encontré muerta en su habitación.

Gina se puso las manos en la cabeza, cerrando los ojos.

–El segundo crimen. –Seria. – ¿La encontraste en su habitación?

El asintió y salieron de la cocina.

Subieron las escaleras y caminaron hasta la habitación, Esteban detuvo a Gina, no quería que entre.

–No quiero que veas eso. –La mira.

– ¿Qué pasa? ¿Qué tiene?

El suspira y la abraza.

–La apuñalaron varias veces, no quiero que veas eso.

Ella cerró los ojos y puso su cabeza en su pecho.

Después de unos minutos, Muriel salio de la habitación.

–Llame a la policía y a la ambulancia, tiene signos que se defendió, creo que el asesino esta herido.

Bajaron las escaleras y entraron a la sala, donde estaban todos.

– ¿Qué paso con el desayuno? –Pregunto María.

–Encontramos a Carla muerta. –Respondió Muriel.

Todos estaban sorprendidos, se miraron entre ellos. Esteban se sorprendió al ver a alguien con una gasa en su mano, cubriendo una herida.

–Todo concuerda con que el asesino esta también herido, Carla lucho para escapar del asesino.

–¿Qué te paso en la mano, Cordelia?

Por Amarte AsiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora