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El joven rubio mantenía una sonrisa brillante en su rostro mientras se dirigía al instituto

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El joven rubio mantenía una sonrisa brillante en su rostro mientras se dirigía al instituto. Aún si era un lunes por la mañana, donde todos estaban cansados debido a la hora temprana en que debían levantarse sumado al comienzo de una nueva y agotadora semana de clases, Felix siempre se mantenía sonriente y con el animo alto, pues sabía que al llegar al instituto podría encontrarse y ver a aquel hermoso chico que era dueño de sus suspiros y latidos, aquel energético sol que siempre alegraba sus mañanas con tan solo ver su sonrisa a lo lejos y escuchar esa preciosa risa que se había convertido en su música favorita, que hacía a su corazón latir de emoción y sus ojos brillar de puro amor.

—¡Hey! –una voz exclamó no tan lejos de él y volteo a ver donde se dirigía, rompiendo con la burbuja llena de pensamientos sobre Jisung en la que estaba atrapado, sonriendo al ver a su amigo de cabello azabache.

—Buenos días Hyunjin –lo saludó alegre mientras movía su mano y el contrario correspondió a su sonrisa con una más cansada y un tanto adormilada mientras negaba con la cabeza.

—Aún no entiendo como puedes estar con tanto animo un lunes por la mañana, yo tan solo quiero que esta tortura se acabe y ni siquiera ha comenzado.

El pecoso rió suavemente, burlándose del pequeño puchero que iba formándose en el rostro de su mejor amigo.

—Supongo que el amor hace grandes maravillas, ver a Jisung en el salón es toda la serotonina que necesito para comenzar el día con emoción, lo que más quiero en este momento es llegar al salón para poder admirar su preciosa sonrisa de corazón y esas mejilla regordetas que desearía tanto poder estirar y esos ojos tan brillantes donde con gusto me perdería mirándolos y –soltó un pequeño suspiro enamorado mientras unía sus manos, su pecho llenándose de una reconfortante sensación de calidez y dulzura.

—Oh hombre, me vas hacer vomitar con todas tus palabras cursis –hizo una falsa expresión de asco para apoyar su punto, consiguiendo otra risilla divertida del más bajo–. Eres realmente un gran bobo enamorado –rodeo sus hombros con su brazo, atrayéndolo más a él.

—Claro que si.

—Claro que si

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Sweet Bite || JilixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora