Epilogo

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El ruido del lugar fue aumentando lentamente, pero nunca llega a parecer ruidoso para la gente. Se escuchaba a la gente entrando al juzgado, murmullando y el molesto reloj del lugar. Aunque el lugar estaba perfectamente ordenado y muy bien decorado, estar sentado ahí era una lastima.

Haseul fue la primera de las hermanas en entrar al lugar. Perfectamente peinada, con un conjunto negro, unos lentes de sol para tapar sus ojeras y el collar que le regalo Kahei. Parecía estar de luto por toda la gente que murió al frente de ella.

El sonido de sus tacones dominaban el lugar que llamaba las miradas de la gente y su belleza las mantenía. A su lado se encontraba su fiel secretaria que trabajaba las veinticuatro horas con ella. Ella se dedicaba a despertarla, amarla, animarla y abrazarla cuando lo necesitaba.

—Vivi, por favor, no me sueltes—susurró al sentarse en una de las bancas del lugar, con el mentón en alto y agarrando la mano de la mayor.

La segunda en llegar fue Chaewon, con un hermoso vestido negro al igual que su cabello recién teñido. Perfectamente peinada, con hermoso aretes adornando su orejas y al igual que su hermana mayor, con unos lentes tapando sus cansados ojos.

Con pasos seguros para sentarse al lado de Haseul, una cara sin expresión y su fiel guardia atrás suyo. De las cuatro, ella nunca salió en el periodico por lo que nadie la reconoció al verla pero al verla con esa aura se superioridad y esos costos accesorios, supieron inmediatamente que era una Kim.

La tercera en llegar fue Hyunjin, que a diferencia de todos, usaba un uniforme naranjo con un par de numeros en el pecho, sus manos y pies estaba esposados. Pero aun así todos admiraron su belleza natural que si no fuera por la situación, mas de uno hubiese suspirando. Con sus ojos sin ya emociones miró a Haseul y a Chaewon por primera vez desde que todo paso, no sostuvo la mirada por lo mal que se sentía y se sentó donde el guardia de seguridad le indicó.

La presencia de Hyunjin creo un incomodo silencio en el lugar. Las tres hermanas al ser criadas en un ambiente así ni siquiera les molestaba que nadie hablara, extrañamente lo encontraba mas comodo que cuando todos murmullaban.

La ultima en llegar fue Yerim, que apesar de no usar la ropa negra ni los lentes para tapar su cansancio como sus hermanas y mantener su cabello morado, no sonreía como Hyunjin necesitaba ver para calmarse. Saludo a sus conocidos de beso en la mejilla y ni siquiera miró a Hyunjin al sentarse y mirar directamente al juez.

Ya no era secreto que Yerim sabia todo lo que estaba pasando y lo que iba a pasar pero Hyunjin nunca le contó que llegaría a juicio ni de que no diría nada mas que todo lo hizo ella.

La menor hizo un leve puchero al escuchar la voz de su hermana contando una falsa historia de como todo paso, mintiendo a cada pregunta que le hacia. Por primera vez en mucho tiempo juntó el valor para mirar a Hyunjin, era una persona completamente distinta de la ultima que la vió desayunar un pan dulce.

No solo sus ojos cambiaron su expresión. Su forma de hablar, su forma de moverse, su cuerpo ahora mas delgado pero también con musculatura y sus manos llena de heridas sin sanar.

Ella no parecía ser su extraña hermana que ama comer pan dulce. Parecía un verdadero criminal que, aunque sabia que solo a disparado una vez en su vida, parecía ser capas de hacer todo lo que decía que hizo.

Miró a su lado al escuchar a alguien llorar, una chica que parecía tener diez años sollozando ante cada palabra de Hyunjin.

Al ver que se parecía a la chica que una vez describió Hyunjin por mensaje, supo que era Yeojin, la chica que su hermana cuido con mucho esfuerzo por un mes, encariñandose de tal forma que le decía que le recordaba a ella.

A su lado estaba Jiwoo, intentando calmar a la menor pero Choerry conocía a su mejor amiga. Esa sonrisa tranquilizadora siempre lo hacia cuando quería llorar, cuando de verdad quería tranquilizar a alguien te abrazaba y te decía cosas que necesitabas escuchar.

—Kim Hyunjin, acusada de matar a 104 personas—alzo la voz la jueza—queda bajo arresto por 328 años por lo que acabo de firmar tu sentencia a muerte—Yerim se levanto para decir algo, pero no había nada que pudiera decir—gracias por su atención, se cierra el caso—Hyunjin no reacciono.

—vamos—dijo uno de los guardias para salir del lugar.

Siete personas la rodeaban para que no escapará. Su uniforme naranjo hizo que todas la vieran inmediatamente al salir del lugar y una multitud de gente gritó su nombre, una y otra vez, pero nadie le tenia odio, todos estaban feliz de que haya destruido la empresa de su padre de tal forma. Había carteles con su nombre con un algún positivo mensaje.

Pero Hyunjin no los veia, si bien su padre siempre fue mala con ella y con todos sus clientes y trabajadores, era su padre de todas formas que le dio techo, una oportunidad de trabajar a su lado, comida y tres hermosas hermanas. No lo extrañaria pero se sentia mal por verlo morir ¿como es que ni teniendo una pistola al frente suyo no se arrepentió de nada?

—¿que sentiste al matar a tu padre?—

—¿que piensas de tu pena de muerte?—

—¿te arrepientes de haber matado a esa gente?—

—¿quien te ayudó a matar a toda esa gente?—

—¿es cierto que lo hiciste solo por ser desheredada?—

—¿es cierto que planteaste todo eso tu sola?— 

—¿que opinan tus hermanas de esto?—

—¿porque toda esa gente y no solo tu padre?—

—¿como te enteraste de lo que hacia tu padre?—

Miró que una luz roja apuntaba a su mano, alzó la vista y miró a lo lejos, arriba de un edificio, dos personas saludandola, era Heejin con Jungeun, ambas parecian muy triste pero no querian que Hyunjin se sintiera sola. Esta les sonrió y comenzó a sentir que sus lagrimas volverian a salir.

No debió meter a las chicas en eso, Yves y Jinsoul no debieron morir.

—cuidado con la cabeza—le dijo el policia y Hyunjin entro a la patrulla.

Tantas cosas habian pasado que sabia si algien le decia en el pasado que cuatro chicas se juntaran para matarla y luego ella misma las uniría para que matar a su padre y terminaria en prision, pensaria que era algo imposible y completamente loco.

Cerró los ojos y se relajó, sabia que las vidas de sus hermanas ya estaba arreglada. Haseul renunciando su falso sueño de ser la heredera para terminar yendo a la universidad para ser profesora. Yerim uniéndose al equipo de publicidad y Gowon, que se esforzaba cada dia para ser como sus hermanas, terminó heredando el puesto de la empresa de su padre donde siempre las acompañará Hyejoo, Kahei y Jiwoo.

—estoy orgullosa de ti—se imaginó la voz de su madre—siempre supe que eras así de fuerte y valiente para proteger a tus hermanas —se imaginó la cálida mano de su madre acariciando su espalda—todo mejorará gracias a ti—deseó poder sentir sus brazos rodeandola—ya todo acabó, lo hiciste bien, ahora solo dedicate a descansar—

Abrió los ojos para encontrándose todavía una multitud rodeando el automovil. Toda esa gente no dejaba que se moviera para llevarla a su muerte. Todos exigían que viviera, que no merecía morir por salvar a casi todo un país.

—¿Quiere salir?—preguntó el policia que conducía.

—he matado a 104 personas, entre ellos, a mi propio padre ¿Y quieres que escapé?—volvió a cerrar los ojos y se acomodó para dormir—me entregado por que no creo poder vivir con eso en mente—el policia apretó con muy poca fuerza el acelerador para pasar por toda esa gente.

END

Not friend [Loona| Artms| Loossemble]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora