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Despertamos temprano y fuimos  despertar a los demás, para esta ocasión iría Diente púa, Albóndiga, Tormenta, Cizalladura, los gemelos Eructo y Guacara, Brinca Nube y claro que no podía faltar Chimuelo, todos se transformaron a tiempo ya que a los pocos minutos Mala y Atali ya estaban despiertas y listas para que nos fuéramos.

Primero fuimos con los guardianes del ala, Chimuelo y yo fuimos por el Erupciodón mientras que Mala y los demás de su tribu ataban a los dragones en pequeñas embarcaciones para poder llevarlos más rápido y después de que Chimuelo convenciera al Erupciodón de venir con nosotros también, a petición de él fue atado a una de las embarcaciones.

Nuestra siguiente parada fue con las doncellas aladas quienes ya estaban listas y la mayoría de ellas irían volando en las crías de Látigo, mientras que algunas otras irían en las embarcaciones y después de que todos estuviéramos listos para partir pero Throk vio un barco extraño acercándose, saque mi catalejo para ver de quien se trataba y me sorprendí al ver que en la vela estaba el escudo de Berk.

- No puede ser - seguí mirando y en el barco pude ver que venia Astrid, Patan, Patapez, los gemelos, Dagur, mi padre y... ¡MI MADRE! 

- Demonio - llamo Mala - son los cazadores y sus lideres ¿Qué hacemos? - todos se notaban preocupados y asustados de lo que pudiera pasar.

- Tranquilos iré a distraerlos mientras que los dragones los llevaran al otro lado de isla para después llevarlos a la Orilla del dragón sin que ellos vean en que dirección vamos - todos accedieron a mis ordenes y les hice una señal a los dragones para que rodearan la isla y me acercaría con Chimuelo y Brinca Nube para distraerlos.

Mientras nos acercábamos pude notar que estaban preparando las armas para disparar, así que les ordene a mis dragones que destruyeran las armas pero sin dañar a los tripulantes y el barco, hicieron lo que les ordene y una vez que todas las armas estuvieran destruidas volee a una distancia razonable para poder hablar con ellos.

- ¿Qué es lo que quieren? - pregunte con tono molesto.

- Veníamos por unos cuantos dragones y un tratado para las doncellas, pero parece que lograste arrastrarlas al infierno contigo - hablo mi padre con molestia en su voz.

- Digamos que llegaron por cuenta propia, será mejor que me vaya no tengo porque perder mi tiempo con ustedes - le hice una señal que paso desapercibida por todos pero mi madre la reconoció y se empezó a poner en posición.

- No olvides que tenemos una guerra en curso.

- No lo eh olvidado, pero no estoy dispuesto a rebajarme y pelear contigo Stoico.

- Eso me suena a que tienes miedo - le dedique una mirada arrogante que se que lo va a molestar - la guerra esta más cerca de lo que crees, cuando menos te lo esperes vamos a acabar contigo y no te podrás esconder, ni siquiera en el mundo oculto.

- Eso quisiera verlo - Chimuelo empezó a volar y yo le hice una señal a Brinca nube quien voló lo suficiente mente cerca del barco para que mi madre pueda agarrar a mi madre y poder irnos.

Mientras nos alejamos podía escuchar a mi padre gritar que le regrese a Valka o las iba a pagar muy caro, cosa que obviamente ignoré.

Nos reunimos con los demás y continuamos con nuestro camino hacía la orilla del dragón, pero no podía dejar de pensar en todo lo que esta por suceder, tengo que buscar la manera de evitar esta guerra para que no salga ningún dragón herido, tengo que ver como proteger a todos los dragones, pero puede que tenga una ventaja si mi madre me cuenta todo lo que a pasado en Berk.

Cuando llegamos a la isla ya habían varías cabañas terminadas y listas para que los nuevos habitantes las ocupen.

- Demonio - llamo uno de los guardianes - tengo entendido que tu salvas y proteges a los dragones... - asentí con la cabeza indicando que puede continuar - pero... ¿Dónde están los dragones? los únicos que veo son los que llevaste, además de que trajiste a la esposa de Stoico.

Muchos empezaron a murmurar que tenia razón sobre eso, voltee a ver a mi madre quien asintió con la cabeza dando me su aprobación para decirle y Chimuelo hizo lo mismo.

- Bien, debo decir que esta isla tiene... digamos que dos secretos en particular - todos se quedaron callados y todos los dragones dejaron de hacer lo que estaban haciendo para poner atención en lo que estaba a punto de decir - les voy a decir la verdad pero necesito que todos me prometan que los secretos de la isla se quedaran en la isla - todos sin excepción hicieron un juramento donde no dirían nada, respire hondo para comenzar a hablar - esta bien, en esta isla si hay dragones refugiados y de hecho los vieron cuando llegaron - los recién llegados vieron a todos lados y los dragones empezaron a transformarse dejando a todos impactados, para después volverme a mirar - cada uno de ellos tiene una piedra especial que les permite cambiar su apariencia a voluntad, pueden ser humanos y dragones cuando lo decidan y solo yo tengo acceso a esas piedras... por seguridad.

- ¿Nuestros dragones también tendrán una piedra o son solo para los tuyos? - dijo Mala

- Sus dragones ahora son parte de nosotros, así que ten por seguro que les daré su respectiva piedra.

- ¿Y cual es el segundo secreto? - esta vez pregunto Atali a lo que todos voltearon a verme.

- Lo segundo es que... - respire hondo para calmar un poco los nervios - mi nombre es Hipo - agarre mi casco y me lo quite dejando que todos vean mi rostro - Hipo Horrendo Abadejo, mi padre es Stoico el basto y Valka - la señale - es mi madre - todos quedaron impactados por mi revelación.


El demonio y el dragón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora