Capitulo 23

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Era de noche, Muriel estaba en su casa, hizo la comida y puso la mesa. Después de unos minutos, escucho el sonido de su celular. Era el forense y atendió.

– ¿Qué paso?

–Señora Elías, me equivoque en examinar el ADN.

– ¿Qué ADN? –Preocupada. –No pueden equivocarse.

–Hay un error con la sangre de los hermanos Rivas, no entiendo, examinamos solo a uno pero por las dudas, quise examinar la compatibilidad de hermandad, no son hermanos.

Su cara cambio, tomo aire.

– ¿Estas seguro?

–Tendré que examinar el ADN con el cuerpo, va a tardar un poco.

–No lo hagas, ya encontré un testigo, sabe quien es el asesino.

–Esta bien pero lo voy a hacer, no pierdo nada, ahora si te dejo, cuando termine el primer día del juicio, llámame.

–Lo hare, adiós.

Corta la llamada, escucho el timbre.

Camina hasta la puerta, la abrió y María estaba del lado de afuera. Ahora ya sabia lo que quería decirle.

–Pase, señora Creel.

María entro a la casa y caminaron hasta la sala.

–No se si va a querer comer.

–No tengo hambre, gracias.

Las dos toman asiento, Muriel vio que María estaba nerviosa, algo contrariada.

–Me llamo para decirme algo, la escucho.

La miraba atentamente, la señora tenia la vista perdida en el suelo y miro a Muriel.

–No es muy fácil lo que voy a decir.

–Dígame, no pasa nada.

María traga saliva y deja salir un largo suspiro.

–Se que no tiene nada que ver pero... uno de mis hijos es adoptado.

–Lo se, el forense me acaba de llamar, el ADN Rivas es inocente, mientras que el otro sigue siendo sospechoso.

–Eso si que no. –Asustada. –No lo voy a decir.

–No tenga miedo, nadie lo va a saber.

–En el juicio todo va a salir a la luz, ¿cree que no lo se?

Muriel suspira.

–Creo que va a ser mejor para todos y a su hijo que lo sepa, después de todo, usted lo educo.

–Esteban no es mi hijo, con mi difunto marido lo adoptamos cuando apenas tenia 2 años.

Muriel miraba a la mujer que estaba sentada frente a ella, esto ponía más difícil las cosas, Esteban podría ser el asesino, estaba en el país en el momento del asesinato.

–Cuando se entere, me va a odiar más.

– ¿Por qué lo dice?

–Ayer se fue de la casa, no me llamo. –Mira al suelo.

Después de unos minutos, Muriel estaba sola en su casa, tenía más dudas, sentía que volvía todo como estaba antes, de cero.

–Bueno, esta cumpliendo con las novelas policiales. –Seria. –Si tan solo pudiera conectar ese asesinato con alguna. –Piensa.

Su mente estaba en blanco y su vista estaba fijamente en el espejo, mirando su reflejo.

–El truco de los espejos.

Frunció el seño y se paro de su asiento.

–El asesino quería dar la ilusión que la asesina había sido la amante de Ramiro pero Gina cayo en la trampa, ahora María dice que Esteban es adoptado. –Hablando sola. –Están pagando muchos inocentes, ya se quien fue.

Gina estaba con Esteban, no se habían separado en todo el día pero tenían que descansar. El la acompaño hasta la puerta de su departamento.

–Cuídate.

–Obvio que lo voy a hacer, voy a seguir estando viva para joderlo.

Los dos sonríen, Esteban se acerca a ella, plantando un beso en sus labios.

–Adiós. –La mira.

–Adiós, cuídate.

Era lunes, el día del juicio, Gina se despertó y se dio una ducha, se vistió y bajo a desayunar.

–Al fin hoy empieza el juicio, se que lo voy a encontrar.

–Y así va a ser. –Dijo su madre. –Y tú vas a poder ser feliz. –La abraza.

Más tarde, Gina llego al juzgado y se encontró con Muriel.

– ¿Y el testigo?

–Ya esta adentro.

Asintió y cuando estaban por entrar, siente que alguien la tomaba de la mano. Se dio vuelta y Esteban estaba frente a ella.

–Pensaba que no te alcanzaría. –Se ríe y la besa.

–Hola. –Sonríe.

–Sera mejor que entremos, va a ser un día muy largo. –Dijo la detective.

Ellos asintieron y se tomaron de las manos.

María estaba saliendo del auto, junto con Manuel y Cordelia, acompañada por su abogado.

La expresión de María era seria y melancólica, no toleraba ver a su hijo con esa mujer, no soportaba estar sola.

Por Amarte AsiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora