Capítulo #17: El Perdón Elemental 4/4:

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Mis ojos al igual que mi boca; ambos se abren por la sorpresa. La decepción llega rápidamente, por lo que frunzo el entrecejo y desciendo la cabeza hacia el suelo buscando una salida.

–Amor, no me hagas esto... No te vayas de mi lado Wheein, por favor. –La negación se da con mis brazos, aferrados al diminuto cuerpo de mi novia mientras repito incesantemente esas palabras destructivas que Wheein no quiere escuchar.

–Tengo que hacerlo... –gime esta hermosa princesa entrelazando sus brazos alrededor de mi cintura–. Solo estaré fuera unos, tres o cuatro días. Volveré antes de lo que piensas.

... ¡No te vayas!... –Bramo. Se supone que por último llegaría la aceptación, pero todo este escenario es alarmante. Es algo que me niego a tolerar y entender.

... Tae...

–¡¿Es que no puedes entender?!... Wheein se sobrecoge aún más en mi pecho. Temo alzar la voz y asustarla demasiado tanto como deseo hacerle comprender lo mucho que la amo; que la necesito aquí, conmigo–.

¿Wheein?, ¿cómo? –Empiezo rozando su cintura e inmediatamente escalo hasta su rostro–. Dime cómo haré para dejar de observar estos ojos que imploran mi aceptación. ¿Cómo pasará el tiempo cuando no estés a mi lado? No soy capaz de dejarte ir ni por un instante, pero ni siquiera puedo pedirte que te quedes a mi lado de la forma correcta. Sueño contigo día y noche, y es esta la primera vez que deseo despertar antes de tiempo.

Wheein cierra y abre sus ojos. Aprieta los labios por miedo a continuar hiriéndome, y con la conyuntura de sus manos acaricia tiernamente mi rostro. Desesperado me aferro a ese gesto, que recrea el mayor de mis temores y limitaciones, mientras entrelazo mis manos con las de Wheein, suplicando. También trato de tomar cada una de sus miradas como un rayo de esperanza. Cuando es Wheein quien empieza a analizar cada detalle, piensa en esta situación a medida, hasta que por fin percibo una respuesta en la forma en que sonríe cuantiosamente.

–¡Taehyung, voy a... –«Ahí estaba». La respuesta precisa. Se observaba claramente en sus ojos, que brillaban haciendo alusión a las palabras: No iré. Me quedaré aquí contigo.

Pero nada fue de acuerdo a mis ideas.

Recuerdo que Wheein y yo por fin estábamos solos en la cancha. Fue en ese entonces que una bomba ignorada, explotó en mi cara en la peor ocasión, y aquella conversación de hace tres horas con Kang, comenzó a reproducirse alrededor de nosotros.

[...]

«Wheein no irá a Jeonju. Entonces la dejaré... –Así comenzó la grabación. Con mi propia voz tergiversando unas palabras que no podría decir nunca–. ¿Lo harás?...

Tras escuchar a Kang, Wheein me ve a los ojos por última vez, antes de apartarse de mí confunsa. Escucha cada palabra a su alrededor, sintiéndose desalentada, insegura y expuesta.

¡Eso dije! ¡Dejaré a Wheein! –Mi chica continúa alejándose. Continúa evitando mis brazos, con los que trato de atrapar su cuerpo e incluso cubrir sus oídos de esas mentiras. Wheein me observa y siente remordimiento, a través de una enmudecida expresión. Yo por otro lado, sigo tratando de negar esas palabras y demostrar mi inocencia frente a la chica que amo. ¡No te mereces a esa mujer!... Kang exclamó esa frase, proclamándose como el héroe de la historia, y al ser partícipe de mis palabras, pude predecir lo que vendría a continuación. Palabras que pudieron derribar sin problemas, a este pobre hombre de papel: Nadie la merece ni podrá merecerla nunca. Wheein es una chica demasiado tonta por creer que la amo».

[...]

–... ¿Q-qué? –Solo eso dice entre sollozos. Un susurro casi imperceptible que mis oídos logran escuchar por encima de toda esta turbación.

Wheein... –volteo hacia ella con angustia, pero inmediatamente de ver esa triste expresión en su rostro, llevo mis ojos hacia el suelo. Sería un atrevimiento verla a los ojos después de todo lo que acaba de escuchar–. Sé lo que oíste... –suelto de forma seria esforzándome por llegar a Wheein, tanto física como psicológicamente–. N-no... Esto no es lo que parece nena.

¡¿No es lo que parece?!... –Exclama con inseguridad en su tono de voz y vuelve a apartar mis manos de ella. –¡Ibas a dejarme, si aceptaba ir a Jeonju ¿no es así?! Ahora todo tiene sentido. El motivo por el que no querías que me fuese. El motivo de esos errados cambios que yo trataba de justificar... ¡El motivo por el que me retenías a tu lado Taehyung! –Con cada palabra, Wheein golpea mi pecho desnudo de forma imperceptible. Y me atrevo a reconocer el dolor abstracto de sus golpes directamente en mi corazón.

¡Wheein, eso no es cierto!... –expongo tomando sus muñecas con una mano. Y son esos ojos repletos de ira y lágrimas los me hacen entender, la poca seguridad que Wheein tiene en mí ahora mismo–. ¡K-Kang manipuló nuestra conversación! –Bramo acariciando su rostro. ¡Hablé con él cuando te buscaba, debió ser entonces que... –Pero Wheein interviene descargando toda la ira restante, a través de un puñetazo nada sutil que me obliga a girar la cabeza hacia el suelo otra vez.

Por eso no querías que me fuera. Y no pudiste pensar en otra solución más efectiva que dejarme ¿verdad?... –Todo en esas palabras duele. Lo peor es que decido quedarme callado. Decido dejar que el nudo en mi pecho sea más opresivo, imaginando una situación en la que el bien prevalezca y Wheein vuelva a confiar en mí–. ¡¿Cómo puedes ser tan egoísta Taehyung?! ¡¿Por qué me haces esto?!

... Wheein...

Estaba dispuesta a renunciar –gime peinando su cabello hacia atrás, borrando varias lágrimas de su rostro enrojecido. Justo la imagen que no quería observar–. Iba a dejar Jeonju atrás por ti. Iba a decirte que me quedaría a tu lado hace un momento, pero ya no... Me iré a Jeonju. Y tal y como dijiste en ese maldito audio... –Wheein apenas podía abrir la boca para terminar esa frase, y se encongía dentro de su burbuja evitando todo lo relacionado a esta situación.

La grabación, la cancha de baloncesto. El poder imparable del viento a su alrededor... y yo. Todos eran factores para llenar de valor ese hermoso y diminuto cuerpo, antes de decir:

Tú y yo terminamos Kim Taehyung–; sin titubeos ni serenidad.

Mientras que yo permanecía de pie de forma física, pero alegóricamente de rodillas; viendo a la mujer de mi vida, tan cerca e increíblemente lejos de mí.

–... ¿Q-qué... –no sabía a dónde dirigir la mirada en ese momento. Mis ojos oscilaban de un lado a otro con una desconcertante angustia–. ¿Qué estás diciendo Wheein? –Pregunto e irónicamente me atrevo a sonreír. Una diminuta carcajada rozando la desesperación y la locura. –¿De verdad es eso lo que quieres? ¿Deseas terminar conmigo?

¡Eso dije! –... «Eso fue lo que dijo»; pero no podía creerle–... ¡N-no te perdonaré que hayas dicho todas esas palabras de golpe! –Su terquedad es irritante.

–... ¡No dije eso realmente Wheein!

–¡No importa! Brama. Contraataca mis palabras logrando que me sobresalte y piense. –Taehyung, no importa que las palabras del audio no sean reales del todo... sí que llevan algo de verdad. Has desarrollado una extaña obsesión hacia Jeonju, llegando al punto de que ni siquiera puedes escucharme hablar del tema... Tengo una oportunidad de comprender mi pasado. Y ni tú ni nadie podrá detenerme.

Y así se complementa mi problema, porque llevar a cabo obtener el perdón de Wheein, es la mayor utopía que voy a realizar.

Continuará...

UNA SONRISA EN SUS OJOS:Donde viven las historias. Descúbrelo ahora