Cap. 22 - Día 330

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Era viernes por la tarde, los primeros acordes de "Tusa" empezaron a sonar invadiendo toda la casa y Luisita bailaba al ritmo de Karol G  en ropa interior mientras descartaba diferentes modelitos hasta dar con el perfecto: un vestido rojo ceñido por la cintura y con un escote recto.

- ¡Perfecto! - Murmuró cuando se vio en el espejo, se recogió el pelo en una coleta alta y se maquilló destacando los labios con un carmín rojo que siempre usaba Amelia y que era su favorito.

Revisó el reloj del cuarto que marcaba las 21:10

- ¡Qué raro! Amelia ya debería haber llegado. - Dijo en voz alta.

Cogió el móvil y mandó un audio.

LUISITA

Amelia ¿cómo vás?

Se había pasado toda la semana intentando convencer a la morena para que asistiera con ella a la fiesta de inauguración de Nacho, pero aunque nunca le confirmó que iría tampoco le dijo que no aunque sabía que aquella semana en la tienda había tenido que hacer más horas de las que le correspondía y gestionar algún que otro problema de su hermano. 

Volvió a coger el móvil. 

LUISITA

Amelia ¿dónde estás? Se está haciendo muy tarde.

¡Joder! farfulló mientras volvió a ver el reloj que esta vez marcaba casi las diez de la noche.

No entendía qué era lo que estaba haciendo que Amelia se retrasase tanto y mucho menos que no fuera capaz de mandarle un whatsapp. Consultó por tercera vez el móvil, seguía sin tener nada de la morena.

- ¿Dónde coño estás? 

Marcó un número de teléfono y esperó hasta que escuchó la voz de Nacho.

- ¿Nacho? Hola ¿qué tal? Ya, ya por eso te llamaba. No, no voy a poder ir al final, es que Amelia no ha llegado. Pues que no tiene llaves y sin llaves a ver cómo entra. No, no va a querer ir, lleva toda la semana trabajando y estará reventada. No, de verdad ¿dejarles las llaves a mis vecinos? ¡Qué dices! Desde que se enteraron que éramos novias no nos quieren ni a un metro de distancia, ni que tuviéramos el coronavirus. El bar está cerrado por reforma, ya, ya si ya lo he pensado, si no llega muy tarde igual me uno luego. Venga, da besos a todes de mi parte. Ciao. 

¿Y ahora qué hago? se dijo quitándose los zapatos. Revisó, una vez más, su conversación con Amelia que seguía en silencio. Leyó conversaciones anteriores por si en algún momento la morena le había informado de algún cambio de planes pero nada, consultó el google calendar donde compartían sus horarios para saber cuándo saldrían de trabajar y así calcular a qué hora estarían en casa, según la app Amelia esa noche salía a las 20:30. 

Dando un bufido entró en la habitación, tiró el móvil a la cama y se puso el pijama para al poco después regresar al salón. Se sentó  resignada en el sofá, cogió el mando del televisor  y comenzó a mirar el catálogo de Netflix.

- A ver... Orphan Black... temporada tres ¿por qué capítulo iba? 

Cuando apenas estaba ya acomodada con la manta por encima y apunto de empezar el capítulo, el sonido del timbre la interrumpió, no tuvo duda  de quién sería. Se levantó molesta y abrió la puerta a una Amelia que entraba apurada.

 - Perdona, perdona, perdona. - Se disculpó juntando las manos.

- ¡Pero mira quién está aquí! ¡La desertora! - Ironizó mientras le dejaba espacio para que entrara en casa.

Todos los días (Luimelia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora