➳ 𔘓 ：La bala del asesino ⸼ ۫ ⊹ Categoría: one-shot. Línea temporal: Attack On Titan. Cuarta temporada, primera parte.
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ㅤ ㅤ─ Agh. ─ suspiraste con desgana mientras llevabas ambas manos a tu rostro, completamente agobiada por la situación en la que justo ahora se encontraban ─ Carajo ─.
─ ¿Estás bien? ─ preguntó Armin con notoria preocupación mientras se acercaba a ti. Pese a que todos en el lugar se encontraban con la mirada fija en Eren, el rubio se tomó un momento para apartarse de la escena e ir hasta donde te encontrabas.
─ Acabo de presenciar la muerte de cientos de personas inocentes, e incluso yo maté a varias con mis propias manos... ¿Cómo quieres que esté? ─ más que molesta, tu voz denotaba angustia, estrés y un toque de pánico ─ Pero da igual, no te preocupes por mí, eso ahora no importa ─.
─ Sabes que no puedo hacer eso. ─ se acercó hasta tomar asiento junto a ti ─ No me puede dar igual el cómo te sientas; me preocupo por ti porque me importas incluso justo ahora ─.
Cerraste los ojos, soltando un largo y pesado suspiro.
─ Lo sé, lo siento... Me siento agotada, mental y físicamente. Pero ya estaré bien, por ahora solo quiero regresar a casa y descansar de todo esto ─ sonreíste de forma tenue, olvidando por un momento todo el estrés que sentías.
Armin te devolvió el gesto mientras se acercaba a ti para darte lo más parecido a un abrazo, pues gracias al equipo de maniobras que ambos llevaban tener contacto físico era algo difícil.
─ No sabes cuanto me alegra que no te hayas hecho daño estando allí afuera. ─ acariciaba tu cabello con gentileza ─ Ya que todo este plan fue idea mía... jamás me hubiera perdonado que ocurriera algo malo, mucho menos contigo de por medio ─.
─ Está bien, Armin. Ahora que tenemos a Eren y a Zeke de vuelta, parece que el peligro ha terminado. ─ dijiste para tranquilizarlo una vez que se separaron del abrazo ─ Sé que tienes varias cosas que hablar con los demás, así que te esperaré afuera ¿bien? ─ preguntaste mientras sostenías el rostro de tu novio entre tus manos, acariciando su mejilla izquierda con el dedo pulgar.
─ De acuerdo. No tardaré ─ respondió en un tono calmado.
Poder mantenerse tan serenos en una situación así resultaba complicado, pero era como si ambos pudieran encontrar la calma dentro de esta tempestad cuando estaban juntos.
Besaste su mejilla antes de marcharte y salir de ahí. Después caminaste hasta el otro extremo del zepelín para encontrarte con los demás.
─ ¡Chicos! ─ les gritaste en cuanto los viste ─ Ah, que bueno que los tres estén bien ─ saltaste para darle un abrazo a cada uno.
─ Bah, ¿por qué todos se empeñan en abrazarme el día de hoy? ¿No saben que con esta cosa es incómodo? ─.
─ Deja el mal humor, Jean. ¿Es que acaso no puedes dejar de ser tan arisco por un solo día? ─ le reclamaste ─ Déjate de pretextos y acepta mis muestras de cariño, tonto ─.
