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- En fin, gracias por la cena pero nosotros nos retiramos.

- ¡Espera! - el grito de Stoico hizo que todos se quedaran en silencio nuevamente - viniste aquí para decirme que mi único hijo murió, pero no me haz dicho como lo conociste ni como murió.

Me senté nuevamente en donde estaba y le conté la mismo historia que les conté a sus defensores, aquí es donde agradezco tener una buena memoria y acordarme de lo que dije, pero debo decir que me decepciono el ver que durante toda la historia hasta cuando llegue a mi muerte no hizo ninguna expresión algo que me dijera que era lo que sentía no había nada es como si estuviera vació por dentro o más bien, como si dentro de él nunca se hubiera alojado algún sentimiento por mi, posiblemente su única emoción hacia mi era vergüenza que desapareció en el momento en que me fui.

- Bueno después de esa historia y que hora se toda la verdad sobre lo que le paso al muchacho - ¿muchacho? me estas diciendo que se refiere a mi como si fuera un hombre más - creo que iniciamos con el pie izquierdo y creo que esto amerita una buena presentación - se paro firme y se puso delante de mi - soy Stoico el basto jefe de Berk.

Me puse de igual manera - Soy el demonio defensor de todos los dragones, un placer - le tendí la mano en forma de saludo pero no la tomo.

- Esa no es una presentación, te tienes que presentar con tu verdadero nombre - los quince años que viví con él me hace saber que esas actitudes son de que trama algo, con mi mano le hice una señal a Chimuelo de que se prepara para salir volando y sin más se retiro.

- ¿Por qué debería presentarme con mi nombre ante usted? - hable con la mayor seriedad posible.

- Eso fue lo que le dijiste a mis chicos cuando los viste por primera vez - de reojo podía ver como se empezaban a colocar en una posición similar.

- Considero que alguien que no acepta a su hijo y no se inmuta por su muerte no es merecedero que saber el nombre del hombre que lo ayudo y lo acepto tal cual era.

- Querías una oferta de paz mi oferta es la siguiente, dime tu verdadero nombre, el nombre que te pusieron tus padres y aceptare la oferta.

- Mi nombre es demonio, el nombre que me pusieron mis padres dejo de serlo desde el momento en que deje de ser su hijo - siendo honesto, no se me ocurría un buen nombre y me estaban poniendo nervioso el ver como se comportan - así que si quieres una oferta de paz, debes de tener algo mejor que darme, yo vine y lo único que pedía es que dejaran de cazar dragones.

- Bien cambiare mi oferta, deja mis defensores se queden en tu isla por un tiempo y se hará el trato.

- Me niego rotundamente - no voy a permitir que fueran, si lo hacia era probable que les hicieran daño a los demás en su forma humana y no sabría que hacer en ese momento, además de que no puedo revelar la ubicación así a la ligera.

- Bien, como quieras, entonces no hay tratado de paz y quiero que entiendas una cosa, eres un peligro para nosotros así que no me queda de otra más que eliminarte aquí - escuche la puerta ser abierta y por ella venia Dagur, se habían aliado con los Berserkers - y ahora.

Después de decir eso todos corrían hacia mi, rápidamente saque mi espada y comencé a llenar la habitación con el gas de Cremallerus y aproveche ese momento y para golpear a algunos y salir del lugar, cuando llegue a la puerta no había mucho gas así que le prendí fuego eso solo haría que se desconcertaran por un momento pero con suerte no les haría quemaduras graves.

En la parte de afuera habían más Berserkers así que comencé a pelear con cada uno de ellos, poco a poco los Berkianos se iban uniendo y se me estaba complicando, en un descuido mío lograron agarrarme y mi padre saco su espada para cortarme la cabeza a lo lejos podía ver a mi madre gritarle que se detuviera, que no lo hiciera pero él no le hacía caso.

Estaba por recibir su espada hasta que a lo lejos se escucha el rugido de Chimuelo y aproveche el momento en que buscaban con la mirada a todos lados, cuando me zafe del agarre corrí hacía un pequeño barranco y me lance, caí sobre Chimuelo y mientras nos alejamos escucha a mi padre gritar que eso era una guerra.

Durante el vuelo trate de asimilar lo que acababa de pasar allá, cuando llegamos a la isla vi que todo estaba tranquilo y en silenció lo que me dice que todos los demás deben estar durmiendo, tan luego llegamos al suelo Chimuelo se transformo y ambos entramos en silencio a nuestra casa.

- ¿Estas bien? - me voltee hacía mi amigo y me puse a llorar - tranquilo, estas a salvo.

- Tuve miedo, me asuste como hace mucho no lo hacía, por eso no quería volver - cada vez lloraba más fuere en los brazos de mi amigo - pensé que te había pasado algo y por eso no llegabas, no quería morir sin verte antes, no quería morir sin dejarte solo.

- ¿Por que? 

- Porque contigo me siento bien, haces que me sienta raro, mi corazón se acelera cuando me abrasas, me haces tener emociones que no siento por ningún otro y decir que te quiero creo que no es suficiente, así que tuve miedo de que ellos hicieran que ese hermoso sentimiento desapareciera.

Se separo lentamente de mi y me miro a los ojos, con sus manos limpio mis lagrimas y poco a poco nos fuimos acercando, mire sus labios y de repente sentí muchas ganas de probarlos regrese mi mirada a sus ojos, ambos cerramos los ojos y juntamos nuestros labios en un beso. 

El demonio y el dragón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora