Desde las sombras Wonhee observaba cautelosa, a la espera de que aquel intruso apareciera en su jardín. Un vándalo, eso era, un ladrón destructivo que acechaba sus cultivos, la joven bruja se esmeraba en cuidar sus lechugas, pero aun así tenían mordeduras en sus hojas. Ese conejo invasor había comenzado la guerra, estaba por acabar con su paciencia, ella quería llorar cada que despertaba y veía a sus preciosas hortalizas con las marcas de aquel ser destructor de cola esponjosa.
Ya estaba por anochecer, así que la chica esperaba escondida tras una hortensia, con la esperanza de ver a ese conejo y quizá poder atraparle, para liberarle lejos de su precioso jardín, porque estaba segura que era un solo conejo el que se comía sus lechugas, como si tuviera algo en su contra. Quisiera ella tener la habilidad de Sangah para entender a los animales, así se evitaría de ensuciar sus pantalones de deporte con tierra, hasta ahora sus poderes solo servían para mover objetos pequeños, ni siquiera lograba hacer pociones efectivas para su jardín. Wonhee muchas veces pensaba en que hubiera sido mejor nacer como humana, pues sería lo mismo que ser una bruja sin habilidad, y sería mucho menos frustrante.
Justo cuando Wonhee quería darse por vencida y volver a su hogar a tomar un té caliente, su diminuto visitante nocturno apareció, corriendo hasta dar con una de sus lechugas, la más grande, la más bonita, aquella que era el orgullo de la bruja. Con eso Wonhee más que confirmaba que ese conejo tenía algo personal en su contra.
Intentó salir sin que el conejo la notara, pero pronto vio como una de esas grises orejas se levantaba, moviéndose sutilmente a su dirección. El condenado conejo le había sentido, por más que ella haya ido con todo el sigilo que sus piernas le permitían. Aceptando que ya había quedado al descubierto, Wonhee se abalanzó hacia él, logrando estamparse en el pasto cuando el conejo corrió hasta el otro extremo de su jardín. Entre que Wonhee se levantaba y caminaba hasta el animal, escuchó la puerta de su casa abrirse, pero eso no podía importarle menos, podrían entrar a robar a su casa y ella no se inmutaría, que ahora su único objetivo era ese conejo, todo su ánimo estaba puesto en él.
ㅡWonhee, ¿sigues en el jardín? ㅡpreguntó aquella persona que entró a su casa, deslizando la puerta corrediza que separaba la casa del jardín, viendo la curiosa imagen de la chica tirándose al piso como si nada.
Wonhee ni siquiera escuchó que le habían dirigido la palabra, estaba demasiado concentrada en atrapar al conejo, el cual ahora se había metido entre sus flores, haciendo que la mujer quisiera llorar cuando le vio esconderse entre sus rosas, tan pálida que era ella, para nadie pasarían desapercibidas las heridas que tendría por culpa de ese animal.
Quien había entrado a la casa y quien también era una bruja, Hyunja, todavía no salía de su asombro por ver a Wonhee así, un buen rato le costó captar lo que estaba haciendo la menor. Apenas le vio agacharse para meterse entre los rosales, Hyunja dejó los paquetes que aún tenía en sus manos y caminó tranquila hasta dar con la otra.
ㅡ¿Es ese conejo? ㅡdijo, llamando al fin la atención de Wonhe, quien se levantó para sentarse y limpiar sus manos llenas de tierra.
ㅡClaro que es ese maldito conejo, ¿Qué otro motivo tendría para estar así? ㅡCasi en las lágrimas respondió Wonhee, enojada y frustrada.
Hyunja rió, la más baja nunca era grosera, era la dulzura misma, la chica amable del pueblo, siempre sonriente y animada, pero no era unidimensional, claro que no, eso se demostraba en privado y sobre todo cuando le sacaban de sus casillas. Era curioso verla así, maldiciendo a un animal, con su cara sucia y su cabello desparramado.
La mayor extendió su brazo derecho e invitó a la otra a levantarse, riendo nuevamente cuando la vio casi brincar al ponerse de pie, Hyunja no entendía aquella ridícula rivalidad entre su amiga y aquel conejo, si parecían ser de la misma familia. Sin mucho esfuerzo, Hyunja separó las ramas del rosal y dejó ver al conejo, quien se había hecho una bolita tratando de esconderse. A diferencia de Wonhee, Hyunja era una bruja que controlaba bien sus poderes, le iba muy bien su personalidad de constante calma, pues siempre podía canalizarlos sin que hubiera algún problema, no los había cultivado como sí había hecho Sangah, así que no eran gran cosa, pero al menos le servían para haber levitado a ese conejo hasta suspenderlo en el aire, todo eso solo moviendo uno de sus dedos y sin siquiera alterar al animal. La chica lo dirigió hasta sí y lo tomó en sus brazos, dejando que mordiera su camiseta.
ㅡCreo que le gusto a los conejos, primero tú y ahora él.
Inmediatamente las mejillas de Wonhee se pusieron coloradas, notándose de inmediato gracias a su piel tan blanca, ¿Qué necesidad tenía Hyunja de recordar su enamoramiento adolescente en ese momento?, ella quería echarse a llorar y la otra solo atinaba a burlarse más de la pobre bruja.
ㅡLloraré, te juro que lloraré, este conejo me ha hecho la vida imposible por semanas y tú lo atrapas así de fácil ㅡWonhee dijo apretando sus dientes y levantando sus ojos al cielo nocturno ㅡ, y si no fuera suficiente, te das el tiempo de burlarte de mí.
ㅡNadie se ha burlado de ti, Wonhee ㅡrespondió llevando una de sus manos a los cabellos rubios despeinados de la más baja. Sin siquiera mirarla, Wonhee ya se imaginaba cómo esos labios abultados se habían ido hacia adelante. Tan bonitos.
ㅡEstá bien, puede que tú no, pero él sí ㅡWonhee al fin bajó la mirada y vio algo que no fuera el cielo, sus ojos se clavaron en aquel animal en brazos de su amiga, al cual apuntó con la diestra ㅡ. ¡Solo mira!, se ha comido la mitad de mis cultivos, todas mis lechugas han terminado en su barriga, ¿Cómo quieres que me sienta? y tan bonito que crecía todo, ¿Alguna vez miras mis verduras o nada más te las comes?
Mientras Wonhee intentaba limpiar su nariz con la manga de su suéter, la mayor aprovechó de mover con el dedo un canasto de fruta, puso al conejo en el piso y lo cubrió con el canasto, dejándolo ahí como si fuera un prisionero en una cárcel de extrema seguridad. Luego, sin siquiera preguntar, Hyunja acercó a la otra hasta su cuerpo y dejó que se apoyara en ella, sintiendo cómo pronto Wonhee la había rodeado y ya tenía su cabeza hundida en su pecho.
ㅡUnnie... se comió mi lechuga favorita.
ㅡ¿La que Sangah te ayudó a cultivar?
ㅡSí, la más grande.
ㅡTranquila, yo te ayudaré a tener una igual, ¿Qué tan difícil puede ser?, solo mezclas pociones y ya está.
Cuando una risilla se escuchó entre la camiseta de Hyunja, una sonrisa se formó en sus labios, aquella coneja bruja se encontraba mejor y eso no podía hacerla más feliz. La mayor siempre recurría a abrazar y mimar a Wonhee cada que la veía llorar o ponerse mal, creía que eso era mucho más efectivo que cualquier palabra que pudiera decir. La mayoría del tiempo eso funcionaba, la bruja menor se calmaba en la calidez de los brazos de la otra, Hyunja era reconfortante, demasiado. Siempre había sido así entre ellas, era como si los brazos de una fueran el hogar de la otra.
ㅡEspero no quieras comerte esa lechuga antes de tiempo, tú y ese conejo tienen algo en contra de mis cultivos ㅡdijo Wonhee una vez se hubo separado de la más alta.
La única respuesta que Wonhee recibió a eso, fue una sonrisa de foca por parte de Hyunja.
Me encanta el au de las niñas brujas, es tan lindo 🤧
Hablando de brujerías, este libro ya está fuera de hiatus, cosa que no pueden presumir los demás lol
Besitos y espero comenten
04/12/2021
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《Blue Moon》[Monsta X - Cortos]
FanficDesde cartas sobre infedelidad y amores dañinos, hasta lágrimas dulces. Viaja un rato a lo aburrido y sin sentido que puede haber aquí •Historias cortas de distintas temáticas •Será informado cuando un capítulo tenga conexión con otro. •Habrá divers...