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- ¿¡QUÉ!? - su grito hizo que todos se sobresaltaran y yo solo me congele en mi lugar - vienes a mi isla a decir que mi hijo esta muerto y que quieres un tratado de paz con la condición de que dejemos de hacer lo que nos hace vikingos - cada vez se acercaba más a mi y yo no me movía de mi lugar porque aun seguía congelado, detuvo su andar cuando Chimuelo se puso delante mío - esperas que crea eso, mejor déjate de estupideces y dime donde esta mi hijo.

Claramente se notaba que estaba muy enojado creo que incluso más de la vez en que me exilio de aquí, ciertamente no podía creer eso y ahora que lo tengo demasiado cerca puedo ver que cambio demasiado, se notaban sus ojeras y también estaba un poco más robusto de lo que lo recuerdo.

- ¿No piensas decir nada?¿solo te vas a quedar escondido detrás de este?, el famoso demonio esta asustado.

Solté un suspiro pesado - No tengo porque mentir con algo así como la muerte y no estoy asustado, ya no tengo porque estarlo, tampoco esperaba que me crea lo que le digo pero hay una persona que le puede rectificar lo que le dije y si no le cree entonces será un verdadero idiota - en mi vida pensé que le hablaría de esta manera mi padre.

- ¡JA! en serio crees otra persona me hará creer lo que dices, si TU - me señalo completo - no puedes hacer que lo crea, que va a hacer esa persona.

Me gire hacia atrás para tenderle la mano a mi mamá y cuando la tomo la jale para que estuviera a un lado mío - Ella es la madre de su hijo - me soltó la mano pata quitarse el casco - Valka.

Mi padre estaba más que sorprendido y mi madre era un mar de lagrimas, al final los dos reaccionaron y se abrazaron, me puse feliz de ver a mis padres de nuevo juntos, pero también me puso triste porque yo no era parte de ese momento, Chimuelo pareció notarlo porque se puso a mi lado.

Después de su abrazo mi madre le dijo que era verdad que yo había muerto, por un momento pensé que se pondría triste por eso pero solo se puso serio y lo único que dijo fue que eso lo hablarían después que ahora daría un banquete de bienvenida para ella, me dio las gracias por traer a su esposa de vuelta y nos invito de igual manera al banquete, nos quedamos solo porque mi madre nos insistió.

Chimuelo y yo nos sentamos en la misma mesa que el jefe, su esposa y su mejor amigo, a todos los presentes les intrigaba el porque me cubría la cara y eso lo supe porque en una platica con los chicos lo mencionaron.

Sirvieron la comida y debido a que era su "invitado de honor" querían que fuera el primero en comer, pero yo sabía de más que era porque me querían ver sin la mascara, mi madre y mi amigo estaban nerviosos porque Estoico y todos les Berkianos vieran mi cicatriz y descubrieran que no estoy muerto, pero lo que ellos no saben es que siempre soy precavido.

Comencé a retirarme la mascara mientras todos tenían su atención puesta en mi, cuando me lo quite quedaron asombrados pues me había pintado una cicatriz que fuera desde mi barbilla hasta mi mejilla y sin mirar a alguien di el primer bocado.

- Esta rico - dije alzando la mirada y rápidamente todos voltearon la mirada.

El banquete fue muy tranquilo, todos hablaban de temas triviales pero yo me sentía incomodo porque cierta chica ruda de cabello rubio no dejaba de mirarme y de lanzar miradas coquetas, Chimuelo también se había dado cuenta y no paraba de bufar molesto e insultarla de manera discreta aunque solo yo lo podía oír.

- Calma te amigo - le dije dándole toda mi atención.

- Lo haré cuando esa interesada deje de comerte con la mirada - solté una pequeña risa haciendo que mi amigo se sonrojara ligeramente al igual que Astrid.

- Cuéntame demonio - hablo Estoico ganando mi atención - como fue que te hiciste esa cicatriz ¿acaso fue un dragón?

- No, fue hace años yo era un niño, mi padre nunca me acepto y mi madre había muerto poco después de que yo naciera, para mi padre y todos los del pueblo yo era un inadaptado... me llamaban demonio por hacer cosas que otros no se atrevían a hacer y por tener ideas diferentes a ellos, un día hice algo que a mi padre lo enfureció bastante y con una daga me hizo esto, poco después escape de ese lugar - creo que tengo bastante imaginación para crear historias, pero hay partes que se asemejan bastante a lo que realmente me paso.

- Y... ¿alguna vez pensaste en volver? - pregunto Bocón.

- Si, pero no lo hago porque mi padre nunca se esmero en hacer que llamara a ese lugar "mi hogar" y no veo la necesidad de regresar a un lugar donde nunca me aceptaron como soy - podía ver en las miradas de todos que se presentaban los mismos sentimientos, culpa y vergüenza, ellos saben lo que hicieron y que por sus acciones el heredero del jefe ahora estaba muerto y que de no haberlo echado ahora ellos estarían más que protegidos por los dragones.

El demonio y el dragón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora