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Al llegar con los otros dragones a cada uno le di la piedra que les correspondía, les di algo para taparse y les ayude a caminar hasta que después de varías horas lo lograron y ahora venia la siente fase y era que ellos intentaran cambiar su apariencia a su antojo sin necesidad de soltar la piedra.

Ellos estuvieron todo el día intentando cambiar si forma mientras que yo leía los libros para ver que más podía averiguar, esta concentrado leyendo hasta que escuche unos sonidos de asombro, cuando mire hacía arriba pude ver que Chimuelo lo había logrado y ahora cambiaba de forma cuando quería vi que les dijo a los demás como le hizo y muy pronto todos ya podían cambiar su apariencia.

- Muy bien hecho - me levante de donde esta y fui hacía donde estaban ellos - ahora que les parece si empezamos a construir nuestro nuevo hogar - todos gritaron un si y yo solo pude sonreír dejando me contagiar por su felicidad - muy bien ahora les enseñare todo lo que hace un humano.

Empecé con mis lecciones y la verdad es que aprender muy rápido, al inicio se entorpecían un poco ya que no estaban acostumbrados a trabajar de esta manera, pero poco a poco lo iban logrando.

Pasaron los días y ya teníamos varías casas que cada quien hizo a su gusto, algunos de ellos decidieron que vivirían juntos y otros querían vivir solos y  a pesar de que le di la opción a Chimuelo de que viviera por su cuenta él se negó y me dijo que viviría conmigo a lo cual no pude negarme era mi mejor amigo después de todo.

Ellos me ayudaron con varías construcciones como lo era el lugar donde comemos juntos, también hicimos un lugar para hacer armas o ese tipo de cosas que más bien parecía un lugar mío porque pasaba mucho rato ahí, aunque también si unos de ellos quería hacer algo o aprender a crear algo los ayudo sin problemas, también hicimos un almacenamiento para la comida que consiguiéramos y en cuanto a la cueva donde están las piedras tuvimos que poner mucha seguridad para que no entrara cualquier persona que tuviera malas intenciones y entre todos acordaron que solo yo tendría la llave y solo yo tendría el acceso a esta y también hicimos una arena de entrenamiento.

En cuanto a ellos primero les dije que si querían cambiar sus nombres pero no quisieron todos concordaron en que les gustaba el nombre que les puse y no querían cambiarlo y eso me puso muy feliz, también le enseñe a hacer ropa y cada quien se hizo la su a su gusto y medida, les enseñe a usar las armas por cualquier emergencia y ahora todos usamos la arena cuando queramos para entrenar, yo con las armas y ellos entrenan con sus armas o también en su forma dragón.

Han pasado unas semanas tal vez algunos meses pero nuestra pequeña aldea a empezado a crecer, todos los dragones con los que nos hemos encontrado han decidido vivir con nosotros y para las piedras tuve que crear unos collares que que adapten a ellos para que no les moleste o los ahorque cuando se transforman en dragones y cuando llega un dragón nuevo y decide quedarse, me voy a la cueva y agarro la piedra correspondiente y la hago collar.

Debo decir que estoy muy feliz constante mente salgo con mi equipo a salvar dragones de las manos de esos cazadores, pero también hay veces en que nada más salimos Chimuelo y yo y cuando nos miran las personas siempre gritan que viene el demonio y el dragón.

Hace poco también por cosas del destino encontré a mi madre y ahora vive conmigo en el pueblo pero ella tiene su propia casa, todo en mi vida parece ir mejorando hasta este asqueroso día.

Los chicos y yo decidimos ir a otro pueblo para conseguir algunas cosas pero me quede paralizado con lo que vi, junto en frente mío estaban vendiendo un dragón y a decir verdad eso no me sorprende no es la primera vez que veo que hacen algo así, lo que me sorprendió fue ver quienes eran los que vendían al dragón eran las mismas personas que me desprecian al frente mío tenia a Astrid, Patan, Patapez, Brutacio y Brutilda, no creí que los volvería a ver y menos de esta manera.

- Hipo son ellos, los chicos de Berk que casi nos matan cuando entrenaban - me dijo Tormenta y en su voz se podía notar el miedo - ¿vienen por nosotros?

Voltee a verla y después a los demás y se notaba que tenían miedo - tranquilos ellos no les harán nada, les recuerdo que ahora son humanos y no los van a reconocer así que todos tranquilos - me miraron y asintieron con la cabeza, por suerte a mi tampoco me reconocerían con la capucha puesta.

Cuando terminaron de exhibir al dragón la gente empezó a gritar como loca y casi no se entendía lo que decían hasta que Astrid los cayo y pido que hablaran uno por uno.

- Váyanse de aquí, no queremos que él venga - dijo un señor.

- Que venga quien - le contesto de Patan de mala gana.

- El demonio, no queremos que venga el demonio - dijo una señora asustada - dicen que se aparece cuando un dragón esta en problemas - y de nuevo la gente empezó a gritar que se fueran.

- ¡CALLENSE! - les grito Astrid - el "demonio" no va a venir, en Berk capturamos y matamos dragones todo el tiempo y nunca se a aparecido, además eso es solo un mito para alejar a todos los que se dedican a capturar a estas bestias.

Eso si me molesto y les hice la señal a los chicos de que era hora de hacer nuestra aparición y les dije que solo Chimuelo y yo nos vamos a acercar mientras que ellos se mantendrán en el aire a una buena distancia para que no les hagan nada y nos fuimos a otro lado en lo que todos los demás estaban discutiendo.

El demonio y el dragón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora