La mañana fría llegó. Mi teléfono está lleno de llamadas y mensajes por parte de Hyejin y... Tae. Se dieron cuenta muy rápido de que no estaba, pero al menos aún no saben dónde estoy.
Lo que realmente ocurre ahora, es que termino de restaurar el grafiti en la pared al aburrido blanco de antes. Justo a tiempo para ir a ver a mi padre en el establecimiento de comida a dos cuadras de aquí.
¡Estamos a mano! –Exclamo entrando en el restaurante, dejando los cepillos y latas de pintura sobre su mesa–.
... ¿Qué, es todo esto?... –Pregunta el hombre de traje, observando el mono que llevo y las manchas sobre mi cara y mi ropa.
–De eso se trataba todo aller en la noche ¿no? ¿De la pared?... –Inquiero seria–. Pues no te preocupes, acabo de pintar y dejarla como antes, así que... ¿Estamos en paz?
–... Sí, vi la ventana... –suspiro aliviada tras escuchar eso–. Te faltó rellenar un poco en la última esquina...
¡No me interesa! –exclamo–. Ya he terminado contigo.
¿Por cierto?... ¿Cómo me encontraste?
–Tu ropa olía a ramen aller. Este es el único restaurante japonés cerca del río Han, así que... fue solo casualidad... Ahora te toca a ti. Podrías haberme dicho que querías que borrase la pintura. ¿Para qué me enseñaste el tatuaje?
–Te equivocas, Gabriela –responde tomando un gran sorbo de ramen–. Quería que pintaras mi casa otra vez, pero no fue por eso que te mostré el tatuaje.
Primero... No me llames Gabriela. Segundo, ¿Por qué si no me mostrarías esa marca en tu brazo? –Mi padre continúa tragando, logrando que la ansiedad comience a matarme.
–... ¿Tú y tu novio están dispuestos a ir a esta ubicación?
–¿Por qué, Taehyung?
Casualidad. Supuse que ustedes serían como, uña y carne ¿no?
Me quedo pensando en ese comentario, algo así como dos minutos. La imagen de Taehyung me viene a la cabeza, y siempre es el mismo detalle. Tae suelta mi mano, serio, y camina lejos de mí, tras decir esa palabra que no puedo... que no quiero escuchar.
Y por otro lado está mi padre, que sonríe por encima del borde de la taza con presunción.
... Esta noche no... –suelto entonces. No pienso darle el gusto de sentirse alegre sobre toda esta situación–. BTS tiene un concierto y yo una sesión de fotos.
Claro... Estrellas –ríe–. ¿De verdad crees que funcionará?
Nunca he pedido tu opinión. Tae y yo estaremos bien mientras que no nos descubran.
... ¿Y me lo dices, así?
No creo que muchos confíen en lo que les vendas. Además... nadie puede, creer que salgo con el chico de la boyband más famosa.
–¡¿Wheein?!... –Mi padre me detiene en la puerta del restaurante–. Antes de que te vallas. ¿Quieres comer un tazón de ramen conmigo? Pide. Y aunque lo hace amablemente, mi corazón no puede aceptarlo del todo.
–... No tengo hambre... –miento, pero el estómago me delata. Mi padre me observa con complicidad, razón por la que no puedo negarme ahora–... Solo una taza... –digo–. Cargada, de picante.
Ya lo sé... Eres mi hija después de todo –indica pidiéndome un tazón de ramen–.
¡Y nada... de preguntas personales! –Mi padre vuelve a asentir.
–Ninguna pregunta personal –recalca. Sin embargo, tiempo después de que el tazón llegue a nuestra mesa, mi padre pregunta: Recuérdame otra vez... ¿Por qué no te gustaba que te dijera, Gabriela?
... ¿Eso no es una pregunta personal?...
–Solo una... ¿Por favor? –Desconocía esta faceta de mi padre.
De hecho nunca imaginé, que podría comportarse de forma tan desgarradora, como un niño con su piruleta.
... Gabriela... –comienzo dejando los palillos a un lado del cuenco–. Así fue como me llamaste la noche en que desapareciste. Por eso detesto oírte decir "Gabriela", como si nada hubiese pasado. Soy tu hija... Pero para mí solo es llevar tu apellido sobre un papel. Nada más cuenta.
Continuará...
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UNA SONRISA EN SUS OJOS:
FanfictionEl siguiente fanfic ocurre durante los MAMA 2019. Una historia wheetae ambientada al final de dicho evento. A medida que transcurra la historia, el tiempo lo hará hasta llegar al presente 2021. P.D: Recalcar que esta es una historia completamente wh...