Thirteen

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Adelaide Kane / Priscilla Di Renzo

— Usted no es una terapeuta convencional, supongo

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— Usted no es una terapeuta convencional, supongo. — mencionó Arantza vagamente mientras caminaba junto a Priscilla por el jardín.

— Ciertamente no, aborrezco sentarme todo el día en una oficina esperando que la gente se sienta cómoda para hablar, prefiero un espacio en el que ellos se sientan seguros. — respondió Di Renzo mirando a su alrededor, el jardín de Peregrine era muy bonito, perfectamente cuidado.

— ¿Tenemos que hablar solamente de eso? — preguntó Arantza jugando con sus manos, la señorita Di Renzo tenía una presencia de lo más peculiar, con un carácter imponente y seguro, pero a la vez un aspecto tierno y juvenil.

— Podemos hablar de lo que tú quieras Arantza, de lo que tú te sientas cómoda hablando por ahora, aunque sí, en algún momento tendremos que abordar el tema, pero será cuando tú te sientas cómoda. — Arantza relajó los hombros inundada por el alivio, había temido que aquella mujer la hiciera hablar inmediatamente de eso.

— No es una Ymbryne, ¿cierto? — inquirió la chica después de unos segundos de silencio.

— Cierto, mi peculiaridad tiene poco o nada que ver con la manipulación del tiempo.

— ¿Cuál es su peculiaridad? — siguió preguntando Arantza, ciertamente impresionada y curiosa por la disponibilidad de la señorita Di Renzo a responder sus preguntas.

— Se podría decir que tengo una habilidad empática— respondió Di Renzo, sabiendo que la chica no sabría mucho sobre su peculiaridad— ¿Has conocido a algún telepata, Arantza?

— No nunca, pero sé que pueden leer la mente, ¿Usted hace eso?

— No, los telepatas oyen pensamientos, los empáticos somos capaces de... Experimentar en carne propia los sentimientos de los demás, eso es lo que me ha ayudado con mi profesión. — Arantza asintió con la cabeza.

— ¿Hace mucho que conoce a la señorita Peregrine? — preguntó la chica tras unos momentos de silencio.

— La conozco desde que ella era joven, como de tu edad.

— ¿Usted no tenía también esa edad?

— No, soy unos cuantos años mayor... Que Esmeralda Avocet. — respondió Di Renzo con una risita.

— ¿Pero vive fuera de un bucle?

— Exacto. — Priscilla sintió ternura por la expresión sorprendida de la chica.

— Y ¿Puedo preguntar cómo? — Priscilla sonrío y asintió antes de responder.

— Nací en 1803, y viví en un bucle hasta 1870, en ese año llegó una chica con tu misma peculiaridad— Priscilla levantó la mano derecha, mostrándole un anillo de plata con una piedra roja—. Ella hizo varios de estos, para que los que habíamos pasado ya demasiado tiempo en un bucle pudiéramos salir sin morir en el intento.

Crystals (Enoch O'Connor)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora