XXXIII

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Hyunjin se miró en el espejo, solo se encontraba en ropa interior por lo que podía notar lo cambiado que estaba su cuerpo, tenia moretones, cortes, cicatrices y una buena musculatura. Se colocó un vestido negro que a pesar de ser algo revelador, era bastante comodo para moverse libremente. Se maquilló como lo hacia para las costosas cenas de su padre con sus socios y se colocó unos tacones fáciles de sacar. 

Al salir del baño se encontro con las cuatro chicas limpiando sus armas. 

-te ves bien--comentó Heejin que vestía con un vestido blanco para la ocasión. 

-Jungeun, deberías de usar ese uniforme mas seguido--Jinsoul, con un cuchillo en su mano, apoyada en la pared, se comía con la mirada a la mencionada que vestía con su antiguo uniforme de para espiar a los sospechosos de asesinato. Pantalones negros, al igual que su camiseta y zapatos, un cinturón ancho en su cintura para guardar todo lo que necesitaba para su misión. 

-tu también deberías de vestirte así mas seguido--Jinsoul usaba un traje masculino negro que fue ajustado por Hyunjin, se tiñó el cabello negro ya que mucha gente la reconocía por su rubio y Sooyoung le hizo un flequillo y la maquilló

-debo verme bien ante la muerte, le he dado mucho trabajo--bromeó pero aquello les hizo pensar a todos. 

Entrarían a un lugar con la mejor seguridad de todos sus anteriores trabajos, lleno de gente experta al igual que ellas en matar, sin algo que le tapara la cara y a plena luz del día. Hasta Jinsoul era consiente que era una misión casi suicida y estaba emocionada. Podria matar a todo hombre con traje que viera, podía hablar y gritar todo lo que queria y lo mejor de todo, dejaría todo el lugar manchado con sangre. 

Por otro lado estaba Sooyoung, los gritos de su hermana y la mirada de Jiwoo no salía de su mente. Aun podía correr para ir a donde ambas y abrazarlas, queria hacerlo, no dejaba de mirar la puerta de salida pero queria ver a la persona que mató a sus padres, al igual que Heejin. Queria ver como ese hombre que le arruinó la vida se fuera al infierno y aunque el plan era que Hyunjin le dispara, ella desea apretar el gatillo y ver que su bala atravesaba su cráneo. 

Todas querían ser la que matara al hombre que las unió. 

-me voy primero--dijo Jungeun que tenia un casco de moto en su mano, recién lo había comprado. Le mostro su reloj a Hyunjin para comprobar que estuvieran coordinados y salió del lugar--no mueran--se despidió y Jinsoul sonrió, ya queria que fuera mañana para poder escuchar sus gemidos y poder probarla. 

Se subió a su moto y condujo hasta donde seria la tan preciada boda. Un lugar alejado de todo, una mansión que aunque ganara el doble de lo que le daría Hyunjin no podria pagar ni siquiera una hora de estadía. Pero si cuando pierda el valor por asesinato. 

Tardó aproximadamente tres horas en llegar, estacionó su moto entre medio de todos los arboles que la rodeaban. Se puso un auricular que solo transmitía ruido blanco, este cambiaba levemente cuando algo se le acercaba y caminó a la puerta mas cercana. Según el plano que vio habían siete puertas de salida y ella debía de ponerle un seguro electrónico para que nadie pudiera escapar cuando todo empezara y una bomba para volarle la cabeza por si su objetivo intentaba abrir uno. 

La frecuencia del ruido blanco cambió y miró a la izquierda. Un guardia que daba una ronda sacó una pistola al verla pero antes de apuntar, Jungeun le disparó en la cabeza con su arma que tenia un silenciador y sin siquiera sentir algo, siguió instalando el aparató. Al acabar agarró el cuerpo y lo metió en un basural y entro al lugar sin que nadie la viera.

Aunque tuviera tres minutos para atrasarse, termino antes que marcará la hora indicada. Se sentó en una ventana del ultimo piso de la mansion y miró el cielo, era un hermoso día para casarse. Se sacó el audífono y disfrutó el sonido de la naturaleza, sonrió al recordar su juventud y de que su infierno estaba acabando. 

Not friend [Loona| Artms| Loossemble]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora