Escrúpulo

35 8 4
                                    


La mañana siguiente al despertar, noté que Alessia estaba en el balcón leyendo, se veía muy tranquila, el viento le daba directo en la cara haciendo volar su cabello. 

-¿Qué lees?- Pregunté después de observarla un par de minutos todavía somnolienta.

-¡Feliz cumpleaños!- Me gritó mientras se acercaba y saltó sobre mí sin soltar su libro, me empezó a dar besos en toda la cara con una sonrisa y yo reí, mi corazón se había iluminado por completo. Después de unos segundos se incorporó - Se llama Cumbres Borrascosas-

-¿De que se trata?-

-Es... algo complejo, tendría que explicártelo- Dejó el libro abierto boca abajo sobre la mesa de noche y agarro ropa de su maleta. -Me voy a meter a bañar y cuando salga haremos lo que quieras- Dijo y sus ojos brillaron. Alessia se metió al baño y yo noté que todavía tenía una sonrisa en mi rostro, y aunque lo intentaba no podía dejar de sonreír. Cuando las dos estuvimos listas bajamos al lobby y comenzamos a dar vueltas otra vez por el hotel . 

-Zara tengo hambre vamos a desayunar- dijo con cara de súplica y se mordió el labio inferior 

-Hay que jugar a algo- dije de pronto.-Después del juego iremos a desayunar.

-¿A qué quieres jugar? 

-Voy a ir a un lugar, te voy a dar una pista de dónde estoy y tu me tienes que encontrar- Alessia se quedo pensando.

-Hmm ¿Y si te pierdes o te pasa algo?- Preguntó después de unos segundos con una mueca.

-No, no me pierdo tengo 17 años y además ¿qué podría pasarme?-

-Bueno hay que jugar, pero si ya paso mucho tiempo y no te encuentro me dices dónde estás, o si te pasa algo me marcas.

-Tranquila mamá, no va a pasar nada- Dije con un tono de burla, ella se rió y me volteo los ojos. Tomé a Alessia de los hombros y la dirigí hacia la pared, hice que se pusiera de espaldas y corrí a esconderme, bajé por unas escaleras de piedra en dirección a la alberca, cuando llegué me recosté sobre un camastro, no había una sola persona en dónde estaba, tomé mi celular y le mandé un mensaje a Alessia: "Estoy en donde la gente pasa la mayoría del tiempo, aunque ahorita no hay nadie"  El clima se sentía demasiado caluroso tomando en cuenta la hora que era, me quedé recostada esperando a que Alessia apareciera, pocos minutos más tarde mi tía se posó frente a mi con un pan pellizcado entre sus manos.

 Tomé a Alessia de los hombros y la dirigí hacia la pared, hice que se pusiera de espaldas y corrí a esconderme, bajé por unas escaleras de piedra en dirección a la alberca, cuando llegué me recosté sobre un camastro, no había una sola persona en ...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-Hola- dijo con la boca llena.

-Que rápido me encontraste ¡eso no se vale!-

 -¿Por qué no?- su boca se curvó en una sonrisa- No es mi culpa ser tan lista, ahora me toca a mi- Dijo y se fue.

Estuve ahí unos minutos hasta que me llego un mensaje:"Estoy en dónde tenía que haber estado desde hace media hora".

Era obvio que estaba en el restaurante así que me dirigí hacia allá, cuando estaba a punto de entrar me llegó otro mensaje de Alessia: "Zara olvídalo, no vengas, quiero que subas a nuestro cuarto y hagas las maletas, no salgas de ahí hasta yo que llegue" Se me hizo muy raro su mensaje y me intrigaba saber que estaba pasando, me asomé por el ventanal de cristal y pude ver a lo lejos a Alessia,  estaba sentada en una de las mesas del fondo, había un hombre bastante grande frente a ella, no podía distinguir su cara, sólo noté que tenía el cabello rubio. Ella se veía seria e incluso un poco molesta, su cuerpo se veía tenso y el hombre se le acercaba demasiado, parecía que le estaba diciendo algo y gesticulaba mucho con las manos, cerré mis ojos un segundo y cuando los abrí él se acercó a ella y la besó. Sentí de pronto que mi cuerpo se paralizó, mi corazón se detuvo y luego comenzó a latir más rápido de lo normal, empecé a sentir mucho calor en todo mi cuerpo, me di la vuelta y salí corriendo de ahí. ¿Qué era lo que me pasaba? No quería recordar lo que había visto pero no podía sacármelo de la cabeza, sentía un dolor en mi pecho, probablemente era miedo, no sabía con certeza lo que sentía, era un sentimiento nuevo para mí.

Recorrí la planta baja del hotel caminando lo más rápido que pude hasta llegar al elevador, había un par de niños ahí adentro con su papá que me veían con asombro, seguramente por la cara que tenía. Llegué a la habitación y me aventé en la cama. Creía que estaba celosa, empezaba a sospechar que sentía algo más por Alessia y eso no estaba bien, ella era prima de mi papá y me daba mucho miedo enamorarme. Metí todas nuestras cosas a las maletas y me encerré en el baño, no podía dejar de pensar en que tal vez era su novio y que pronto se casaría con él. Estaba imaginándome muchas cosas y empecé a llorar yo sólo quería a Alessia para mí. De pronto escuché que la puerta se abrió.

-¿Zara?- Era Alessia y no quería que me viera llorando, me lavé la cara y salí del baño. -Zara que alivio que estas aquí, tenemos que irnos rápido.- Dijo con la voz algo agitada 

-¿Qué pasó?- Pregunté desganada.

-Ven, en el camino te explico- Tomó nuestras maletas y yo le abrí a la puerta, Alessia levantó la vista, me vio a los ojos y su cara cambió por completo, el terror se había manifestado en su rostro. -¡Güera! ¿vinieron a buscarte? ¿Qué te hicieron?- 

-¿Qué?- Pregunté confundida

-A ver, ven. Me dio una maleta y me tomó de la mano con fuerza, como si fuera a salir corriendo, caminamos al elevador y Alessia oprimió el botón de planta baja. -¿Qué tienes?- me preguntó después de que las puertas se cerraron. 

-Nada-

-Zara, esto es importante, dime, ¿alguien vino a buscarte? , ¿te dijeron algo?, necesito que me contestes por favor- Alessia sonaba enojada y algo preocupada, a mi me parecía muy exagerada su reacción, a veces sentía que quería sobreprotegerme y eso me incomodaba.

-¡Alessia! nadie me dijo nada ¿Quién habría de buscarme?, nadie me conoce, ¡no conozco a nadie más que a ti!- grité molesta y de inmediato me arrepentí. Alessia me miró con decepción y sin decir una palabra se bajó del elevador en dirección al lobby. Me sentía culpable por haberle gritado y me daba mucho miedo pedirle disculpas, sentía que mi corazón estaba destrozado. Seguí a mi tía temerosa y me quedé unos metros detrás de ella en lo que entregaba las llaves de nuestra habitación.

-Vamos- dijo con un tono serio cuando terminó de hacer el papeleo en el lobby y yo la seguí temerosa. Llegamos al estacionamiento, acomodamos nuestras maletas en la cajuela y nos subimos al coche sin cruzar la palabra. Veía por la ventana cómo pasábamos los arboles rápidamente, intentaba distraerme con cualquier cosa para evitar pensar en lo que había visto.

-¿Me vas a decir qué tienes?- Dijo después de varios minutos de carretera sin dejar de ver hacia el frente.

-¿Quién era él?- Pregunté al fin con la voz entrecortada.

-Zara te dije que no fueras al restaurante- Levantó la voz nerviosa, su gesto de pronto había cambiado, se veía preocupada. 

-Cuando me mandaste el mensaje ya estaba afuera y te vi... los vi besándose- Alessia me miró por un segundo preocupada.

-¿En algún momento el te vio a ti?- Agregó con el mismo tono de voz.

-Mmm, creo que no -

-Hay muchas cosas que no sabes-

-Si, ya me di cuenta- dije de mala gana y Alessia me miró disgustada por la forma en que le contesté.

-Hay muchas cosas que no sabes, y tú ya estas suponiendo- Hubo una pausa y yo seguí viendo el paisaje por la ventana. Me empezaba a dar hambre, miré el reloj del coche y marcaba 12:07, después vi la cara de Alessia y supe que algo no estaba bien.



Mar de Agua VerdeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora