Capitulo 17

612 37 0
                                    

Gina intento separarse pero el era más fuerte, no se contuvo más y se entrego a sus brazos.

Esteban con un brazo abrazo su cintura y con la otra, acaricio su pelo.

–Perdóname. –Arrepentido.

Ella lo mira y se separan.

–Creo que tendrías que irte a tu cuarto.

–No quiero estar lejos de ti. –La mira. –Te amo, Gina.

Vuelve a besarla pero con más intensidad, la carga, ella pone sus piernas alrededor de su cintura, Esteban la sostiene y camina hasta la cama, donde la acuesta con cuidado y el se acuesta arriba de ella.

Muriel estaba en su habitación cuando recibió una llamada, vio el número y sabia que era el forense, atiende la llamada.

–Hola. –Dudosa. – ¿Qué paso?

–Revise el cuerpo de vuelta, estaba seguro que había visto algo y tuve razón.

Lo escuchaba nervioso, quería saber que descubrió.

– ¿Qué viste?

–Alguien lo golpeo, hice una radiografía de su cráneo y tenia un traumatismo.

– ¿Fue en el momento del crimen?

–No, unas horas antes del crimen.

Muriel estaba en silencio, pensando

–Muriel, yo te diría que saques a esas personas de la casa, el asesino esta ahí y es un peligro, más para Gina.

–Gina esta bien, no le va a pasar nada.

–Tú sabes lo que haces. –Serio.

–Lo se, todavía no van a salir, quiero saber sus movimientos, es una familia tan extraña, todos detrás de la madre, tengo que mirarlos muy bien, no quiero que se me escapen.

Mientras, Gina y Esteban se quedaron desnudos, el se posiciono entre sus piernas y entro en ella.

Los dos se miraron por un momento y pegaron sus labios en un beso profundo, comenzando con las embestidas.

Ella encorvo su espalda y dejo escapar un gemido. Las manos de Esteban vagaban por el cuerpo de Gina, quemaba su piel, no sabían cuanto iban a soportar, perdiendo la cordura.

Los gemidos de la pareja crecían cada vez que aceleraban las embestidas. Después de una hora, llegaron al clímax y el la miro a los ojos, el gesto de la mujer había cambiado, estaba arrepentida. Ella se alejo de Esteban y se sentó en la cama.

–Esto no paso. –Seria. –Ahora vete.

La miro confundido, quiso acercarse pero ella lo detuvo.

–Ándate.

–No, no hasta que me digas porque quieres que me vaya. –Agarra su mano. –Se que fui un estupido pero te quiero, estoy enamorado de ti, no quiero estar lejos de ti, estas en peligro.

–Puedo cuidarme sola. –Saca su mano. –Ahora vístete y ándate, no quiero verte.

El, cabizbajo, se vistió y después de unos minutos, camino hasta la puerta.

–Voy a averiguar quien mato a Ramiro, sea quien sea, aunque seas tú el asesino, va a pagar por todos los años que tuve que pagar, nunca me voy a olvidar de las humillaciones que tuve que soportar, de tu familia y de ti.

El salio de la habitación, aguantando de no llorar, no quería perderla pero todo salio de control, entro a su habitación y se acostó en su cama.

Muriel seguía despierta cuando escucho que alguien golpeo la puerta, se levanto de su asiento y abrió la puerta, Carla estaba parada al frente de la detective y la invito a pasar.

–Quiero contarle algo que paso ese día. –Nerviosa.

–Siéntate.

La mujer se sienta y la mira por un momento, antes de hablar, toma aire.

–Yo lo mate.

Muriel no hablo, quería que continuara con su explicación.

–Tuvimos una discusión, el estaba aterrado y yo estaba harta de los delirios que tenia, pensando que alguien lo quería matar, no me dejaba salir y lo golpee muy fuerte con un candelabro.

Carla miro a la mujer y quería una respuesta pero Muriel no hablo.

– ¿Me esta escuchando? Acabo de confesar.

–Usted no fue, querida. –Calmada. –Tenía un traumatismo pero después se levanto, en ese momento llamo a Gina. –Se detiene.

Muriel se puso a pensar, Carla quería saber que estaba pensando.

– ¿Qué paso?

–El asesino sabia que usted lo había golpeado, quería que todos pensaran que fue usted pero con la aparición de Gina, cambio todos los planes, tal vez porque no la conocía. –La mira. – ¿Usted tiene alguna certeza de quien fue?

–No lo se. –Extrañada. –No confiaba en ninguno, aunque Cordelia y María son de temer, puede ser que Manuel también.

– ¿Por qué Esteban no?

–Porque Esteban le creía lo que decía Ramiro y quería ayudarlo, el supuesto viaje era plan de los dos.


Por Amarte AsiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora