Cumpleaños

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Habían pasado un par de semanas desde el día en que Penny y Leonard discutieron, y durante ese tiempo Sheldon siguió aprendiendo de manos de Penny cómo actuar en según qué situaciones. Desde que había hablado con ella, Penny demostró tener más paciencia y ser mejor profesora de lo que Sheldon se esperaba, mientras que éste, por su lado había resultado ser tan lento aprendiendo como Penny se imaginaba. De todos modos, se estaba esforzando, lo cual era algo que ella agradecía, e incluso habría jurado que ahora era un poco más humano.

Se estaba acercando la fecha del cumpleaños de Sheldon, y el pánico comenzaba a cundir en el grupo.

-¿Qué tal un juego?-propuso Penny.

-Imposible, tiene todos los que han salido este año, y ya ha reservado los del año que viene- se lamentó Leonard.

-¿Y una película?-dijo Raj.

-¡Jamás! –Howard se sobresaltó- ya sabes cómo se pone con las incongruencias científicas. A no ser que quieras un monólogo de tres horas, ni de coña.

-Pues coged de otro género.

-Penny, seamos serios, eso es imposible. Las de drama, comedia romántica, comedia asecas y acción no las entiende.

-Sí, y con las de miedo es mucho peor-alegó Leonard- luego está días con pesadillas.

-¿Y qué hay de los cómics?-dijo Bernadette- es imposible que los tenga todos, ¿no?

-Sería una buena opción si supiésemos cuales tiene, pero para eso tendríamos que mirar los suyos, y se daría cuenta de que alguien ha entrado en su habitación-suspiró Raj.

Todos permanecían callados, pensativos.

-¡Pues claro! ¿Cómo no se nos ha ocurrido antes?-exclamó Howard sobresaltándolos.

-¿El qué?- inquirió Leonard con curiosidad.

-Nada.

-¿Nada?

-Nada.

-¿Pero nada?

-¡Sí, nada!

-No podemos hacer eso

-Es la única opción.

- Vale que evitaríamos miradas, tonitos, monólogos etc, pero...-se calló un momento, pensativo- Sí, tienes razón, es la única opción.

-Chicos... es su cumpleaños-les regañó Bernadette.

-Está bien...-contestó Leonard- pero tú elegirás el regalo, y si no le gusta será culpa tuya.


-Gracias, mamá-Sheldon entró por la puerta del piso con el móvil en la oreja- Sí, he recibido correctamente los regalos...Sí, todos, los calcetines por parte de Mitsy, la Biblia de tu parte y del grupo de oración de la iglesia, y las galletas de mi Meemaw. Podíais aprender de ella, regala cosas útiles... No mamá, no creo que haya que agradecer a Dios ni a tu grupo de oración que el paquete haya llegado, si acaso al departamento de correos, aunque su servicio sea deficiente...Está bien, mamá...Vale, adiós... ¿Es completamente necesario?...Pero...De acuerdo...Yo también te...- calló un momento mirando a sus amigos sentados en el sofá. Con un giro les dio la espalda y susurrando finalizó la frase-Yo también te quiero, mamá-dijo colgando en el acto.

Todos lo miraban, divertidos. Les encantaba ver a Sheldon en aquellas situaciones de compromiso, era uno de los pocos placeres de estar con él.

-No me miréis así, amenazó con venir y llevarme a misa. Estás en mi sitio.

-Esto es ridículo-musitó Penny mientras se levantaba e iba a por una silla.

-No, lo que es ridículo es que después de siete años sigas cometiendo el mismo error.

-Te voy a perdonar porque es tu cumpleaños y...

-Eso es irrelevante, y además soy yo el que te tiene que perdonar.

-Y aunque no te lo mereces-continuó con una mueca y haciendo caso omiso a la interrupción de Sheldon- te hemos hecho un regalo- dijo sacando un paquete de detrás del sillón- Aquí tienes.

-Sabes que odio los regalos, es una manera estúpida de complicar la vida de las personas con sus quebraderos de cabeza para...

-¿Recuerdas lo que hablamos?

-Pues claro, tengo una memoria eidética, ¿cuántas veces voy a tener que repetir...? ¡Ah!- calló un momento- gracias, me hace mucha ilusión-se corrigió con un intento un tanto siniestro de sonrisa.

-Buen chico-bromeó Penny.

Sheldon abrió el paquete siguiendo uno de sus muchos patrones.

-¡Oh! es...una...manta-articuló con dificultad-y además rosa... Qué bien...es...justo lo que quería...-volvió a intentar sonreír.

-Sí, ya no había de más colores-dijo Howard riendo.

-A mí me parece muy bonita-puntualizó Raj mientras todos le miraban extrañados.

-En realidad es una batamanta-aclaró Leonard-fue idea de Bernadette

-Sí, bueno...como cuando te pones malo siempre estás envuelto en una manta y no te puedes mover...

-Al menos tiene cierta utilidad-murmuró Sheldon-¡Auch!-Penny le dio un pellizco- Muchas gracias, Bernadette-añadió mirando a Penny, que asintió en un gesto de aprobación.

-¿No te la pones, Sheldon?-le chinchó Howard.

-¿Es completamente necesario?

-Por supuesto.

Con un esfuerzo sobrehumano la desdobló y se la puso.

-Es calentita, y suave... no está mal- la evaluó finalmente.

Todos sonrieron y comenzaron a cenar.

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