"No tienes idea de lo rápido que me estoy enamorando de ti."
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La cabeza de Sawamura se encontraba en trance. A penas podía hablar sin que sus palabras fueran un desastre arrastrado, a pesar de que no era porque estaba borracho ―estaba simplemente exhausto y depravado de sueño, además de todo el alcohol que nadaba todavía en sus venas. Naturalmente, Sawamura se encontró con la cabeza nublada y adormilado tan pronto como dejaron el club después de un orgasmo tan intenso y satisfactorio.
Al recuperar su chaqueta del salón de enfrente, Sawamura necesitó ayuda para deslizarla sobre sus hombros. Se tambaleó de un lado a otro mientras Miyuki guiaba sus brazos a través de las mangas, ayudándolo a mantenerse de pie. Algunas veces, Sawamura se inclinaría de forma muy pronunciada hacia un lado, chillando por la sorpresa antes de que un brazo firme y fuerte atrapara su cintura y lo enderezara de nuevo.
―Te tengo― murmuró Miyuki, su voz cálida y reconfortante contra el oído de Sawamura. Él emitió un zumbido de convinencia, con una sonrisa formándose en sus labios mientras se restregaba contra Miyuki, empalagándosele tanto como podía a su novio al mismo tiempo que caminaban por las frías calles bajo la tenue iluminación nocturna. Cada paso era gelatinoso y difícil; Sawamura estaba exhausto, pero necesitaba llegar a casa para poder dormir lo deseado.
Pronto, aunque no demasiado, estaban en el tren, el cual estaba casi completamente vacío. Las luces del interior brillaron demasiado, y Sawamura tensó las cejas, quejándose mientras giraba su rostro hacia el pecho de Miyuki. Ahhh, si, era cálido y suave aquí... Sawamura sonrió complacido, sus mejillas calentándose por la contención. Alzó una mano para reposarla contra el otro pectoral de Miyuki, apretando y amasando gratamente.
―¿Y esa sonrisa dopada?―preguntó Miyuki enroscando un brazo alrededor de los hombros de Sawamura, acercándolo más a su cuerpo. Sawamura suspiró y continuó apretando su pecho.
―Suave...blandito―comentó Sawamura adormilado, sus palabras siendo balbuceadas antes de remarcar su declaración con una risita. No fue sino hasta que comenzó a picotear con su índice el pezón de Miyuki a través de su camiseta que Miyuki alejó de una manotada su mano y la sostuvo en la suya.
―Si, si, ahora compórtate ―bromeó Miyuki. Sawamura, desde donde tenía su oído presionado contra el pecho de Miyuki, pudo sentir las vibraciones de la voz de Miyuki contra su mejilla. Permaneció con la sonrisa plasmada en sus labios y apretó la mano de Miyuki, frotando su nariz contra su camiseta, revoloteando sus pestañas mientras cerraba sus ojos. El aroma de Miyuki estaba impregnado en él, oliendo menos como su colonia y más como su aroma natural, mezclado con sudor por la pista de baile y lo que había seguido.
Algo caliente y posesivo se enroscó en la profundidad de las entrañas de Sawamura, ronroneando y complacido de que el distintivo aroma de su descarga pudiera ser detectado en el cuerpo de Miyuki. Liberó la mano de Miyuki para posar ágilmente sus brazos alrededor de la cintura de Miyuki, la cual apretó con fuerzas mientras enterraba más su rostro en el pecho de Miyuki.
―Mío... mío, Miyuki-senpaiii... eres mío― Sawamura farfulló contra su camiseta, dejando accidentalmente un poco de saliva allí. Oops. Se río frente a la humedecida mancha y parpadeó de una forma no tan inocente, mirando a Miyuki con sus ojos dorados destellando por la fatiga y los restos de su juguetona energía.
Y para su deleite, Miyuki estaba sonrojado. Era tan claro como el día; había un distintivo tono rojizo esparciéndose debajo del borde de sus anteojos que llegaba hasta sus oídos, y desvió la mirada a un lado, pensando por un momento antes de volver a concentrarse en Sawamura. Se inclinó hacia adelante, presionando un tierno beso en la sien de Sawamura.
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Jackpot
Fanfiction― ¿Sabes? ¡Estoy casi totalmente convencido de que ha sido idea de Miyuki Kazuya poner una maldita tienda sexual dentro de una cafetería perfectamente normal! ―Sawamura alzó sus manos al aire, exageradamente. ― Si no fuera por ese lugar, ¡No estaría...