UNA SONRISA EN SUS OJOS:

Capítulo #18: ¿Por qué me Soltaste?:

Semanas después estaba en la empresa. Practicaba la coreografía de Mic Drop para esta noche con los chicos. Todos se esforzaban al máximo esa mañana, y yo apenas y movía mis pies hasta que me dejé caer abatido sobre el suelo.

—¡Chicos, parad, parad un momento, por favor! —Namjoon interviene de repente detieniéndonos en medio del ensayo—. Desde luego, de verdad... Está claro que no podemos seguir así... Prometimos dejar los temas personales a un lado y centrarnos en el trabajo ¿no?... Pues al parecer alguien de nosotros se ha quedado corto con esa idea. —Namjoon me fulmina con una mirada seria tras soltar eso, al igual que los demás chicos que permanecen en silencio.

... ¡Bueno, nosotros iremos a por refrescos! ¡Llevamos ensayando cinco horas! —Hobi interviene como mediador rompiendo el incómodo silencio, y él y el resto de los chicos atrapan sus pertenencias para salir del salón. Todos a excepción de Namjoon que observa con detenimiento como los chicos, los bailarines y demás personas presentes se abren paso fuera de la sala.

No seas tan duro con él... —expone Yoongi deteniéndose junto a Namjoon de camino a la puerta—. Ya sabes lo jodido que resulta estar enamorado. Es el último en salir. Entonces Namjoon trata de moderar su expresión mientras se sienta a mi lado en el suelo.

Lo siento, de verdad —confieso sin apartar los ojos del suelo, bebiendo terriblemente de una botella con agua a mi lado—. Ahora mismo, lo único que me haría sentir mejor sería un, buen puñetazo en la cara —el comentario sonó más como un deseo a oídos de Namjoon, que sin dudar ni darme tiempo a reaccionar siquiera, cruzó mi cara de un puñetazo—. ¡¿Qué haces tío?¡; ¡¿estás loco o qué?! —Bramo sosteniendo mi mandíbula.

¿Te sientes mejor?... ¿Resolviste algo acaso? ¿A quién creíste ver cuando recibías ese golpe? —Inquiere RM agachado a mi altura. Y fue esa última pregunta la que me dejó ahí, sentado en el mismo lugar, pensando.

«¿A quién creíste ver cuando recibías ese golpe?»

Al principio, pienso en decir: Wheein. Esa había sido la primera y la única imagen cruzando mi mente. Más, ahora que lo pienso y vuelvo a recrear el suceso en mi cabeza, la verdad es que solo puedo verme a mi mismo, una y otra y otra vez yo mismo me golpeo en mi cabeza. Siendo realistas, Namjoon me había golpeado; sí... pero ese golpe fue el equivalente a todas mis inseguridades juntadas en un solo puñetazo.

[...]

Buena suerte esta noche Tae...

—¿Wheein?... —La mente es realmente una hija de perra. En todo momento, me hizo creer en lo cerca que estaba Wheein de mí, justo aquí a mi lado con su cabeza ladeada y una enorme sonrisa. Animándome. Más cuando me dignaba a tocarla, simplemente desapareció.

[...]

Y de algo estoy seguro... Nuestra historia de amor no acabará así como así. Gracias a Wheein creo que el amor verdadero existe. Es una de las cosas más valiosas que tengo en el mundo, así que me niego a perderla.

Esa noche en los premios, la vi, y al recordar que esa sería exactamente la última noche en la que la vería, realmente perdí la cabeza.

Me importó un carajo que los chicos me fulminasen con la mirada. Me importó un carajo la forma en que Jimin trataba de frenarme sujetando mis brazos y hombros por igual. Solo sabía que estar cerca de Wheein era justo lo que quería, por lo que me solté y observé seriamente a mi mejor amigo, antes de correr hacia ella. Me detuve justo a sus espaldas en secreto, en el momento exacto en el que tomarían la foto de grupo.

Todos los idols se acomodaban, así que no prestaban atención alguna hacia mí o Wheein. Y si lo hacían, tampoco es que me importase.

Lentamente fui agarrando su mano. Wheein se sorprendió y quiso voltearse por instinto, pero prefirió disimular y protegernos. Cuando mi chica se encontraba borrando su sonrisa y descendiendo la cabeza, entrelacé mis dedos con los suyos.

En otras condiciones la habría besado sin pensarlo, capturándola entre mis brazos para siempre.

Sin embargo, lo impensable fue lo que realmente sucedió. Algo que no había imaginado... Tan rápido como el flash de la cámara, Wheein soltó mi mano, miró hacia el frente y sonrió para la foto. Todos los idols veían directo a la cámara con una sonrisa. Yo estaba sorprendido y confuso, y mis ojos se detuvieron sobre los de Wheein todo el tiempo.

Podía leer la tristeza en sus ojos. Era tan fácil y doloroso. Simplemente una situación que no podía sobrellevar.

Tras tomar la fotografía, Moonbyul, Solar y Hyejin voltearon tras sus espaldas, pero yo ya había huido de ahí como un maldito cobarde regresando junto a los chicos. Fue bueno que no me vieran, porque por la preocupación que estaban mostrando hacia Wheein, realmente no habrían disimulado sus ganas de abofetearme en medio del escenario.

[...]

Nunca tuviste miedo realmente Tae, ¿verdad que no?... Solo era una excusa para sostener mi mano en el carrusel.

... Le temo los caballos... —solté y Wheein solo supo sonreír tímidamente... Vale, tal vez no les tuviese miedo, pero valió la pena la broma, porque Wheein no soltó mi mano ni un solo instante, durante el resto de la tarde.

[...]

No sé porqué ese recuerdo llegó a mi mente sin avisar. Tal vez también era atrevido, imaginar que en ese momento Wheein se encontraba pensando exactamente lo mismo que yo. Pero la verdad es que pensar en el pasado ahora mismo, era lo único a lo que podía aferrarme buscando una respuesta.

Continuará...

Ha sido un muy largo tiempo, pero he vuelto. Espero que os guste y sigan disfrutando esta historia.