Capítulo #5: El Monstruo que ya no Vive en mi Cabeza. 2da Parte:

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Un robo a un banco se convierte en un secuestro espontáneo. La víctima escapa con los secuestradores, y se enamora. En una película... lo pintan como la icónica historia de amor. En la vida real, eso sólo recibe un nombre... Síndrome de Estocolmo.

En este caso, la persona frente a mí es el secuestrador. Un ser, petulante, que no para de recordarte que es mejor que los demás aunque no tenga razón.

–¿Wheein?; tenemos que hablar. –Había olvidado como se sentía esa voz gruesa hace tiempo, y ver a mi padre emerger desde las sombras no hacía más agradable la noche tampoco.

Viste elegante. Una señal bastante obvia de que no necesitará mucho dinero por mi parte. Tampoco parece haber vivido mal en lo absoluto estos últimos años. Así que, realmente no necesito nada de él.

–¿Papá?... –Cuando estoy apunto de decirlo veo a Tae. Sé que va a estar muy decepcionado conmigo después de esto. –... N-no pienso hablar contigo... –decido y Taehyung no tarda en intervenir:

¿Pero, Wheein, dijiste que... –«Y, ahí aparecen». Esos ojos confusos y desilusionados que me preguntan indirectamente: «¿Qué estás haciendo?»

¡No me interesa lo que haya dicho! –Bramo con terror en la mirada intentando no alzar los ojos del suelo hacia Tae. Sé que estoy lastimándolo con todo esto; eso también me lastima, más de lo que él piensa. –¡Dije que lo intentaría, y lo hice! ¡La verdad es que no puedo estar un minuto más viendo este rostro sin que me, carcoma la rabia!

Señalo al hombre de pelo negro frente a nosotros, el cual afloja su corbata antes de exponer:

... ¡Niñata egocéntrica! ¡Esto no se trata de ti, Gabriela!

¡Jamás se ha tratado de mí, ¿verdad?! –Exclamo y, ¿tal vez pude ver algo de compasión en los ojos de mi padre?... No lo sé, no estoy segura y no quiero estarlo–. ¡Vámonos Tae! Solo, atrapo el brazo de mi novio y cruzo miradas con esa persona, probablemente por última vez. –La próxima vez que vayas a aparecer... llama antes.

Lo fulmino con ese comentario y jalo a Tae del brazo hacia su auto. Quizás estoy tomando todo esto un tanto personal, y estoy volviendo a lastimar a aquellas personas que no tienen culpa de nada.

–... ¡Sabes que seguiré tus pisadas ¿verdad Gabriela?! Exclama mi padre tras verme llegar al auto.

Intenta incomodarme con esos comentarios –y al fallar–, termina por mostrarme una marca en su antebrazo que yo reconozco muy bien.

Jamás podrás escapar de mí... –musita.

Me sobresalto bastante rápido al ver aquel nombre tatuado en su brazo, pero no pienso dejar que piense que ha ganado sobre mí.

–¡Soy tu hija... –indico con sarcasmo–. ¡De seguro eso no será un problema para mí! –Subo al auto y cierro la puerta de forma impulsiva.

[...]

¿Estás segura de esto? –Preguntó Tae aquella tarde frente al enorme edifico.

Y no estaba segura en lo absoluto. Pero un enorme almacén con mi nombre era demasiado perturbador. Encima era de mi padre así que no había razón para dejarlo ser.

–Gracias por aceptar ayudarme. Realmente significa mucho... –dije mostrándole a Tae una sonrisa al mismo tiempo que me hacía con la bolsa sobre sus hombros.

–Voy a grafitear la pared del almacén de mi suegro... –bromea tomando el cilindro con pintura verde–. ¿Quién puede decir eso todos los días?... ¿Y?... ¿Qué vamos a pintar?

Aunque parezca poco razonable... –río destapando los cilindros de pintura restantes y observo a Taehyung–. Solo vinimos aquí para dejar nuestra marca. Quizás mi padre ya no esté aquí, pero eso no significa que vaya a dejar pasar por alto esta estupidez –señalo el almacén–. ¿Qué me dices? ¿Comenzamos a pintar?

Taehyung sonrió ante esa pregunta atrapando otra pintura. Esa noche empezamos el fuego. Nos dejamos llevar por la pasión que ambos compartimos creando una verdadera revolución artística. Supe que era una declaración de guerra desde el principio, y al mismo tiempo desconocía si estaba preparada o no para ganarla.

–... ¿Por qué... Wheetae?

Lo hicimos juntos ¿no?... –expuse observando nuestro alias en la pared–. Esa es nuestra marca.

[...]

Lo cierto es... que si esta historia se parece en algo al "Síndrome de Estocolmo", Taehyung parece ser la única víctima. Y no quiero que me ame por una cuestión de compromiso o supervivencia.

Continuará...

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UNA SONRISA EN SUS OJOS:Donde viven las historias. Descúbrelo ahora