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 Comeback ╰⁠(⁠*⁠´⁠︶⁠'⁠*⁠)⁠╯

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Comeback ╰⁠(⁠*⁠´⁠︶⁠'⁠*⁠)⁠╯

Miel parpadea varias veces hasta que se acostumbra a la luz que caía sobre su vista, no era tan fuerte, pero recién despierta la dejaba completamente ciega.

— Despertó.

— Si, despertó.

— ¿Ustedes creen? –Dice Obvio Azusa, mirando con cara de burla a sus hermanos.

— Debería seguir durmiendo, porque parece que solo escucho gente tonta. –Susurra la chica por lo bajo

Los hermanos la miraron y rieron por lo bajo, es bueno que se despierte de esa forma, siendo ella. Estaban preocupados por como iba a reaccionar luego de lo ocurrido con su mamá.
Todavía no habían recibido noticia sobre si capturaron o no al hombre responsable, pero lo que sí sabían es que la familia Asahina no iba parar hasta meter a la cárcel al responsable que hizo que Miel llorara.
Ukyo claramente iba a ser el abogado defensor de la víctima, y para toda la familia, era ya un caso ganado, pero primero había que encontrar a ese engendro asqueroso.

Mientras Miel dormía camino a la residencia, los chicos quedaron en que no iban a hablar de ese tema, hasta que Miel lo tocara, que bueno, es algo que claramente va pasar más temprano que tarde, porque aunque Miel todavía "odie" a su madre, era notorio que estaba/está súper preocupada por ella, si no, no lloraría de esa forma.

Notaron alrededor de sus ojos, hinchazón, de tanto llorar. Hasta notaron que lloraba dormida, eso les rompió el alma a los cuatro hermanos presentes. Odiaban tener que ver a Miel en este estado, querían agarrarla y meterla en una cajita de cristal, donde no le pasara nada y solo tendría amor y solo amor. 
Ella se sienta, ya que estaba recostada en las piernas de Louis, quien acariciaba su cabello para calmar su sueño, mientras tarareaba una canción de cuna, que le cantaba Miwa cuando era pequeño él y sus hermanos.
La puerta estaba abierta, ya que habían llegado al destino. Fuera estaba Tsubaki, Azusa y Subaru, quienes estaban esperando que Azusa levantara a Miel, pero justo ella había despertado, perdiendo así la oportunidad de cargar a su según él, futura esposa.

Ella se estira y con la mano derecha, la pone recta y la mueve de un costado a otro, indicándole al pelinegro que salga de su camino. Este, suspiró y dejó que ella sola saliera del auto. Los hermanos sonrieron con victoria, ya que pensaron "si no la cargaba yo, no la carga nadie."
Camina hasta la puerta principal y la abre, entra y luego las luces se prenden dándole la bienvenida.

"Bienvenido" Dice la voz. Se había olvidado que la casa es inteligente, más que ella. Suspira y se quita los zapatos.

— Quiero darme un baño. –Dice mientras sacaba su abrigo, la bufanda y el gorro. El calor duró muy poco en Japón. — Huelo a vieja y a hospital. – Seguía hablando para sí sola. Leyó en alguna página de internet, que es bastante común que las personas hablen para si solas, es una forma de autoescucharse y entender lo que dice.

Detrás de ella los seguía los cuatro hermanos que anteriormente estaban afuera. Repitieron la acción de la chica y soltaron un largo suspiro. Ella camino hacia el ascensor.

— Iré a darme un baño y me acostaré. – Avisó en voz alta.

— ¿No te gustaría comer algo? – Louis preguntó un poco dudoso, pero también preocupado.

—...No, gracias Louis. Y gracias por el mimo mientras dormía, tu voz es dulce. – Le respondió sonriendo al rubio. Pero su sonrisa se notaba cansada y apagada, y era 100% entendible. Louis sonrió también y asintió con un pequeño "gracias" en sus labios. La chica se despide con la mano, y los demás hacen lo mismo.

Miel entra al ascensor y apreta el botón de la tercera planta, donde se encontraba su habitación. Dentro, lanza un suspiro muuuy largo, y luego tapa su cara.

— Quiero a ese hijo de puta muerto. –Su voz sonó ronca, con dolor y angustia.

— Esa palabra es muy fuerte, tienes que tener cuidado con lo que deseas. – Una voz chillona hace que se sobresalte y luego baje la vista dirección a esa voz.

Era July, estaba con una manzana en la mano y suciedad en su boca.

— Déjame expresarme, rata. –Responde Miel, mientras sale del ascensor, July la sigue.

— Es bueno expresar y desahogar tu corazón. Pero ten cuidado con lo que deseas a alguien más, puede pasarte a ti.

— ¿Según quién? –Pregunta cansada, rodando los ojos.

— Según la vida, el destino. –Responde sin dudar la rata, digo July.

— La vida me puede... –Iba decir una palabrota, pero decide callarlo. — July, no estoy de humor para los consejos de vida. Enserio quiero sacarme este olor a muerto de hospital y dormir mil horas.

Miel entra rápido al cuarto y se desviste, pone la ropa en el cesto y luego entra a bañarse en el baño personal de Ema.
July, la espera afuera.
Luego de 30 minutos + de ducha, sale. Su piel estaba reluciente y olía a frutos rojos, pero su cara mostraba cansancio y ganas de no ver ni la sombra de alguien porque patearía el trasero de esa persona al instante.
En pocas palabras, paciencia y ganas de vivir, no hay.

— Sé que dijiste que quieres dormir, pero ¿Te gustaría hablar conmigo afuera un momento? En el patio, donde está el gran árbol. —July sonaba serio, aunque era un poco gracioso, ya que su voz era todo lo contrario.

Miel duda y sienta que le va estallar una vena, pero suspiro y fingió una sonrisa.

— Que sea rápido, ratita.

Miel se pone su bata y se coloca los zapatos de casa (pantunflas) y sigue a July, bajan las escaleras (porque el ascensor hacia un ruido extraño y no querían hacer ruido a altas horas de la noche) y luego abrieron la puerta de vidrio, donde la llevaría al patio donde está el gran árbol.
July se para debajo de él, y le pide a Miel que se siente, ella no dudo y se sentó en la pequeña banca que también estaba debajo del árbol.
Una brisa fría pasa por ellos, haciendo que las hojas huelen y el pelo suelto de miel tape su vista, cuando saca los pelos de sus ojos, ya no ve a la pequeña rata chillona, si no, a un hombre de traje y pelo largo y gris.

— ¿Qué cara-....

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Melody •BC•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora