XV

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Heejin se encontraba mirando el techo de su habitacion, se había despertado media hora antes de su primera alarma. No había logrado dormir mas de 10 minutos seguidos, su cuerpo y cara dolía mas de lo que podía soportar y no podía hacer mas que esperar que en media hora mas surgiera un milagro y su dolor se fuera.

Otro de los hombres que le debe dinero la había visto con su cambio de estilo. A diferencia del hombre que mato a sus padres, él tuvo una reacción violenta que al pensar que la chica ya había gastado el dinero que le iba a pagar ese mes, le dio una gran cachetada para luego darles múltiples golpes y patadas en todo su cuerpo. Heejin no hizo mas que recibir en silencio todo ese dolor, no derramo ninguna lagrima ni se quejo en ningun momento, no tenia razones para seguir haciéndolo.

Agarró su pistola y apunto a uno de los costados de se cabeza, aun mirando el techo. Saco el seguro del arma y con una respiración tranquila apretó el gatillo, ni siquiera cerro los ojos ni se tensó ante la acción. Solo pensó en sus padres.

-maldita sea—soltó el arma que en ningun momento estuvo cargada y apagó la alarma.

A las seis de la mañana se levanto de su incomoda cama, se fue directo a su baño para darse una corta ducha, se dedicó a atender a cada una de sus heridas y tapar con maquillaje los de la cara. Salir en ese estado llamaba mucho la atención y eso era lo que mas queria evitar en ese momento.

Se colocó el uniforme de uno de sus trabajos, los que usaba para que no sospecharan de donde sacaba el dinero y para mantener su mente ocupada. La mitad de sus clientes los conocía por sus trabajos, una cafetería, un restaurante y un bar era buenos lugares para que las mujeres le hablaran sin que sospecharan.

-buenos dias, Heejin—saludo con una sonrisa el dueño del motel—que tengas un buen día—sin recibir respuestas miro como la menor salió del lugar.

Sacó un cigarro y con el mentón en alto camino hacia su trabajo. Costumbre que le obligo tener el hombre que mató a sus padres, siempre le decía que para sobrevivir debían de mostrar superioridad.

Se detuvo antes de entrar a la cafetería, se encontraba Jiwoo mirando fijamente los pedazos de pastel que estaban en el mostrador. Heejin soltó un suspiro agotador y entro al lugar, ignorando completamente la presencia de la chica que la miro con una gran sorpresa, exagerada según la mayor.

-te teñiste el cabello—dijo Jiwoo mientras apuntaba un pastel de fresa--necesito hablar con usted—

-salgo en cinco horas—le cobro lo pedido y se fue a servirlo—puedes esperarme, irte y volver o lo que quieras—

-creo que debería de obligarte a que hablemos ahora—recibió su compra

-no escaparé, no puedo perder este trabajo—miro a Jiwoo a los ojos—si lo pierdo, mataré más pronto a tu amiga—

-esperaré—retrocedió dos pasos y su voz ya no sonaba tan segura como antes.

-disfrute su desayuno—

Haseul había encontrado ese trabajo gracias a Kahei que le dijo que en la pared de esa cafetería estaba el nombre de Jeon Heejin junto con anuncio de ser el mejor empleado del mes. Cuando la mayor entro a esa cafetería no era el turno de la chica y sin parecer muy sospechosa preguntó a que hora trabajaba a los otros trabajadores.

Jiwoo se sentó lo mas lejos de la empleada, no queria ser una molesta en su trabajo y menos si estaba viendo como una de las asesinas actuaba como una persona normal ante todos. Le sonreía y atendía con amabilidad a cada uno de los clientes, se reía con algunos y se preocupaba de que estuviera todo bien.

En ningun momento dio un rastro de maldad ni de querer escapar. Por un gran momento Jiwoo pensó que se había equivocado de persona ya que se imaginaba a una chica fria, ruda, con una mirada asesina y sin modales. También talvez con tatuajes y con muchas cicatrices, como los malos de las películas.

Not friend [Loona| Artms| Loossemble]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora