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Sawamura hizo notar sus intenciones con claridad estando de pie bien erguido frente a Miyuki. ―Vine aquí para comprar un vibrador, Miyuki Kazuya.

Miyuki lució... congelado por la sorpresa por un momento. Sawamura esperaba que sonriera y se riera, que dijera algo sarcástico como siempre hacía, pero en vez, pareció como si alguien le hubiese picado "pausa" a un control metafórico de Miyuki. Sawamura retuvo la respiración, confundido, mientras miraba a Miyuki, esperando alguna reacción de su parte.

Y entonces, como si hubiese sido sacado directamente de su trance, el rostro de Miyuki se tiñó notablemente de un rojo brillante mientras se levantaba gradualmente del mostrador. Los lentes de sus anteojos brillaron y ocultaron brevemente su expresión, pero antes de que Sawamura pudiera decir su nombre, Miyuki rió con nerviosismo y giró el rostro a otro lado. ― ¿Bueno, no eres un poco entusiasta? Déjame mostrarte lo que tenemos.

<<Wow>> Sawamura se quedó plantado en su lugar por un momento, totalmente sorprendido por la obvia muestra de vergüenza que Miyuki acababa de demostrar. Por lo menos para Sawamura era algo inusual ver a Miyuki volverse rojo de esa forma. Miyuki parecía el tipo de chico que siempre mantenía la compostura. Tenía mucha confianza en sí mismo y lucía especialmente cómodo hablando sobre sexo y todos los pequeños detalles explícitos... por lo que verlo sonrojarse notablemente por un vibrador, de todas las cosas posibles, era... inusual.

Sawamura sabía que a veces era un poco denso, pero no era tan estúpido. Ese tipo de comportamiento de Miyuki definitivamente era extraño e hizo que el corazón de Sawamura se agitara con anticipación, e incluso con entusiasmo. ¿Podría ser que Miyuki se sentía de forma similar a como lo hacía Sawamura? Recordó sus mangas shoujo favoritos y cómo era de importante cada vez que la protagonista notaba a su atractivo crush sonrojarse por ella.

Era una señal de que él se sentía de la misma manera. Cada vez que Sawamura llegaba a ese punto en las historias de sus mangas, el estómago de Sawamura se llenaba con mariposas. Con razón su corazón latía con fuerza ahora que observaba la parte posterior de la cabeza de Miyuki, con preguntas flotando alrededor en su cabeza como "¿Realmente le gusto? ¿Podría ser que también me quiere?"

Sawamura salió de golpe de su momento similar al de un manga shoujo cuando Miyuki se giró, ahora sin seguir sonrojado hasta los oídos, y en vez sonriendo como siempre. El brillo seductor de sus ojos hizo que Sawamura ligeramente se estremeciera mientras su rostro se calentaba. Genial, ahora aparentemente era su turno de estar sonrojado, como siempre. No era justo, juró por lo bajo.

Maldito Miyuki y su estúpido rostro atractivo.

Miyuki indicó con su cabeza hacia el mostrador con los vibradores ubicado en la parte de atrás. ―Ven, Sawamura. Te enseñaré qué tenemos.

Sawamura se debatió por un breve momento si gritar "¡Olvídalo! ¡Sólo compraré un regalo de broma y me marcharé!" y salir de la tienda marchando con un estúpido pene de goma o algo en vez de lo que realmente planeaba hacer. Ciertamente estaba lo suficientemente nervioso como para hacerlo... pero entonces se recordó a sí mismo del rostro sonrojado de Miyuki y decidió que un detalle como ese era tan importante como para ser ignorado. Sawamura no lo olvidaría, incluso a pesar de que sólo hubiese pasado por un momento.

Tal vez fuera Sawamura el que llevaba aquí la delantera, a pesar del aura juguetona y llena de confianza de Miyuki. ¿Quién podría saber cuando se trataba de Miyuki Kazuya? Era un completo misterio para Sawamura, quien estaba determinado en comprenderlo algún día.

Sawamura inspiró hondo recordándose todas esas cosas y marchó hacia el frente. Se colocó junto a Miyuki, su corazón latiendo contra su pecho rápidamente, mientras miraba los vibradores y luego al rostro de Miyuki, el cual estaba mucho más cerca de lo que recordaba Sawamura. ¿Realmente era así de necesario que se mantuviera así de cerca? Al mismo tiempo, Sawamura se sorprendió a sí mismo inclinándose ligeramente hacia Miyuki, deseando en silencio su calidez corporal y sintiéndose secretamente atraído por su terrosa colonia.

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