Recepción

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- Va a perder al bebé, Sheldon.


Un nudo se formó en su estómago, y de repente un aura de irrealidad se formó a su alrededor. Todo era tan surrealista... Todos los recuerdos lo golpearon y por su mente pasó todo lo ocurrido; en apenas unos meses se había enamorado de Penny, había logrado traicionar a toda la gente que le importaba y ahora esto... No podía ser, era surrealista. Con un nudo en la garganta, y tras unos breves segundos que le parecieron toda una eternidad, se armó de valor para preguntar.

-¿Estás cien por cien seguro de eso?- El silencio se hizo en la conversación, mientras Sheldon rogaba por que hubiese al menos una mínima oportunidad.

-Aún... aún hay una pequeña oportunidad, todo dependerá del estado de Bernadette en las próximas 48 horas- dijo Howard sollozando.

- Escucha Howard...- una voz al otro lado del teléfono lo interrumpió.

- ¿Qué ocurre?- Oyó preguntar a Howard con angustia, seguido de un murmullo acelerado que no logró entender.- Sheldon tengo que colgar.

- Espera, ¿qué ha pasado? ¿Va todo bien? ¡Howard!- El pitido de la llamada cortada fue lo único que obtuvo como respuesta.

Sin pensárselo dos veces, agarró la cazadora que reposaba encima de la cama y se fue.



-Le digo que no tenemos a ninguna Bernadette Wowinsky en los archivos, se deben de estar equivocando de hospital.

-Señora, le aseguro que no nos hemos equivocado de hospital, era éste.

- Pues aquí no aparece la persona que me está diciendo.

Raj estaba al borde de un colapso nervioso. Habían llegado hacía 10 minutos y no habían logrado pasar de recepción.

-Raj, déjame a mí –dijo Leonard colocando una mano sobre su hombro y dando un paso al frente.- A ver, señora, se lo explicaré otra vez... -dijo despacio y respirando hondo para no saltar por encima del mostrador- Nuestra amiga, ha sido ingresada de gravedad hoy mismo en éste hospital, cosa que sabemos porque nos lo ha dicho su marido... así que si es tan amable, busque en la base de datos a ver si aparece. – Dijo cada vez más crispado por la situación.

-Como ya le he dicho a su novio...

-¡¿Novio?! ¡Él no es mi novio!

- Pues no sé por qué te pones así... deberías sentirte alagado de que piensen que estás en mi mismo nivel.

- ¿Nivel? ¿Cómo que nivel?

- Sí, ya sabes, en la escala de guaposidad.

- ¡Esa palabra ni siquiera existe! –Leonard no daba crédito, desde que habían llegado al hospital todo era cada vez más raro. –Además, el nivel de guaposidad es indiferente... -dijo murmurando al verse absorbido sin saber muy bien cómo en la conversación de Raj.

- Eso dicen los feos- sentenció Raj dejando a Leonard completamente descolocado.

- Oye, yo no soy... mierda, nos estamos yendo del tema... Vuelva a buscar en la base de datos, por favor.- Logró decir mientras le rechinaban los dientes y echaba una mirada asesina a Raj.

-Oiga, o se han equivocado de hospital, o de nombre, no hay más.

-¡Le digo que no nos hemos equivocado de hospital!- Estalló Leonard.

-Pues vaya amigo que no se sabe el nombre de la chica...

-¡No es eso! ¡Bernadette Wolowitz Rostenkowski! ¡Ese es su nombre!

- ¿Wowinsky?

- ¡Wolowitz!

- ¿Wowitch?

- ¡Wolowitz!

- ¿Gutenberg?

- ¡Venga ya! ¡Ese ni siquiera se parece!- Saltó Raj.

-Se acabó- dijo Leonard saltando por encima del mostrador- yo lo escribiré –dijo tecleando el nombre completo, y haciendo que apareciera la ficha de Bernadette.

-Pues sí que está... planta 6, habitación 607.

-Muy amable –bufó Leonard de malas maneras y resoplando.

- Ah, por cierto, hay dos chicas ya allí, vinieron hará unos 20 minutos... les recuerdo que el máximo permitido en las habitaciones es de 3 personas, algunos deberán esperar en la sala de espera.

- ¡Yo la mato! –exclamó Leonard, quien fue sujetado por Raj a duras penas. –Suéltame Raj, suéltame, que sabía perfectamente a quien nos referíamos.

- De eso nada, que como te suelte voy yo también y no tenemos nada que hacer contra ella... imagina el ridículo...

En ese momento, una silueta alta y delgada entró en la sala, con paso acelerado y buscando con la mirada recepción, lo que provocó que tanto Raj como Leonard pararan en el acto. Sheldon los vio justo en frente, entre aturdido y avergonzado. Era lógico que los vería allí, pero no lo había pensado.

Los tres se miraron durante unos segundos, la tensión era evidente, pero en aquel momento no se podían permitir aquellas cosas. Bernadette, el bebé y Howard eran más importantes ahora, y los necesitaban. A todos. Con un suspiro, Leonard cedió, haciéndole un gesto a Sheldon para que se acercara, cosa que hizo en el acto por miedo a que retirara su oferta de acompañarlos, y pese a que el camino a la habitación se hizo en el más incómodo de los silencios, Sheldon se sintió feliz de poder estar en el mismo lugar que Leonard y Raj.

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