Eijun se había estado preparando para este día.
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Eijun se había estado preparando para este día. Había conjurado fantasías innumerables sobre tomar a Kazuya en su boca, complaciendo a su novio como él había complacido a Eijun varias veces antes. La primera vez que había tenido un impulso de chupar la polla de Kazuya, él casi había soltado abruptamente sus deseos justo entonces y había decidido que lo aprendería sobre la marcha – pero entonces se dio cuenta de que chupar pollas podría no ser tan fácil como había pensado inicialmente.
En el momento, descubrió que simplemente podía lamer toda la longitud de Kazuya y dejarlo de momento, pero entonces se percató de que probablemente se esperaría que lo chupara... y, bueno, tenía que admitirlo — no entendía exactamente cómo funcionaba el chupar pollas. Eijun tenía dientes y un reflejo de arcadas, después de todo. Recordó todas esas veces en las que accidentalmente había empujado su cepillo de dientes demasiado lejos en su boca, terminando vomitando su pasta de dientes en el lavabo; y por no decir poco, el sonido no era demasiado atractivo y lo último que él quería era escupir el pre-semen de Kazuya o algo mientras hacía ese asqueroso sonido de regurgitar.
Entonces había querido googlear "cómo chupar polla como un profesional", pero cada vez que pensaba en ello, estaba enroscado junto a Kazuya quien definitivamente vería su búsqueda y terminaría riéndose hasta morir de la elección de palabras de Eijun (y una diminuta parte de él se preocupaba de que su novio se burlara de su falta de experiencia también). Cuando Eijun tenía momentos de privacidad, o se olvidaba de eso o estaba demasiado sumido en las fantasías de chupar la polla de Kazuya que para cuando terminaba de masturbarse furiosamente ante el mero pensamiento de ello, simplemente se desmayaba o continuaba con su día.
Finalmente, Eijun decidió ver un poco de porno que involucraba mamadas, pero el ver lo que estos tipos podían hacer era... sorprendente y definitivamente no era algo que Eijun pensaría que sería capaz de hacer. Sus cabezas se movían de arriba abajo tan rápido, que prácticamente inhalaban las masivas pollas tan jodidamente profundo en sus bocas que Eijun juraba ver las cabezas de las pollas haciendo bulto y golpeando la parte posterior de sus gargantas. Jesús, estaba seguro de que terminaría vomitando por todas partes si tan solo intentaba hacer algo como eso.
Bueno... Eijun pensó en ello un poco más. Tal vez pudiera hacerlo y aprender a controlar su reflejo de arcadas, pero necesitaba aprender cómo. Aun así, estaba demasiado avergonzado como para googlear tal información escandalosa, por no mencionar cuan vergonzosamente era pensar en practicarlo. ¿En qué demonios intentaría probar su técnica, en un plátano? Eijun arrugó la nariz ante el pensamiento de intentar hacer garganta profunda con una fruta en forma de falo. Era muy extraño. No quería hacer eso, ni mucho menos ser sorprendido por alguien como Haruichi o cualquiera de sus compañeros de piso mientras lo intentaba.
Así que Eijun puso de lado el pensamiento de hacerle garganta profunda a Kazuya y fue a perderse entre otros pensamientos por el momento dado. Estaba demasiado nervioso como para sacar el tema por su cuenta, así que cuando le fue revelada de qué trataba la clase esa noche en el Bull Pen, la oportunidad claramente se había presentado así misma casi tan perfectamente. Al final, iba a haber un escenario preparado en donde podría aprender sobre mamadas sin tener que googlearlo incómodamente por su cuenta o pedirle a Kazuya instrucciones explícitas.
Cuando Eijun fue elegido para ayudar a Kazuya a demostrar, no lo sorprendió—al menos, eso es lo que se había dicho a sí mismo, a pesar de la forma en la que su corazón se lanzaba contra su pecho como un martillo y cómo sus rodillas temblaban cuando se puso de pie. Intentó ignorar el hecho de que habían demasiadas personas mirándolos, aunque cuando miró a Kazuya a los ojos, sus rasgos faciales se endurecieron por la seriedad.
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Jackpot
Fanfiction― ¿Sabes? ¡Estoy casi totalmente convencido de que ha sido idea de Miyuki Kazuya poner una maldita tienda sexual dentro de una cafetería perfectamente normal! ―Sawamura alzó sus manos al aire, exageradamente. ― Si no fuera por ese lugar, ¡No estaría...