Parecía una buena idea en ese momento. Lara es una gran besadora, de eso no hay duda pero... puede que no haya sido una buena idea llevarlo más allá de eso. Había escuchado que todos lo habían estado haciendo por aburrimiento, así que pensó que valdría la pena intentarlo.
Lara es increíblemente preciosa. Desde la forma en que se comporta hasta las particularidades de su acento cadiano y la forma en que puede hacerse tu amiga con una simple sonrisa y un saludo que te hace sentir que han sido amigas desde que acababan de salir de la cámara.
Que coquetease con ella había sido todo lo que Kara había necesitado para considerarlo todo: los besos, el sexo, la pequeña avalancha de emoción que la hizo temblar mientras iban a su habitación. Kara en realidad se sentía energizada por una vez y, efectivamente, en el momento en que probó los labios de Lara, parecía que el resto sería tan fácil como deslizarse por una colina.
Lara conocía el cuerpo femenino. Definitivamente. Kara ni siquiera sabía que su cuerpo podía sentirse tan bien con solo los dedos y algunas caricias sobre la tela de su área de la entrepierna. La hizo sentir avergonzada de no poder hacer los mismo con Lara más allá de lo que podía recordar de sus clases de Expresión Sexual.
Lara le robaba el aliento y las mantenía vivas a ambas con el suyo y, por un momento, mientras cerraba los ojos y se concentraba en las sensaciones que le producían el que la lengua de la otra mujer se deslizara contra la suya con una facilidad que hablaba de habilidades aún por usar por completo, Kara se olvidó de sí misma.
Olvidó lo que había sucedido, lo que la había llevado a ser la persona que todos tomaban como su yo habitual. Lo que había borrado la sonrisa habitual que solía usar en casa tan fácilmente que era elogiada como un faro brillante que elevaba los ánimos en el momento en que entraba en una habitación.
Pero entonces su compromiso simplemente se desvaneció. Lara seguía tocándola, seguía quitándoles la ropa y Kara ciertamente estaba ansiosa por continuar... pero no tanto como antes, y volver a besarse ya no era del todo efectivo. Era solo una ínfima reducción de su lujuria que podría cuantificar fácilmente si no fuera por los impulsos eléctricos ocasionados por las caricias de Lara, que difuminaban sus pensamientos en una reacción instintiva y sexual que estaba destinada a pasar al besarse y estimular su sexo.
Kara suspiró, gimió e incluso sintió que la presión de un orgasmo comenzaba a acumularse ligeramente en su estómago, pero no estaba del todo concentrada. Hizo todo lo posible, pero todo lo que podía hacer era simplemente palmear alrededor del cuerpo de Lara y esperar que funcionara, guiando su mano alrededor de los senos de Lara metódicamente en un intento de complacerla de alguna manera como recompensa por lo que la otra mujer estaba haciendo sentir a Kara.
Pero fue jodidamente inútil. Con un suspiro, Lara se detuvo y Kara casi le agradeció.
"¿Qué pasa?" Lara preguntó, sus ojos marrones abiertos y atentos, estudiándola para obtener el más mínimo detalle informativo, como si se tratase de cualquier objetivo al que le haya disparado con su rifle.
"Yo..." Kara ni siquiera pudo terminar la oración porque, para ser honesta, todo estaba mal.
"Puede que no sea la más humilde, pero conozco mi camino alrededor de un cuerpo," Lara tomó la iniciativa en la conversación después de un silencio incómodo que hizo que Kara fuera muy consciente de su estado de desnudez. "Y sé cuando alguien está realizando los principios científicos en mi pecho izquierdo en lugar de disfrutar de mi toque."
"Yo-Soy egoísta. Lo siento". Kara suplicó, casi llorando en el segundo que tardó en hablar.
"No eres egoísta," dijo Lara mientras se bajaba de Kara. "No lo estás disfrutando. Me gustaría saber por qué."
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Solitude - Supercorp
Science FictionTras cinco años de guerra brutal entre Krypton y Thanagar, la casualidad pone a Krypton en contacto con la Tierra. Como parte de un esfuerzo diplomático, Kara Zor-El, Coronel del Ejercito Kryptoniano, visita la Tierra y conoce a Lena Luthor, la muje...