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"La extraña sensación de añoranza que Sawamura sentía en su pecho era por...

... Miyuki.

♦♦♦

─ ¡Allí está mi chico!

Sawamura ofreció una sonrisa ahora que finalmente bajó las escaleras para enfrentar la interrogación entusiaste de Papá, Mamá y Abuelo. Se dejó caer sobre la mesa, discutiendo juguetonamente con el Abuelo cuando él desordenó el cabello de Sawamura dejándolo totalmente despeinado, viéndose fácilmente sumergido en su intercambio con su familia como si sólo hubiese estado fuera un día a lo mucho.

Pronto, su mamá se les unió con comida humeante recién horneada y la boca de Sawamura se hizo agua. No había nada como la comida casera preparada por su madre, especialmente, no en la universidad. Él había sobrevivido hasta ahora casi completamente de comidas recalentadas en el microondas, y si ella se enteraba sobre ello, probablemente intentaría viajar hasta su dormitorio cada semana para proveerlo con la despensa apropiada. Por supuesto, Sawamura no querrìa causarle inconveniente con esto o molestarla con un hàbito que no cambiarìa con tanta facilidad, así que mantuvo oculto de ella su falta de nutrición adecuada.

Apareció la conversación usual y esperada sobre la escuela, en la cual Sawamura reportó cuáles historias intenteresantes tenía por ofrecer y nada más. Sí, le iba bien, sus calificaciones eran descentes, el trabajo le pagaba bien, sobre todo, las cosas le marchaban bien. Jugó con su comida mientras continuaba la conversación sobre las actualizaciones de su vida, sintiendo su corazón revolotear ante la posibilidad de mencionar algo (o más bien, a alguien) mucho más importante que las noticias diarias o de costumbre.

─ ¿Tienes algún colaborador que cause problema? ─ preguntó Papá enarcando una ceja mientras miraba a Sawamura. Antes de que él pudiera contestar, su papá resopló y puso los ojos en blanco mientras recordaba algo de su propia experiencia. ─ Recuerdo que había un chico con el que solía trabajar, Takeda, eugh, ¡Era el mocoso más molesto con el que había tenido que lidiar! ¡Me hizo considerar renunciar innumerables veces!

─Nah, nadie es así de molesto. Bueno... ─ La voz de Sawamura se entrecortó al final. Sintió sus mejillas calentarse ante el recuerdo de cómo se había comportado Miyuki con Kuramochi, especialmente en el principio. Luchó contra una mueca deseando formarse en su rostro mientras que sus risas resonaban en su mente, y al mismo tiempo, su estómago se retorció con una anticipación nerviosa: tal vez este fuera un buen momento para tocar el tema sobre Miyuki y darle a su familia la noticia. Tragó saliva con fuerza y se encogió ligeramente en su asiento, sintiéndose repentinamente tímido. ─Hay u-un chico...

─ ¿Oh? ─ Papá dejó sobre la mesa su cuenco de sopa y sonrió, inclinándose más hacia adelante con su mentón apoyando en su mano. Amaba chismorrear como una chica de preparatoria, había aprendido Sawamura; Cada vez que él hablaba sobre dramas de clase durante su juventud, su padre siempre era el primero en bombardear a Sawamura con todo tipo de preguntas. ─Háblame sobre el bastardo...─ Papá hizo una mueca encogiéndose cuando Mamá le dirigió una mirada afilada. No tenía que reprenderlo verbalmente por su uso de lenguaje antes de que tosiera y dijera ─.... Erm, lo siento. Ese tipo. Háblame sobre ese tipo. ¿Cómo se llama? ¿Es feo? ¿O es uno de esos niños bonitos que tienen un enjambre de chicas a su alrededor todo el tiempo?

─ Uhhh... ─ Sawamura se sonrojó un poco. Miyuki se encontraba se encontraba por decir así, en el medio; No era para nada feo, pero tampoco tenía una horda de chicas fanáticas colgando de sus brazos. Sawamura no podía ni imaginárselo. El simple pensamiento de que Miyuki tuviera su atención robada por un grupo de chicas hizo que una llama de celos se encendiera repentinamente en sus entrañas.

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